La bola de nieve del Madrid
Los blancos, con menos lesiones que la temporada anterior pese a una rotación de apenas 16 jugadores, exhiben vigor físico y son el equipo de las Ligas europeas que más marca en el tramo final de los partidos
Hace un año y una semana, el Madrid le ganaba al Barcelona en casa con un taconazo de Benzema y mantenía su duelo con el Atlético; sin embargo, cuando a Zinedine Zidane le preguntaron por el desenlace feliz de aquella noche de aguacero, el francés pulsó rápido el piloto rojo. “Físicamente estamos al límite, no sé cómo vamos a acabar la temporada. Nos cuesta terminar los partidos”, avisó. Del triunfo en el clásico se pasó casi al instante al lamento por el aguante de un vestuario que arrastraba medio centenar de lesiones. “Nos ha faltado gasolina”, remató Zizou semanas después tras ser eliminado por el Chelsea en las semifinales de la Champions, cita para la que había reservado en Liga a varios de sus mejores hombres. El equipo blanco todavía se exprimió hasta el último minuto de la última jornada, con canteranos incluidos, en busca de un título doméstico que al final se llevaron los rojiblancos, pero las dificultades físicas habían resultado evidentes.
Ahora, a este Madrid que se siente ya muy cerca de la Liga y litigará con el City por un puesto en la final europea de París, a veces le puede faltar fútbol y capacidad para conectar con los partidos desde el principio, pero hasta la fecha no da señales de escasez de físico. Más bien al contrario. El número de lesiones se ha reducido de forma sensible —entre los más utilizados solo Benzema, Mendy y Carvajal han permanecido tiempo en la enfermería— y el grupo de Carlo Ancelotti crece a menudo como una bola de nieve con el paso de los minutos hasta convertirse en el más letal en los instantes decisivos.
Ningún equipo de los cinco grandes campeonatos del continente ha metido más goles que él en el último cuarto de hora (22), por delante del Atlético (19), y del Liverpool, PSG y Dortmund (18). Es habitual que las urgencias del desenlace aumenten la producción, aunque en el caso del Madrid la diferencia respecto al otro tramo más fértil (del minuto 46 al 60; 12) es casi el doble (igual que en el cuadro de Simeone). En todo el curso, casi el 70% de sus tantos los ha logrado en las segundas mitades. Síntomas de un vigor físico que, además, se está completando esta primavera con la trama que históricamente más le pone: su habilidad para resistir acosos futbolísticos y terminar saliendo victorioso ante el asombro general. Lo hizo contra el PSG, lo repitió con el Chelsea y este domingo se sobrepuso en Sevilla (2-3) con piernas y balón a un inicio muy errático. En las últimas semanas, cuanto peor, mejor para los blancos. Una tormenta perfecta.
Casi el 70% de los goles de todo el curso los ha logrado en las segundas mitades
Una crecida física y una buena posición deportiva a la que se ha llegado sin que Carlo Ancelotti haya cedido un milímetro en su reparto de jerarquías. Hace tiempo quedó claro que su equipo eran 10 fijos (Courtois, Carvajal, Alaba, Militão, Mendy, Casemiro, Kroos, Modric, Vinicius y Benzema) más seis socorristas (Rodrygo, Asensio, Valverde, Lucas Vázquez, Nacho y Camavinga) a los que ha ido recurriendo según las necesidades y los estados de forma. Del resto de invisibles, que no son pocos (ni rastro tampoco de la cantera), solo ha mostrado cariño público por Ceballos. “No ha jugado lo que ha merecido”, apuntó recientemente.
Cambio de preparador físico
El empedrado le advirtió —algo que tampoco parecía una locura— que antes o después podría pagar la escasez de piezas activas con una plantilla en la que residen Modric (36 años), Benzema (34) y un centro del campo por encima de los 30. Pero Carletto siempre replicó lo mismo. “No voy a cambiar a un jugador en noviembre ante la posibilidad de que esté cansado en marzo o abril. Cuando lo esté, lo cambio”, ha repetido varias veces. “Nunca me ha preocupado el perfil físico. El equipo está bien y podemos llegar al final en buen estado. Lo que se dice alrededor procede de personas que no conocen los test que hacemos en los entrenamientos”, comentó hace dos semanas.
Ancelotti no cede en sus jerarquías: 10 fijos, seis socorristas y muchos ‘invisibles’
La realidad, de momento, le ha dado la razón. Ante el Chelsea alineó el once con la mayor edad media del Madrid en la Champions (29 años y 293 días) desde que se implantó este formato a principios de los noventa, dos años por encima del elegido por Thomas Tuchel. Y, a juzgar por la última hora de encuentro, las angustias de los blancos tuvieron más que ver con el fútbol que con su motor. Camavinga (19 años) puso sus piernas adolescentes al servicio de la causa y Valverde (23) ha sido el recurso desde Londres para hormigonar la medular, aunque nada de eso hubiera bastado sin la multiplicación de Modric, también como medio defensivo en la prórroga.
En el club no dudan en señalar al preparador físico, Antonio Pintus, como pieza clave de esta pujanza. El italiano llegó con Zidane en 2016, se quedó pese a que el francés se marchó en 2018 y, cuando ZZ regresó poco después y debió preparar la siguiente campaña (2019-20), sus caminos se separaron otra vez en una señal de que la relación se había enfriado. El pasado verano, tras la nueva salida del entrenador galo, Pintus retornó en lugar de Grégory Dupont.
“Los jugadores han soportado el trabajo muy duro al que les sometemos de vez en cuando y a la caña que les metemos. En lo que resta de temporada somos optimistas. Ahora tenemos que trabajar pequeñas cosas a nivel individual”, afirmó este lunes el italiano en el canal institucional de la entidad. A la espera de ver si pueden neutralizar a la centrifugadora del City, el Madrid llegó a mediados de abril con la Liga a tiro, sacando músculo (literalmente) y remontando con los mismos de siempre.
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