A Ter Stegen se le cae la capa
El portero ha pasado de parar el 70% de los disparos el año pasado a un 57% en este, su peor registro desde que está en el Barça
Se venció demasiado pronto en un disparo de Müller en el partido de ida de la Champions ante el Bayern y no vio venir otro chut centrado de Sané en el de vuelta. Le faltaron reflejos en un remate de Darwin ante el Benfica, contra el Granada midió mal un centro de Escudero, ante el Celta le chutaron cinco veces y no paró uno solo, aunque dos fueron anulados por fuera de juego… Y este pasado fin de semana, sacó su gadjetobrazo tras el disparo de Tete Morente (Elche) y apenas rozó el balón, de nuevo colado en sus redes. Se suceden los errores de Marc-André Ter Stegen (Mönchengladbach, Alemania; 29 años), otrora señalado como un portero referencial y en la actualidad un meta que tirita, ya sin la capa de superhéroe que se ganó en los años anteriores. “Pero ante el Villarreal dio el pase de gol a Memphis. Es fácil criticar”, le defendió Xavi antes del duelo ante el Sevilla (21.30, Movistar La Liga).
No hace tanto, sin embargo, el elogio hacia al guardameta era global y unificado, pues estaba en la élite de los guantes, capaz de compararse con los mejores. También se le equiparaba con su predecesor Víctor Valdés porque daba puntos, excelente porque ofrecía mejor respuesta a mayor exigencia. Por eso se quedó en la portería azulgrana. “O Bravo o yo”, espetó en 2016 al entonces secretario técnico, Robert Fernández. Y fue él, ensamblado en el puesto desde ese momento porque sus cualidades y fortaleza mental encajaban de forma armoniosa con las exigencias de la demarcación. Condición con la que no pudieron otros que temblaron bajos los palos del Camp Nou como Lopetegui, Bahía, Dutruel, Enke, Rüstü…
Pero ya no ocurre lo mismo porque en esta temporada, en 15 de los 23 partidos que ha disputado, ha recibido un gol en los dos primeros disparos rivales (siete fueron en el primero), en otros dos fueron al tercer chut y en las seis ocasiones restantes dejó la portería a cero. “No pasa por su mejor momento, pero es el que mejor se adecua a nuestro estilo y con Xavi recobrará su nivel. Con 29 años es joven para ser portero”, defiende un técnico de la ciudad deportiva azulgrana. “Yo estoy contento con él, su compromiso es excepcional, pero ya se sabe que cuando falla el portero se le señala directamente”, se sumó Xavi; “sabe que tiene que mejorar en la portería porque se nos juzga por el rendimiento. Pero con balón es excelente, nos da la vida con la salida del balón. A ese nivel solo está Neuer. No hay otro”.
En el club han visto, en cualquier caso, cómo ha perdido ascendencia sobre el vestuario, extraño si se tiene en cuenta que ahora hay muchos más jóvenes y se requiere de líderes que cuando estaba Messi, a quien le lanzó un pulso porque entendía que debía entregarse más al ejercicio defensivo. Al tiempo, se le miró mal porque decidió de forma unilateral (como Piqué, Lenglet y De Jong) renovar su contrato en un momento en el que se negociaba de forma grupal la rebaja salarial del equipo para equilibrar las cuentas del club. “Siempre ha antepuesto al Barcelona y ha demostrado ser un profesional como la copa de un pino”, le ensalza un trabajador de la ciudad deportiva.
Dos operaciones
Pero con su dedicación ya no le vale, quizá porque también acusa las dos operaciones en la rodilla derecha —una en Barcelona, en agosto de 2020 y otra en Suecia al acabar la temporada anterior—, pues en su empeño por reforzar la zona ha ganado masa muscular y perdido reflejos. Los datos así lo indican porque hace dos ejercicios hacía 2,25 paradas por duelo liguero con un 69% de efectividad; en el anterior llegó a 2,52 y el 70%; pero ahora flaquea con 1,67 paradas por choque y apenas alcanza el 57% de efectividad, sus peores números desde que está en el Barcelona. Es, además, el segundo peor registro de la Liga, pues Oblak se queda en 50%, muy lejos del líder Unai Simón (77,1).
El runruneo sobre su mal momento, también el mote de Ter Statuen, ya está. Y eso que en estos años no ha resistido comparación, pues Bravo perdió el duelo, Cillessen se marchó cuando pudo y Neto lo intenta sin éxito.
Esta noche ante el Sevilla, Ter Stegen sumará su partido 300 como azulgrana —solo le superan Valdés (535), Zubizarreta (410) y Sadurní (331)—, centrado en mejorar sus registros porque en los 21 choques que ha disputado en este curso ha recibido 27 goles (1,28 por envite), cuando en los 299 su marca estaba exactamente en un tanto por partido. De esos encuentros, ha ganado 201 (67,2%), ha dejado el marco a cero en 120 ocasiones (40,1%) y ha dado dos asistencias de gol. Pero no está fino y en la cabeza tiene claro ese consejo que le ofreció Zubizarreta cuando le fichó para el club: “O eres fuerte mentalmente, o el Camp Nou te come”. Y sin la capa puesta, le será más complicado.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.