Modric no tiene fin
El croata, decisivo por su fútbol y regularidad todavía a los 36 años, solo es superado en edad y minutos de juego por Cristiano desde que la competición volvió tras el confinamiento de 2020
Durante el confinamiento de 2020, un par de episodios del aislamiento domiciliario de la familia Modric dio lugar a las bromas de sus compañeros de vestuario, que mataban el tiempo con directos en las redes sociales. Sergio Ramos le tomó el pelo cuando el croata le dijo que estaba ayudando a su mujer en la cocina y que había preparado unos crepes de nocilla –”ahí eres flojete, hermano”, le respondió el excapitán-; mientras Marcelo y Vinicius comentaron a carcajada limpia cómo la policía le había amenazado con una multa al pillar a uno de sus hijos en la calle buscando una pelota que había saltado el muro de casa.
Cuando la reclusión acabó y todos regresaron a Valdebebas para completar la temporada, Luka Modric, entonces con 34 años, se desplegó con una energía que llamó la atención. “En el confinamiento trabajé mucho, dos meses sin parar”, aseguró el centrocampista, que fue titular en ocho de los diez partidos que llevaron al Madrid al título 2019/20 (en otro no estuvo por tarjetas).
Aquel repostaje en un momento de gran confusión general sirvió entonces para explicar la buena forma del balcánico en esa vuelta inmediata y en los meses siguientes, pero de aquello ha pasado ya un año y medio, él cumplió 36 en septiembre, y su actividad no ha decaído ni un poco. La dependencia de su fútbol en el equipo blanco es todavía muy alta y Modric continúa siendo capaz de repetir esfuerzos cada tres días con el entusiasmo de un alevín, prácticamente siempre desde el once inicial, y sin una carrocería en apariencia impactante. Lo volvió a demostrar en la Supercopa de España, donde abrió el marcador de la final y fue elegido el mejor jugador del torneo. “Es muy sencillo: es el último que sale de Valdebebas”, apuntan fuentes del club con acceso a la caseta.
Desde hace unas temporadas la entidad prepara el final de su ciclo, sin embargo, las renovaciones se terminan sucediendo. A comienzos de la pasada campaña, la extensión del contrato (acababa en junio de 2021) no estaba nada clara, pero su rendimiento no tardó en convencer a la cúpula de firmar otro curso más. Y ahora ya se habla del próximo acuerdo. Por él no será, advirtió este domingo en Riad. “Disfruto como nunca. Siempre lo he hecho, pero ahora más porque no sabes cuánto vas a durar a este nivel. Hago todo para seguir así unos años más”, afirmó. Habló de años, en plural, más allá de horizonte cercano del Mundial de dentro de diez meses.
Desde que el fútbol volvió en el verano de 2020 tras el confinamiento hasta hoy, solo ha habido un jugador de campo de las cinco grandes Ligas europeas con más años y más minutos que él sobre el césped: Cristiano Ronaldo. A tres semanas de cumplir los 37, el luso ha acumulado 8.329 minutos en sus clubes (6.664 en la Juventus y United) y su país (1.665) en este periodo. Por su parte, Modric ha sumado 7.590 entre el Madrid (6.178) y la selección (1.412). Un físico en apariencia ligero únicamente sobrepasado por la armadura de gimnasio más famosa del fútbol mundial.
Primer gol de la temporada
Y entre todos los jugadores de la primera plantilla que han pasado por Valdebebas en los dos últimos cursos, los únicos que han estado más tiempo vestidos de corto, salvo el portero Courtois, han sido David Alaba (29 años, 8.554 minutos), Casemiro (29, 8.367) y Benzema (34, 8.159). La temporada pasada, el croata apenas se perdió dos encuentros por leves problemas físicos y en esta, seis (dos por covid). Durante un tiempo se pensó que había que dosificarlo para estirar su carrera, teoría que él nunca compartió. Aseguró que necesitaba jugar con continuidad y no rotar para coger la forma, y pidió que no atendieran a la edad que marca el DNI. Todavía sigue haciendo esto último, pero ya nadie lo saca del once sin un motivo físico aparente o sin que medie un plan amplio de rotaciones, como en la primera ronda de la Copa y quién sabe si también este jueves en Elche en octavos de final después del trajín de la Supercopa.
Si en octubre fue Kroos el que acabó cuadrando al Madrid, tras las vacaciones navideñas ha sido Modric el más activo en el centro del campo. El único que se pareció a sí mismo en el fracaso general de Getafe, donde estampó un balón en el larguero, igual que contra el Valencia. En Arabia, con menos fuerza y más colocación, sí pudo apuntarse su primer tanto del curso.
Seis años después, Carlo Ancelotti regresó al Bernabéu y la trascendencia de Modric se mantenía intacta. O incluso aumentada ante la cercanía inevitable de su final y el abismo de un futuro incierto sin él. A sus lesiones achacó el italiano la crisis que condujo al Madrid a acabar la temporada 2014/15 sin títulos importantes y a su posterior despido en su primera etapa en España (se perdió 30 encuentros, entre ellos, todo el desenlace). En 2022, el fútbol del Madrid 2.0 de Carletto sigue enganchado en una parte importante a las botas de este croata que, de momento, no tiene fin.
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