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La saga de los Scotta reverdece en el Sevilla

“Fue emocionante ver a mi nieto Valentino debutar ante el Barcelona”, afirma el punta sevillista entre 1976 y 1980

Rafael Pineda
Valentino y Héctor Scotta posan en una imagen cedida por el diario 'La Nación'.
Valentino y Héctor Scotta posan en una imagen cedida por el diario 'La Nación'.

“Mi mujer y yo nos sentamos delante de la tele porque dieron el partido. Cuando vi a Valentino calentar nos entró una llantina tremenda a los dos. Cuando mi nieto saltó al campo donde jugó su abuelo, el llanto fue ya tremendo”. Al otro lado del teléfono atiende Héctor Horacio Scotta (San Justo, Argentina; 71 años), El Gringo, para comentar a este diario el estreno con el Sevilla de Valentino Fattore Scotta (Buenos Aires; 20 años), su nieto, en el último partido de Liga del conjunto andaluz ante el Barcelona (1-1), el pasado 21 de diciembre. El tiempo traza un salto de 45 años y tres meses, los que van desde el debut del propio Scotta en el Sevilla, el cuatro de septiembre de 1976, al de su nieto.

Scotta, además, no fue un futbolista más en el Sevilla. Los aficionados del club andaluz recuerdan la velocidad y la potencia de un delantero que destacaba por su fuerte disparo. Jugó en el Sevilla de 1976 a 1980, cuatro temporadas en las que marcó 53 tantos ligueros en 101 partidos. La grada del Sánchez Pizjuán vibró durante dos cursos, de 1978 a 1980, con una delantera compuesta por el propio Scotta y Daniel Bertoni, este último campeón del mundo con Argentina en el Mundial 78. En ese fútbol de los setenta, el imaginario de la afición sevillista dibuja barreras que se hundían bajo los potentes disparos de Scotta. “Algo de eso hubo. Que le pregunten a Asensi”, recuerda el propio Scotta.

“Mi hija se instaló en Sevilla hace algunos años y Valentino era pequeño. Adoraba el fútbol y comenzó a jugar en las inferiores del Sevilla”, aclara el propio Scotta. “Lleva con nosotros muchos años. Lo fichamos del Nervión y es un futbolista que le gusta a los entrenadores. Disciplinado, canchero, con buen juego aéreo. Futbolista de club, que manda a sus compañeros. Muy trabajador. Va muy bien como lateral derecho, pero creo que sería un gran mediocentro”, apunta Pablo Blanco, coordinador de los escalafones inferiores del Sevilla y responsable del progreso de Valentino.

El dúo con Bertoni

“Conociendo cómo funciona el Sevilla y cómo trabaja, estoy seguro de que nadie le regaló nada a mi nieto por llevar el apellido Scotta”, indica su abuelo. “Desde niño le gustaba mucho el fútbol. No soy de dar muchos consejos, aunque siempre le dije que en el fútbol hay que cuidarse mucho. Parece que me oyó, porque Valentino es una persona que vive por y para este deporte. Cuida su alimentación y todo gira en torno al fútbol. Es incansable en el campo. Va y viene, va y viene”, añade Scotta, quien en su último curso en el Sevilla marcó 16 goles, los mismos que su compañero Bertoni. Aquel Sevilla, sin embargo, solo pudo ser octavo dirigido por Miguel Muñoz.

“Formamos un buen equipo, pero nos faltaba algo para pelear por lo grande. Lo teníamos todo, afición, jugadores, pero no fuimos capaces ni de jugar en Europa. Ahora el Sevilla gana Copas y es incluso un candidato a pelear por la Liga”, admite Scotta. “¿La clave? Mire, el Sevilla siempre ha funcionado bien, pero hay un señor como Monchi que ha fichado a grandes jugadores y que le ha cambiado la vida al club. El Sevilla ha dado un salto importante”, asevera Scotta, al que la pandemia le ha impedido volver a Sevilla a ver su familia y a su nieto futbolista.

“Iba a viajar justo antes de la pandemia y saltó este terrible virus que nos tiene a todos confinados. Lo que le pido al cielo es que la próxima vez que viaje sea para ver a un Sevilla campeón, con mi nieto jugando en él”, aspira Scotta. “Que mi nieto juegue en el Sevilla, el club que me dio tanto, donde me tratan tan bien, es para mí un orgullo”, añade el delantero, de 71 años y con una carrera en la que destacan equipos como San Lorenzo, el propio Sevilla, Gremio, Ferrocarril o Boca Juniors.

“Valentino no tiene nada que ver con el abuelo. Scotta era rápido y de gran disparo. Su nieto puede jugar hasta de mediocentro y es un marcador muy bueno”, aclara Pablo Blanco, compañero de Scotta los cuatro años que el argentino estuvo en el Sevilla. Julen Lopetegui, entrenador del conjunto andaluz, hizo debutar a Valentino ante las bajas de Jesús Navas y Montiel en el lateral derecho. Valentino causó una buena impresión en el técnico vasco, al que le gusta la polivalencia del futbolista, que tiene la doble nacionalidad argentino-española.

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