Carlos Sainz sale del atolladero
Remontada del español en Imola, donde arrancará el cuarto, con Verstappen en la ‘pole’
Carlos Sainz es un seguro. Ese es uno de los elementos fundamentales para entender su fichaje por Ferrari en 2021 y su última renovación por la ‘Scuderia’, anunciada el pasado jueves en la previa del gran premio que este domingo (15:00, Dazn) se celebrará en Imola. Hace dos semanas, en Australia, la mala pata hizo que la cronometrada del sábado se le atravesara, circunstancia que le condenó a arrancar desde muy atrás (noveno) y a plantearse una carrera al ataque. La precipitación le llevó entonces cometer un error de bulto, de esos que son tan difíciles de ver en él, que le hizo terminar embarrancado en la tierra en la segunda vuelta. El español entonó el mea culpa sin poner ninguna excusa el día en que Charles Leclerc, su vecino de taller, celebró su segunda victoria en los tres grandes premios celebrados hasta ese momento. Este viernes, Sainz volvió a patinar al sufrir una salida de pista que le obligó a volver a nadar a contracorriente, en la primera prueba del curso de las conocidas como al esprint. Sin embargo, el de Ferrari supo cómo salir del atolladero para reconstruir sus opciones con vistas a la cuarta parada del calendario.
En los 21 giros que duró este aperitivo, el madrileño encontró un pasillo por el que culebreó por entre el pelotón, pasando de la novena plaza a la cuarta, en el momento de cruzar bajo la bandera de cuadros. Eso le permitirá comenzar este domingo desde la segunda fila de la parrilla, solo por detrás de Max Verstappen, Leclerc y Checo Pérez. El holandés de Red Bull ha activado el modo persecución después de los dos gatillazos que le pillaron a trasmano en Baréin y en Melbourne, donde dos averías en el sistema de alimentación de combustible de su bólido le llevaron a claudicar antes de tiempo. Los 46 puntos que le separan de Leclerc en la tabla general hacen que el actual campeón no tenga otra opción que salir a morder, con todo lo que ello supone tratándose de un tiburón como Mad Max. Leclerc manda con casi el doble de puntos de lo que tiene George Rusell, su más inmediato perseguidor, mientras que Sainz figura el tercero en la estadística, con cuatro puntos menos que el de Mercedes y 38 menos que su compañero. Verstappen es el sexto, a 46 puntos del monegasco.
Conociendo la exigencia de Sainz, seguro que al hijo del bicampeón del mundo de rallies (1990 y 1992) le hierve la sangre. Y probablemente todavía más tras las últimas declaraciones de Mattia Binotto, su jefe, en las que insinuaba que debe aprender a lidiar mejor con la presión de competir al volante de un monoplaza con potencial suficiente para ganar. Según el director de Ferrari, los recientes contratiempos que ha tenido que afrontar el muchacho no son ningún indicativo claro de nada, pero sí le recomienda que haga un cambio de chip lo antes posible.
“No creo que Carlos tenga ningún problema, pero evidentemente tiene que adaptarse al nuevo escenario. Ha cometido un par de errores importantes. Este viernes estaba rodando muy rápido cuando se salió de la pista. Y no creo que fuera el momento de buscar el límite. Eso él lo sabe muy bien”, comentó Binotto, este mismo sábado. “Creo que todo es cuestión de manejar la presión. Por primera vez en su vida dispone de un coche que puede pelear por las primeras posiciones. Solo tiene que adaptarse a ello y estoy seguro de que lo hará muy rápido, porque es muy listo y capaz”, añadió el ingeniero, poco antes de recibir la respuesta de Sainz, con una vistosa remontada.
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