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Araujo, para lo bueno y lo malo

El central del Barcelona destaca por los duelos que gana y por su velocidad, pero tiene el peor porcentaje de acierto en el pase entre los grandes defensas en Europa

Jordi Quixano
Ronald Araujo Barcelona
Araujo trata de dar un pase ante la presencia de Feghouli.DPA vía Europa Press (Europa Press)

Las instrucciones eran diáfanas para Mostafa Mohamed, delantero del Galatasaray, pues no tenía que hacer una presión al uso ni preocuparse de restar líneas de pase sino que únicamente tenía que encimar a Eric García para lastrar el juego del Barça desde la raíz. La indicación provocaba que Ronald Araujo (Rivera, Uruguay; 23 años) tuviera todo el protagonismo con el balón en los pies, exigido a dar el primer pase y en algún caso el último porque la salida desde atrás nunca fue su fuerte. Tan bien le salió la estratagema al rival que Xavi sentó a Araujo en el entreacto para poner a Piqué, para que el rival no escogiera a un único central en la presión y así el Barça pudiera generar superioridades y llegar con más frecuencia a la portería rival. Así que por una vez, también porque el Galatasaray careció de ambiciones ofensivas y no se requirió de un defensa infranqueable, Araujo quedó señalado para mal.

Desde el cuerpo técnico saben que al uruguayo le cuesta dar ese primer pase en el cuadrado entre centrales e interiores, una exigencia para Xavi porque entiende el fútbol con la pelota entre los pies. “Pero Ronald aporta muchísimo. No hay otro defensa como él; rápido y duro, corrige y mejora a cada encuentro que pasa”, expone un técnico de la Ciudad Deportiva. Algo que pronto descubrieron en el área deportiva porque después de su estreno con el primer equipo, expulsado ante el Sevilla, dejó una frase para el recuerdo que ha ido repitiéndose al tiempo que observaba vídeos de Puyol en YouTube: “Quiero ser el mejor central del mundo”. Pero sabe dónde falla. “Desde que llegué al club, trabajo mucho la salida de pelota. Venía de otro fútbol, el que se juega en Uruguay”, señaló el central en una entrevista a Efe; “admiro mucho a Piqué, sobre todo en la salida de balón. Siento que es lo que me falta”.

Eso subrayó el Galatasaray y así lo revelan los números. Araujo tiene un 88,3% de acierto en el pase, el peor de los tres centrales que más juegan en el equipo, siempre por detrás de Piqué (90,4%) y Eric García (93,2%). Una tónica si se atiende al resto de centrales en los grandes equipos de Europa, pues todos a excepción de Tomori (87,7% en el Milan) le superan: del City lo hacen Rúben Dias (93,5%) y Laporte (95,5%); del Liverpool, Van Dijk (89,6%) y Matip (88,7%); del PSG, Kimpembe (95%) y Marquinhos (93,4%); del Bayern, Süle (91,4%) y Upamecano (89%).

Estadística que se agrava en el pase largo —de más de 30 metros—, toda vez que se queda en un raquítico 49,6%, muy lejos de Piqué (61,1%) y Eric (67,3%). También le mejoran los grandes centrales de la Liga: en el Madrid, Militão (56,4%) y Alaba (55,1%); y en el Atlético, Mario Hermoso (63,4%), Giménez (58,1%) y Savic (51,6%), no así Felipe (37,8%). “Debe mejorar en su pase vertical y en el primer control de balón”, le exhortó Koeman, su anterior técnico en el Barça, públicamente.

“Xavi le hace trabajar mucho a nivel individual para mejorar en el pase y la lectura del juego porque tiene todo lo demás”, apostilla un trabajador del Barcelona. Y no le falta razón porque es el segundo jugador más rápido de la plantilla —34,4 km/h como velocidad punta, solo por detrás de Dembélé (34,7)— y el futbolista que más duelos gana (66%), seguido por Piqué (62,7%) y muy superior a Eric García (48,5%). Estadística, además, en la que sí destaca a nivel europeo porque solo Van Dijk (75,8%) y Matip (70%) le superan, ya que a su sombra quedan Kimpembe (64%), Laporte (63,5%), Süle (63,4), Upamecano (61,6), Tomori (58,7%), Marquinhos (55,6%) y Rúben Dias (52,2%).

“Es una buena lapa”, le elogian desde el vestuario al tiempo que reconocen que se ha ido ganando el respeto de todos por su pasión y profesionalismo. El problema para el área deportiva, sin embargo, es que no le han convencido todavía para que renueve (acaba contrato en 2023), seducidos los agentes por las posibles ofertas del Manchester United o el PSG. No es raro porque está entre los mejores, por más que el pase en largo o el que descuenta líneas de presión no sea su fuerte.

Christensen y Azpilicueta, bajo la fórmula del bajo coste

Aunque el Barça se ha gastado 55 millones en Ferran Torres, los demás jugadores que han llegado desde que volviera Laporta a la presidencia ha sido bajo la fórmula de bajo coste, libres de contrato. Ese fue el caso de Eric García y Memphis en verano —y la cesión de Luuk de Jong—; y así ha ocurrido en invierno con Adama, Aubameyang y Alves. Ecuación que repetirá el área deportiva el próximo mercado.

Las negociaciones con Andreas Christensen (25 años), central del Chelsea que se queda libre, están muy avanzadas al punto de que hay trabajadores del club que dan por descontada su llegada. “No estamos contentos con los rumores, pero debemos considerar la posibilidad de que nos deje”, lamentó el técnico Tuchel. Podría no ser el único blue que recalara en el Camp Nou, pues hay un acuerdo con César Azpilicueta (32), que también acaba contrato, pero la situación es más enrevesada porque el Chelsea tiene la potestad de ejercer una cláusula unilateral para renovarlo por un año. Otro que se intentó pero no llegó a buen puerto fue Süle (26), del Bayern, que se marchará al Dortmund. En la media están también muy cerca de hacerse con Frank Kessié (25), del Milan. Y en la delantera la aspiración es Haaland (21), que ya les ha dicho que su preferencia es vestirse de azulgrana aunque deben cumplir con un salario generoso y no perder bajo ningún concepto el puesto en la próxima Champions.

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