Penas de prisión mínimas para Marc Fornell y la trama de amaños de partidos de tenis
Los 14 acusados de manipular los resultados de los encuentros admiten los hechos en la Audiencia Nacional y, tras un acuerdo con la Fiscalía, aceptan condenas de dos años de cárcel
Jordi Marsé-Vidri, un tenista profesional que llegó a alcanzar el puesto 562 del ranking de la ATP, disputa un partido de dobles junto a Marco Neubau. Es 19 de marzo de 2018 y, bajo el cartel del torneo ITF Futures F7 Reus, se enfrentan en primera ronda a los también españoles Pol Fernández y Xavier Gabarro. El marcador resulta, sin embargo, adverso para la dupla Marsé-Neubau, que acaba derrotada tras un segundo set (2-6 y 5-7) que ha parecido disputado. Pero, como dice la Fiscalía, parte del desenlace estaba escrito de antemano. “Marsé lo amañó”, apunta el ministerio público, que este miércoles ha conseguido una condena de dos años de cárcel para este tenista y para otras 13 personas implicadas en la Operación Bitures, la trama dedicada al soborno de jugadores para manipular los resultados de los encuentros y enriquecerse mediante apuestas previas.
La Audiencia Nacional ha acogido esta mañana el breve juicio contra los 14 acusados: entre los que se encontraban, además de Marsé-Vidri, otros tenistas como Marc Fornell (que ocupó el puesto 236 del ranking de la ATP en 2007); Marcos Torralbo y Pedro Bernabé —jugadores que siempre se han encontrado muy lejos de la primera línea de este deporte—. Los procesados han llegado a un acuerdo con la Fiscalía. El ministerio público, que pedía inicialmente una condena de cárcel de ocho años para todos ellos, ha aceptado rebajar su solicitud y dejarla finalmente en solo dos años de prisión después de que los procesados admitieran los hechos. Además, el tribunal ha acordado que, si carecen de antecedentes, puedan evitar su entrada en prisión.
—¿Está usted conforme con la pena que han solicitado para usted? —ha preguntado la magistrada Maria Riera, presidenta del tribunal, a cada uno de los acusados.
— Sí —ha respondido primero Marc Fornell desde el banquillo, al que han seguido el resto de forma inmediata.
—¿Se reconoce usted autor de los hechos de los que es acusado?
—Sí.
Los implicados han reconocido así el contundente relato de la Fiscalía sobre la Operación Bitures. La Guardia Civil desarticuló esta trama a finales de 2018, cuando señaló la existencia de una “organización criminal” que amañaba partidos de torneos de las categorías Futures y Challenger, a la vez que coordinaba apuestas “simultáneas y masivas”. Según los hechos recogidos en el escrito de acusación, que han admitido las 14 personas que se han sentado ese miércoles en el banquillo, la red delictiva contaba con tenistas que “alteraban el curso normal del juego, dejándose perder partidos, sets, juegos o puntos, conforme a lo acordado ilícitamente, para asegurar el resultado de las apuestas”.
Algunos deportistas formaban parte de la propia “organización”. A otros se les “corrompía” con el “pago de una cantidad de dinero”, detalla el ministerio público, que señala al tenista Marc Fornell como uno de los cabecillas. Este barcelonés de 40 años, con ayuda de sus “gestores de cuentas”, comenzó a amañar partidos en los que él participaba o en los que jugaban otros en los que pudiera “influir”. Aunque, tras percatarse entonces de que lo vigilaban, cambió de estrategia. Dejó de alterar sus encuentros, pero se asoció con un grupo de armenios, liderado por Armen Melkumyan y Artur Ajaryan, para los que empezó a ejercer como intermediario. Según la Guardia Civil, él contactaba con los deportistas que se dejaban comprar y, después, los armenios acudían a los torneos para “comprobar y asegurarse” de que el corrompido cumplía lo “previamente pactado”, “aprovechándose de su imponente corpulencia”.
La Fiscalía, que refleja en sus informes el movimiento de decenas de miles de euros, describe a Fornell como una “pieza clave”. “Aprovecha sus amplios conocimientos en el mundo del tenis, motivados por su dilatada carrera deportiva, y tiene capacidad para interactuar con otros tenistas, generando confianza”, explica la acusación. El deportista usaba también a otros colaboradores para lograr sus objetivos, como Enric Xapelli —que fue quien se confabuló con Marsé-Vidri para amañar el partido del ITF Futures F7 Reus, en el que los investigadores no implican a su compañero de dupla, Marco Neubau—. “Fornell también tiene gran conocimiento del sector de las apuestas, y las realiza valiéndose de otros usuarios para no ser detectada su participación y así no ser sancionado”.
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