La supervivencia de Luis Suárez

Si el fútbol no tiene memoria, menos aún con los goleadores que viven del presente del gol. Con el lastre de ocho jornadas de Liga sin marcar, 34 años y los achaques de una rodilla muy castigada, Luis Suárez está inmerso en un ejercicio de supervivencia que le permita programar el futuro. Su contrato expira el próximo 30 de junio, pero el delantero charrúa sigue esperando que el Atlético se pronuncie sobre su continuidad. Este viernes no lo hizo Diego Pablo Simeone, su gran valedor, cuando fue cuestionado por si era proclive a su renovación. “Es una pregunta trampa, la vivimos hace años con Fernando [Torres] y no voy a entrar. Hablé hace dos meses con Luis y con el club y saben lo que pienso”, se limitó a contestar el preparador argentino.

Cuando se produjo esa conversación desde el club se deslizaba que su continuidad dependería de su rendimiento y de su estado físico, necesitado de cuidados especiales. Desde entonces, su producción goleadora ha sufrido un bajón notable y sobre su figura se ha instalado el debate de si debe jugar cuando los planteamientos de Simeone alejan al equipo del área rival para jugar más cerca de la propia. Su ficha, una de las más altas del plantel, tampoco juega a su favor. Ni tampoco que empiece a ser señalado como un elemento de discordia por su mala aceptación de las suplencias y de las sustituciones. La dirigencia rojiblanca no quiere otro caso similar al de Diego Costa. A estas alturas de la temporada, lo único que tiene claro Luis Suárez es que quiere seguir en Europa un año más para preparar el Mundial de Qatar en una liga competitiva si Uruguay logra una clasificación que se le ha complicado tras los últimos resultados.

Estos días se ha relacionado a Luis Suárez como refuerzo de emergencia del Aston Villa, entrenado por su amigo y excompañero del Liverpool Steven Gerrard. Kia Joorabchian, uno de los agentes más poderosos del mercado y representante de cabecera de club de Birmingham, ha descartado una operación que permitía a Suárez firmar medio año y garantizarse el otro que desea para permanecer en el fútbol europeo.

Su presencia este sábado en el once titular ante el Valencia (21.00) cierra el ciclo inédito en su etapa rojiblanca de dos suplencias consecutivas por decisión técnica. Suárez no jugó de inicio ni en las semifinales de la Supercopa, ante el Athletic (2-1), ni en los octavos de la Copa contra la Real (2-0). Estas dos competiciones estaban marcadas por Simeone y los capitanes como una doble oportunidad para salir de la crisis que embarga al equipo. Para algunos de los cabecillas del vestuario ha habido jugadores que no procesaron la importancia que tenían ambos encuentros en pos de la estabilidad.

La dupla Correa-João Félix utilizada de inicio en las dos derrotas no ha funcionado. Suárez liderará el ataque ante el Valencia bajo ese halo de supervivencia con el que afronta lo que resta de temporada. Solo los goles pueden llevar a cambiar las opiniones internas que le dan por amortizado con su trascendencia en la conquista de la última Liga. Solo hace seis meses, con su histórico gol en Valladolid y la hinchada jaleándole su condición de uruguayo en los aledaños del Metropolitano en la celebración del título, era impensable que su figura fuera a ser tan cuestionada como ahora, pese a que con todo es con nueve tantos el máximo goleador del equipo.

Suárez representa como pocos el desconcierto táctico que vive el Atlético. Simeone explicaba el curso pasado que el paso adelante dado para jugar más en campo contrario se debió a la llegada del charrúa. “Necesitamos rodearle de compañeros cerca del área para que pueda explotar sus virtudes”, argumentaba por entonces el técnico rojiblanco. Esta temporada, ya con los primeros reveses, Simeone decidió que el equipo no tuviera tanta presencia en campo rival. Nadie ha sido más víctima de esa decisión que Suárez, al que el físico ya no le da para poder estirar al equipo cuando le lanzan balones largos o para iniciar un contragolpe. Esta noche se verá si su regreso al once también supone el regreso a la fórmula que hizo campeón al Atlético.

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