Estados Unidos logra un histórico acuerdo para que las selecciones de fútbol masculina y femenina ganen lo mismo
La Federación anuncia que ambas compartirán los ingresos que obtengan por su participación en los mundiales
Los futbolistas de la selección masculina de fútbol de Estados Unidos ganaban más dinero por clasificarse para el mundial que las futbolistas por ganarlo. Eso se acabó. La Federación de Fútbol estadounidense ha anunciado este miércoles sendos acuerdos laborales con las asociaciones de futbolistas de uno y otro sexo que implican que las selecciones masculina y femenina cobrarán lo mismo. Los convenios contemplan el reparto igualitario de ingresos por participación en partidos amistosos, competiciones oficiales, derechos televisivos, patrocinios y venta de entradas.
Es un paso histórico hacia la igualdad salarial en el deporte. Ningún otro país tiene un acuerdo similar. En Estados Unidos se ha llegado tras años de protestas y bajo la presión de una demanda por discriminación salarial en la que las futbolistas se apuntaron una victoria en febrero de este año. Entonces, y tras seis años de litigio, la Federación alcanzó un acuerdo de compensación de 24 millones de dólares con las jugadoras por haberles dado sistemáticamente menos apoyo y dinero que a sus compañeros masculinos. Para la Federación, mantener ese litigio abierto dañaba su imagen y ponía en riesgo patrocinios con ingresos multimillonarios.
Aquel triunfo logrado gracias a batallar en los tribunales estaba condicionado a que se alcanzase un acuerdo sobre igualdad salarial. Eso es lo que ahora se ha plasmado en sendos convenios con las asociaciones de futbolistas masculina y femenina. La Federación de Fútbol estadounidense está presidida por una mujer, exfutbolista y entrenadora, Cindy Parlow Cone, que ha impulsado el pacto. “Este es un momento verdaderamente histórico. Estos acuerdos han cambiado el deporte para siempre aquí en Estados Unidos y tienen el potencial de cambiarlo en todo el mundo”, ha dicho Cone al anunciar el acuerdo a través de un comunicado en el que se ha declarado “agradecida” a las dos selecciones y “orgullosa” del convenio alcanzado.
Patrocinios y derechos de televisión
El acuerdo tiene una vigencia inicial hasta 2028 e implica que las dos selecciones compartan los premios que consigan por sus participaciones en partidos amistosos y oficiales, incluidas las grandes competiciones internacionales. El próximo gran evento es el Mundial de Qatar a finales de este año. El mundial femenino se celebra en 2023 en Australia y Nueva Zelanda. El acuerdo se extiende también a los mundiales masculino y femenino de 2026 y 2027, respectivamente. La parte de ingresos comerciales, por patrocinios y por derechos de televisión destinada a los jugadores también se repartirá por mitades entre hombres y mujeres.
La FIFA, el organismo que agrupa al fútbol mundial, obtiene muchos más ingresos por derechos de televisión, patrocinios y publicidad por el mundial masculino que por el femenino y paga a las Federaciones cantidades mucho mayores por la participación en los mundiales de hombres que en los de mujeres. Lo que han decidido la Federación de Estados Unidos y las asociaciones de futbolistas es corregir esa desigualdad y poner en común lo que se reciba, de modo que hombres y mujeres cobren lo mismo.
Un 90% de los ingresos
Para lograr el acuerdo con los futbolistas de la selección masculina sin que estos vieran caer su retribución y se opusieran, la Federación aumenta el dinero que destina a pagar a los deportistas. Lo que logren de premios e ingresos por su participación en el mundial la selección masculina y femenina, con independencia de su clasificación, se pondrá en común y de esa cifra el 10% irá a la Federación y el 90% a los futbolistas de ambas selecciones de forma igualitaria. En los mundiales de 2026 y 2027, la Federación se quedará el 20% y los deportistas, el 80%.
Si solo una de las dos selecciones participa en un torneo, se llevará el 70% de los ingresos y el 30% restante irá a la Federación. Si ambas participan, como por ejemplo en la Copa Oro, de la Concacaf, de nuevo se pondrán los ingresos en común y hombres y mujeres se repartirán por partes iguales el 70%, mientras que el otro 30% irá a la Federación.
El acuerdo incluye un detallado sistema de pagos por participación en función de la importancia y el resultado de los partidos, pero que se aplica por igual a hombres y mujeres. Por jugar un amistoso se cobra un mínimo de 8.000 dólares, más una prima de hasta 10.000 dólares dependiendo del resultado y la importancia del rival. Por los partidos oficiales, 10.000 dólares como mínimo y hasta 14.000 de prima en función de la competición y el resultado.
El acuerdo extiende la igualdad a otras materias. El presupuesto para viajes y hoteles será equiparable, así como las instalaciones de entrenamiento. Los futbolistas de una y otra selección tendrán plan de pensiones y guardería para los niños.
La selección de fútbol femenina de Estados Unidos ha ganado los dos últimos mundiales, en 2015 y 2019. El fútbol es un deporte con amplia participación de mujeres en el país. Algunas de las futbolistas de la selección femenina, como Megan Rapinoe o Alex Morgan, han alcanzado fama internacional. Todo eso creaba el caldo de cultivo para las reivindicaciones de las mujeres y ha abierto el camino para este paso.
Ningún otro país tiene acuerdos similares con las selecciones masculina y femenina de fútbol, por más que las condiciones de las mujeres hayan mejorado en los últimos años. Y fuera del fútbol de selecciones, en los clubes, las diferencias entre las cifras astronómicas del fútbol masculino y el femenino son aún mayores, tanto en cuanto a ingresos como en cuanto a retribución. La pauta se repite en muchos otros deportes. El acuerdo histórico alcanzado en Estados Unidos es por ahora la excepción.
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Una reclamación persistente
La disputa sobre la discriminación salarial de las futbolistas empezó en 2016 con una queja de cinco jugadoras de la selección ante la Comisión de Oportunidades e Igualdad en el Empleo de EE UU. A Megan Rapinoe, Alex Morgan, Carli Lloyd, Becky Sauerbrunn y Hope se les unieron otras 28 jugadoras, que denunciaron a la Federación por los mismos motivos en un tribunal de California. Las jugadoras señalaron que la Federación pagaba por partido a los hombres un mínimo de 5.000 dólares (4.400 euros), mientras que eso no sucedía con las mujeres, que solo cobraban si ganaban ante un equipo de entre la lista de los 10 primeros de la FIFA. Ahora se han establecido parámetros iguales para hombres y mujeres.
Con todo, la demanda fue desestimada por el juez en mayo de 2020. Las jugadoras recurrieron la sentencia y la Federación optó por un acuerdo amistoso. El pago de 24 millones de dólares de indemnización estaba condicionado a lograr acuerdos paritarios para el futuro. Para eso hacía falta además que los hombres aceptasen. Finalmente, con los acuerdos anunciados este miércoles, el pago de esa indemnización se desbloquea.
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