Getafe-Barcelona, un partido muerto
El empate asegura la permanencia de los locales y el subcampeonato para el conjunto azulgrana
A nadie le sorprendió el marcador del Coliseum: 0-0. Hay resultados que se dan por descontados sin necesidad de pactar porque convienen a los dos equipos, como pasaba con el Getafe, que estaba casi salvado, y el Barcelona, que era casi subcampeón de Liga. A ambos les alcanzaba con un punto y quedaron 0-0. Los dos se comportaron como caballeros y no hubo daños ni polémicas sino que se dio un encuentro de guante blanco en el azulado estadio del Coliseum Alfonso Pérez. El único inconveniente que presentan las citas con final previsible es que se deben jugar y no es fácil que tengan contenido, evitar los comentarios y las suspicacias, por más que no haga falta siquiera que los contendientes hablen antes de que ruede la pelota mientras se abrazan viejos conocidos como Xavi y Quique Sánchez Flores.
Al Barça, en cualquier caso, le cuesta jugar como un equipo sin Pedri, y Xavi tiene dificultades para cuadrar la alineación, condicionado además en Getafe por las bajas, hasta nueve si se cuenta la de Araujo, que guardó descanso por precaución después de la conmoción sufrida por un choque contra Gavi. Insistió el entrenador con Ferran al tiempo que reservaba a Dembélé, la noche y el día en el partido anterior contra el Celta, y prefirió a Balde como sustituto de Alba. La improvisada formación azulgrana invitaba en cualquier caso a atacar más que a defender si se tiene en cuenta la presencia de Riqui Puig y que como centrales formaban Lenglet y Mingueza, una pareja inédita, mientras en el banquillo se sentaba Umtiti.
Así que el Barcelona tomó la pelota, se juntó relativamente bien alrededor de Busquets para minimizar las pérdidas, y el Getafe aguardó pacientemente en su cancha, muy bien puesto y organizado, difícil de batir y confiado en los goles de Enes Ünal, que ya cuenta 15 en la Liga. El juego era más aseado y aburrido que intenso, sin más sobresaltos que las jugadas de estrategia del equipo de Sánchez Flores y las apariciones de Riqui Puig, el más incisivo en el pase interior ante la falta de extremos en el Barça. Al fútbol le faltaba profundidad y malicia, más agresividad con el balón, sabedores los dos equipos de que les valía el empate y, por tanto, ninguno necesitaba arriesgar sino que se podía contemporizar.
Mingueza, el mejor
No había tampoco velocidad en el juego, seguramente también porque el césped no estaba muy rápido, y las llegadas a las áreas eran muy escasas, los remates mínimos y las ocasiones nulas en las porterías de Ter Stegen y David Soria. El meta azulgrana se confió tanto que se le escurrió una bola fácil entre las manos y en su intento por recuperarla provocó la caída de Enes Ünal. Una acción bien tonta e intrascendente en un encuentro sin interés durante una jornada pendiente sobre todo de Mallorca, Cádiz y el Metropolitano. Nadie atendía a los movimientos de Riqui, ligero y juguetón, como si disputara un partido aparte en un duelo fuera también del contexto dramático de la Liga.
Alcanzado el descanso, el Getafe solamente había concedido una falta, un dato inédito en un equipo que defiende fuerte, poco exigido por el Barcelona. La hinchada, tan numerosa como tranquila, tampoco parecía preocupada por el tono y la suerte del partido, sabedora de que acudía a la cancha para un fin de fiesta por la permanencia de su equipo en Primera División. Los aficionados bostezaban y los jugadores se paseaban mientras decaía el ritmo a la espera de que se movieran los banquillos, sobre todo en el azulgrana, presidido por Ansu Fati.
El delantero compareció después de que Mingueza resolviera dos mano a mano con Borja Mayoral y Enes Ünal. El central estuvo tan rápido como poderoso en el cuerpo a cuerpo para suerte de Ter Stegen. Ansu se situó como ariete, hasta que se lesionó Memphis —sustituido por Luuk de Jong— y agitó un poco la ofensiva después de que decreciera la actividad de Riqui. El fútbol, sin embargo, era cada vez más pesaroso y el partido se consumió de mala manera sin que compareciera Dembélé -podía haber sido un peligro para un partido muerto- ni que despabilara Ferran.
El aburrimiento fue reprochable desde el punto de vista de la competitividad, y sin embargo, no hubo queja alguna, ni tampoco sospecha, convencidos los protagonistas y los espectadores de que se impondría el 0-0 si nadie se salía del guion ni arriesgaba porque al fin y al cabo no dañaba a terceros a falta de una última jornada en la que el Barça aguarda al Villarreal. El subcampeonato y la plaza de la Supercopa negociada por la empresa de Piqué ya están a salvo sin necesidad de encomendarse al esquivo Camp Nou.
Busquets: “La sensación de la temporada es mala”
“La sensación de la temporada es mala. Somos el Barcelona y tenemos que luchar por todos los títulos. Independientemente de que los ganemos o no, tenemos que estar siempre en la pelea. Hay que mejorar la situación del club, va todo conjunto”, subrayó Sergio Busquets nada más terminar el duelo ante el Getafe. “Ha sido un año muy difícil, con muchos cambios, muchas lesiones. No hemos sido lo regulares que queríamos y sabiendo que el Real Madrid ya era campeón, teníamos que ir a por la segunda plaza que te da acceso a luchar por un título más [Supercopa de España], que el club agradece “, añadió el capitán azulgrana. A la hora de analizar la campaña, Xavi Hernández intentó ser optimista. “El objetivo principal era quedar segundos y lo hemos cubierto. Tal y como estábamos en noviembre, diciembre, enero… es para estar satisfechos”, expuso el técnico azulgrana.
El Barcelona ya trabaja en la próxima campaña. El club tiene a dos jugadores atados (Kessié y Christensen), pero el cuerpo técnico quiere siete refuerzos más. “Mateu [Alemany, director de fútbol] y Jordi [Cruyff, secretario técnico] saben lo que creo que nos ha faltado para competir. Si somos más solventes que ahora, soy optimista para que podamos hacerlo. Hay que planificar ya, no tenemos mucho tiempo, quedan dos meses y medio para que empiece la próxima liga. Debemos saber ya la situación económica”, remató Xavi tras el empate. Y Busquets mandó un mensaje al área deportiva: “Ojalá se hagan bien las cosas y la temporada que viene podamos volver a luchar por títulos”.
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