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Jaque a los clubes-Estado

El castigo de dos años al Manchester City por incumplir el juego limpio financiero marca un antes y un después en la gestión de equipos como el inglés y el PSG

Ladislao J. Moñino
El belga Kevin de Bruyne, el fichaje más caro de la historia del Manchester City tras abonar el club inglés 76 millones de euros en 2015 al Wolfsburgo.
El belga Kevin de Bruyne, el fichaje más caro de la historia del Manchester City tras abonar el club inglés 76 millones de euros en 2015 al Wolfsburgo.Andrew Yates (REUTERS)

La sanción que le ha impuesto la UEFA al Manchester City de dos temporadas sin poder participar en competiciones europeas por haber falseado sus cuentas con el objetivo de eludir el control económico del organismo europeo supone un antes y un después en la existencia de los llamados clubes-Estado. Con este calificativo se denomina principalmente al sancionado Manchester City, financiado por los Emiratos Árabes Unidos a través del holding City Football Group, y al París Saint Germain, sustentado por el gobierno catarí a través de Qatar Investments.

Desde que ambos Estados irrumpieran en la industria del fútbol en 2008 y 2011, respectivamente, los clubes más tradicionales y poderosos de Europa han mirado con recelo la aparición de jeques sin reparo alguno para realizar inversiones millonarias que han engordado el mercado. El Real Madrid, el Bayern de Múnich, el Barcelona, la Juventus, el Liverpool y el Manchester United han ejercido una fuerte presión para que la UEFA tomara medidas ante lo que consideraban una competencia desleal que amenazaba sus hegemonías. “Para mí, incluso la sanción podía haber llegado antes. Ya era hora de que se interviniera ante esta amenaza”, dice Javier Tebas, presidente de LaLiga.

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Atraídos por el poderoso impacto propagandístico del fútbol, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar entraron en el mundo del fútbol para crear modelos sustentados en su poderío económico. Antes de que Mansour bin Zayed, viceprimer ministro de los Emiratos Árabes, ministro de asuntos presidenciales y miembro de la familia real de Abu Dhabi, decidiera invertir en el Manchester City, las vitrinas del club lucían dos títulos de liga (1936 y 1968), cuatro de la FA Cup (1904, 1934, 1956 y 1969) y una Recopa de Europa (1970). Frente a la opulencia económica y la heráldica de su vecino, el Manchester United, el City había quedado reducido al orgullo de representar a la clase obrera de la ciudad. Doce años después y tras 2.000 millones de euros invertidos en fichajes, cuatro Premier League (2012, 2014, 2018 y 2019) y dos FA Cup (2011 y 2019) más han engordado el palmarés del club.

Presiones internas

De la mano del capital emiratí, el City se ha convertido en una de las grandes potencias económicas y futbolísticas del panorama mundial. Sus ramificaciones, a través de clubes franquiciados en Nueva York, Melbourne, Yokohama, Montevideo, Sichuan y Girona, le han permitido una expansión que ha reforzado su marca y ha aumentado el recelo de la competencia. Desde que asumió el cargo de presidente de la UEFA en 2015, el esloveno Aleksander Ceferin ha percibido la presión de los grandes clubes para que tomara medidas sobre el juego limpio financiero.

El PSG también ha visto incrementado su palmarés desde la entrada del capital catarí. Desde 2011 y con cerca de 1.500 millones de euros destinados a la compra de jugadores, ha establecido una fuerte hegemonía en la Ligue 1 tras ganar seis de los últimos ocho títulos. Antes había conquistado dos campeonatos ligueros (1986 y 1994) y ocho Copas de Francia, incrementadas en cuatro más desde que Qatar Investments compró el club. El PSG también estuvo a punto de ser sancionado por la UEFA la temporada pasada. Fuentes conocedoras de su caso aseguran que “las irregularidades similares cometidas por el City, patrocinios inflados, también estaban en su expediente”. La Cámara de Investigación del Control Financiero de los Clubes de la UEFA decidió archivar el caso, pero la de Adjudicatura lo reabrió. El PSG recurrió ante el TAS y el tribunal suizo le dio la razón. El club parisino quedó absuelto sin llegar a ser investigado de nuevo. La figura de su presidente, Al-Khelaifi, actual miembro del Comité Ejecutivo de UEFA, y el conflicto de intereses al que estaba sometido el organismo europeo por ser Qatar, a través de BeIN Sports, la propietaria de los derechos de retransmisión de la Champions, fue decisiva para evitar la sanción.

“Qatar está bien posicionada en la UEFA con Al-Khelaifi y en la FIFA porque organizará el próximo Mundial. El City no ha mamoneado con la UEFA. Ceferin nunca fue partidario de sancionar al PSG”, asegura un directivo del fútbol europeo. La imagen de la UEFA quedó muy debilitada a ojos de los grandes clubes y de las ligas profesionales tras no sancionar al PSG. Ahora ha dado ejemplo con el City.

Una temporada fuera de los torneos europeos, el mal menor

Fuentes cercanas al Manchester City aseguran confiar en el recurso que presentarán ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo de Suiza (TAS) para evitar la sanción de dos años sin participar en competiciones europeas. Estas mismas fuentes admiten que el varapalo, aunque esperado, supone un contratiempo en la planificación deportiva porque se produce en un momento de la temporada en el que se empiezan a cerrar las futuras incorporaciones. La repercusión económica de ser excluido de la Liga de Campeones se estima en un 25% del presupuesto total del club, cercano a los 600 millones de euros. El City asegura tener “pruebas irrefutables” de que no violó la normativa de la UEFA sobre el control económico de los clubes.

Expertos conocedores del caso, sin embargo, aseguran que el club inglés tiene pocas posibilidades de evitar la sanción, que también implica una multa de 30 millones de euros. Estos mismos expertos sí prevén, en cambio, que la dureza de la sanción deportiva puede tener una lectura positiva para el City, que las dos temporadas sin jugar competiciones europeas finalmente se queden en solo una.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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