Encajar a Hazard y Joao Félix
Las últimas buenas prestaciones de ambos reclaman más protagonismo y tanto Ancelotti como Simeone se encuentran ante el bendito problema de encontrarlo
La anarquía del calendario unió el miércoles en un mínimo espacio de tiempo dos partidos de Liga. Uno aplazado, el del Atlético, campeón en ejercicio y otro adelantado, el del Real Madrid, ya oficial campeón de invierno. Ambos encuentros, desde las distintas sensaciones colectivas que desprenden la derrota rojiblanca y la victoria blanca, dejaron una situación común con dos nombres propios: Joao Félix y Hazard. Dos suplentes habituales que con sus más que correctas prestaciones en los dos últimos partidos piden más protagonismo en forma de minutos.
Similitudes comunes
Reúnen los casos del portugués y del belga prudentes similitudes: desde su llegada a sus respectivos equipos en julio de 2019 con dos días de diferencia, al coste de su fichaje, superior a los 100 millones de euros, pasando por su irregular rendimiento y falta de continuidad por culpa de las lesiones, más agravado, incluso, en el caso del madridista.
En la presente Liga, Joao Félix ha disputado 11 partidos, ha marcado dos tantos y dado un pase de gol. Todo en 531 minutos de juego con tres partidos completos y solo cuatro como titular. Hazard ha tenido presencia en un encuentro más, con 12. No se ha estrenado como realizador y ha dado un pase de gol para un total de 525 minutos. Ha sido titular en seis ocasiones, las dos últimas consecutivas contra Cádiz (único encuentro completo) y Athletic.
Posicionamiento táctico
Joao Félix desplegó gran parte de sus cualidades técnicas en Granada, reflejadas en un extraordinario gol de una brillante acción individual; un tremendo remate al poste desde fuera del área y un tanto de cabeza anulado que debió subir al marcador. Fue uno de sus partidos más completos desde que es jugador rojiblanco. Superada su segunda lesión de la temporada jugó media hora contra el Mallorca y los dos segundos tiempos contra el Real Madrid y Sevilla. La lesión de Griezmann y sus buenos destellos en sus últimas actuaciones le abrieron la puerta de la titularidad. Jugó como segundo delantero.
El portugués tiene el gran inconveniente de que su manera de entender el juego no coincide con la de Simeone. En su situación se juntan el hambre y las ganas de comer, y ni el técnico termina de confiar en su ‘guadianesco’ juego. Aparece con centelleantes destellos y desaparece con pasmosa dejadez. Tampoco el jugador ha sabido aprovechar la continuidad que le ha otorgado el técnico, que se la ha dado en estas dos temporadas y media.
Las llegadas de Griezmann y Cunha y la regularidad de Correa encarecen mucho el puesto donde Joao se siente más cómodo, la media punta por detrás de un delantero de referencia. Simeone probó en determinados partidos en colocarle en la banda izquierda como punto de partida, pero consideró que defensivamente no llegaba a las exigencias que él demanda a los inquilinos que juegan por fuera.
“Hazard ha vuelto” proclamó Ancelotti tras el partido de San Mamés. El regreso del belga le puede crear un pequeño quebradero de cabeza a la hora de formar el once titular cuando tenga a todos los jugadores a su disposición. Los entrenadores defiendan públicamente que la competencia interna siempre es más un bendito problema que un hándicap, pero en el caso de Hazard tiene complicadas aristas. La primera y de cierto peso es el modelo táctico del equipo: 1-4-3-3, donde no entra la figura de la media punta, que es la demarcación preferida del futbolista y más ahora que ha perdido la velocidad para arrancar desde una de las bandas.
En esta segunda opción, su orilla preferida es la izquierda, para desde allí buscar su perfil diestro en diagonales que acaben en remate y ahí, hoy por hoy, Vinicius no se discute. Se ha ganado la titularidad a pulso. La puerta que se le abre a Hazard es el costado diestro, donde, hasta su aplaudida vuelta, Rodrygo (569) y Asensio (759) se repartían minutos y participaciones en partidos (15 cada uno). Ancelotti ha reconocido que el belga no tiene características para jugar pegado a la banda y ahora su gran desafío consiste en encajarle dentro de la colectiva ocupación de los espacios.
Ante el Cádiz, según avanzaba el partido, se fue convirtiendo en un segundo delantero por dentro, cerca de Benzema. Sin embargo, aunque se lo pidiera el cuerpo, en San Mamés se mantuvo más escorado a la banda con una concentración defensiva inédita que le llevó a perseguir a su lateral en las acciones que lo requería.
Con Hazard en la derecha, el técnico italiano tendrá que ajustar muy bien los papeles y prestaciones del interior y lateral de esa banda y así compensar las ‘ausencias’ de Eden cuando decide buscar espacios centrales más acordes a sus condiciones. Si Carletto lo consigue, habrá hecho virtud de la necesidad de ponerle como titular porque faltaban los habituales.
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