Nadal firma su mejor arranque de temporada
El español doblega al estadounidense Kozlov (6-0 y 6-3) y enlaza 12 triunfos seguidos desde el comienzo del año. Medvedev arrolla a Andújar (6-1 y 6-2)
En Acapulco también hay Nadalovers. Se les identifica por las camisetas con el logotipo del corazón en forma de toro. Hay quienes ya lucen una camiseta roja, como la de la selección de fútbol, con el número 21 en la espalda. “Adoptamos a Nadal como nuestro ídolo al no tener tenistas mexicanos de su nivel”, contó a este diario Juan Ramón Vega, un aficionado de 43 años. Al mallorquín se le aprecia especialmente por jugar por primera vez el torneo en 2005, cuando tenía 18 años. A partir de ese momento, la raqueta del español se llenó de trofeos y laureles hasta el mágico número 21 de los Grand Slams. En la segunda ronda, Rafa Nadal se enfrentaba a Stefan Kozlov, un rival que se coló en el torneo a última hora, y le doblegó (6-0 y 6-3) en 1h 26m. De esta forma, firmó su mejor arranque de temporada, al lograr 12 triunfos consecutivos. La mejor marca previa era de 2014, cuando alcanzó 11, hasta que cedió en la final del Open de Australia contra el suizo Stanislas Wawrinka.
Kozlov, de 24 años, tenía enfrente a un Nadal que empieza a coger ritmo. El español rompía al estadounidense con su pegada tan difícil de contrarrestar. Nadal quiere ser ese bravo tenista que le ha forjado su trayectoria y así se le notaba con un primer set en el que quería reducir al mínimo sus errores. Su arrollador arranque del duelo era bien correspondido por las gradas con el grito de: “¡Venga Rafa, México te ama!” Si el estadounidense quería picar la bola para que llegase elevada, Nadal salía al paso para triturar su estrategia. No quería dar espacio a alguna proeza. Y es que Kozlov llegó de rebote al torneo tras la baja de uno de los participantes en México. E incluso llegó a entrenarse con Nadal. En su primer duelo chocó contra el búlgaro Grigor Dimitrov. Nadie apostaba por el estadounidense. Llevó el partido hasta el tercer set, pero el cuerpo ya no le respondía tan bien. Lleno de calambres, apenas podía replicar y, pese a todo, se quedó con su mejor recompensa.
En el primer set, Nadal sacó el brazo para dejar en blanco a Kozlov (6-0). En el segundo, Kozlov buscó su revancha para ganarle un juego al mejor tenista español de la historia. Así lo consiguió en tres ocasiones, nutrido de un impulso que el propio Nadal intuyó que podía amargarle un poco la noche en el segundo set, a 27 grados y con una humedad del 78%. El estadounidense le plantó cara porque, si ya había conseguido eliminar a Dimitrov, ¿por qué no a Nadal? El español sacó el mazo en la segunda parte del último set para asestarle el golpe final para el 6-3. Una clase exprés de Nadal, que quizá olvidó impartir durante los entrenamientos con Kozlov. “La victoria me da la oportunidad de volver a jugar para vosotros”, comentó el ganador tras el encuentro.
El ruido del público mexicano ha comenzado a ser un problema para los tenistas que exigen concentración. A Kozlov, por ejemplo, se le llama “el calambres”. También se escucharon los llantos de algún bebé o los “¡te amo, Rafa!”, que en vez de impulsarle, detenían los servicios del tenista. El español, no obstante, se entregó e incluso pateó una pelota que voló hasta un campo de golf anexo. Se mantiene en su leitmotiv desde el inicio del torneo: “Para mí, el hecho de estar jugando es más importante que la victoria”.
Por otra parte, Daniil Medvedev conserva las opciones de lograr el número uno. El ruso arrolló a Pablo Andújar en el primer set (6-1), sin dejarle ninguna oportunidad de replicar. La potencia fue clave para desmontar rápidamente el juego del español. De paso, también se llevaba los aplausos de un público que lo empieza a arropar. El segundo set no cambiaba el ritmo. La estrategia del ruso fue salir por todas. Andújar se llevó aplausos al ganar el primer juego en el que puso corazón en el saque. Ahí empezó a recuperarse para ganar otro juego, pero su rival ya tenía bien cerrada la serie con un último ace para el 6-2, en un duelo de una 63 minutos. “Tengo hambre de más”, advirtió Medvedev.
Pablo Andújar, de 36 años, quería dar otra campanada en su carrera. La más reciente la consiguió en el Roland Garros de 2021, cuando eliminó en la primera ronda a Dominic Thiem, uno de los favoritos en París. Esta vez, en Acapulco, intentó sacar los dientes frente al ruso, que no claudica y que quiere curar la herida de Australia (cedió en la final ante Nadal) con la corona mexicana. Mientras tanto, aún colea la expulsión el alemán Alexander Zverev, campeón el año pasado, por golpear hasta cuatro veces la silla del juez. “Es un acto desafortunado, lo siento por él. Creo que se merece la sanción, no se puede actuar de esta forma. Ojalá que esto le sirva de aprendizaje. Hay que perdonarle”, opinó Nadal.
La esperanza de un gran espectáculo queda en el español y Medvedev.
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