Laporta y la gran empresa familiar del Barça
El presidente del club azulgrana apuesta por el fichaje de Haaland y negocia con CVC
Joan Laporta nació para ser presidente del Barça. Así parece por cómo entiende y disfruta del cargo un año después de su regreso al Camp Nou, igual de entusiasmado que cuando acabó el mandato inicial (2003-2010). Ha logrado dominar el club, ya liberado de los avalistas y los ejecutivos que condicionaban su política personalista, y desde su liderazgo aspira a que el Barcelona vuelva a ganar la Liga y conquistar Europa.
El plan es consecuente con su forma desacomplejada de ser y de entender el barcelonismo: se puede y se debe seguir siendo més que un club sin renunciar al modelo de propiedad aun cuando su capitalización sea cada vez más difícil por el poder adquisitivo de una competencia agrandada por clubes-estado de la talla del PSG o el City. El gancho está en tener una plantilla y un estilo de juego genuinamente culés como ocurre ahora con el equipo de Xavi.
Ya no hay dudas sobre quién es y será el entrenador después de unos meses de indefinición que provocaron la continuidad de Koeman mientras se posaba la mirada sobre Nagelsann o Tuchel. La apuesta por Xavi acabó por convencer a Laporta y desde entonces es más fácil manejar la lista de altas, bajas y renovaciones así como atraer a futbolistas como Haaland. Aunque el City lleva la delantera, el presidente sabe que al delantero le gusta el Barça.
El coste de la operación ascendería a unos 250 millones según las cuentas del Barcelona. No es la única opción a la espera de saber el destino de Mbappé. La intención es incorporar a un mínimo de cuatro jugadores al tiempo que se negocia la renovación de Araujo y Gavi. Las apuestas están condicionadas por la ruina heredada de Bartomeu.
El Barça necesita ingresar dinero una vez ha conseguido tener un proyecto deportivo creíble con Xavi. La propuesta más viable es la de firmar un acuerdo con el fondo de inversiones CVC. El club ingresaría unos 270 millones que no computarían como deuda, dispondría de fair-play financiero — unos 70 millones de masa salarial— y no le impedirían mantener su apuesta por la Superliga, un torneo que a diferencia de Florentino defiende siempre que sea abierto y después de llegar a un acuerdo con la UEFA.
Javier Tebas, el presidente de la Liga que ya cerró un acuerdo global con CVC de unos 2.700 millones, está muy al tanto de las negociaciones del Barcelona, que en caso de fructificar dejarían solo al Madrid, máximo opositor al crédito y padrino de la Superliga juntamente con el Barça y la Juve. El club azulgrana dispone de otra oferta inferior económicamente y, por contra, de menos años de duración, aunque superior al mandato de Laporta.
La segunda fuente de financiación es la venta del 49% de Barça Studios, la productora audiovisual por la que obtendría unos 350 millones. Hay dos propuestas sobre la mesa mientras continúan las conversaciones con Spotify para el patrocinio de la camiseta y del Camp Nou. Ante un contexto tan complejo y una industria futbolística muy cambiante, Laporta cree que se necesitan respuestas rápidas y organigramas sencillos y eficientes como el que pretende en el Barça.
El presidente pretende llevar al club como una gran empresa familiar en la que la figura del CEO no tiene sentido después de la salida de Ferran Reverter. A su entender, el mando y la gobernanza corresponden al presidente, ayudado por el tesorero, porque a fin de cuentas son los directivos los que se juegan su patrimonio, circunstancia que explicaría los cambios hechos en el Barça. El último ha sido la sustitución del compliance: Sergi Atienza, un abogado penalista que había colaborado con el despacho de Laporta, sustituye a Xavier Mas, quien era de la confianza de Reverter.
Laporta, que compartió sus planes con los periodistas en un almuerzo, se siente más presidente que nunca y ya tiene ganas de volver a verse el día 20 con el Madrid después de marcar distancias con Florentino. La tregua está amenazada y aquella pancarta que exhibió en plena campaña vuelve a cobrar vida un año después de ganar por segunda vez las elecciones del Barcelona
Jordi Cruyff, secretario técnico en junio
Laporta confirmará a Jordi Cruyff como secretario técnico a final de temporada y, por otra parte, no descarta ayudar a Iñaki Urdangarín después de que el exjugador de balonmano acabara sus prácticas de coaching en el Palau. El presidente se centra en su mandato después de enviar a la fiscalía el forensic sobre la gestión de Bartomeu y anuncia para junio el inicio de las obras del Espai Barça. El equipo tendrá que jugar seguramente en Montjuïc la temporada 2023-2024 y el club pagaría 20 millones por acondicionar el Estadio.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.