Denis Suárez: “La evolución del fútbol va hacia aspectos más físicos”
El jugador gallego reflexiona sobre su incierto futuro en el Celta y su pasado en el Barcelona, rival al que se enfrenta esta jornada y donde se formó como mediocentro: “No tiene nada que ver con hacerlo en otro equipo”, asegura
La temporada empezó de manera abrupta para Denis Suárez (Salceda de Caselas, Pontevedra; 27 años). Pocas horas antes del estreno, el presidente del Celta, Carlos Mouriño, le mostró la puerta de salida. Estaba enojado por la relación del futbolista con una agencia de representación que ayudó a que un alevín saliese hacia el Real Madrid. La pelota echó a rodar y todo ese litigio quedó en una especie de limbo. “Yo lo que quiero es jugar al fútbol”, advierte el jugador. Este sábado lo hará en Balaídos (16.15; Movistar LaLiga) contra el Barcelona, un club al que estuvo vinculado durante seis temporadas, dos de ellas cedido en el Sevilla y el Villarreal.
Pregunta. ¿Cómo se explica este Celta que ha sumado tres puntos en Balaídos y ocho a domicilio?
Respuesta. Podríamos tener seis o siete puntos más. Tranquilamente. Pero somos un equipo que intenta jugar e ir a por los partidos y los pequeños detalles nos están penalizando. El Celta no es un equipo que empata mucho porque toma riesgos. Vamos a cada partido a ganarlo. No somos un equipo que se conforme con un empate, y menos en casa. De todos modos, ya no nos puede valer jugar bien y perder. Hay que salir de donde estamos.
P. ¿Qué le ha dado Coudet?
R. Me puso en mi posición, centrado. Cuando llegó fue muy claro, me dijo lo que tenía que darle al equipo y me situó donde creo que puedo dar mi mejor nivel. En lo colectivo trajo una idea en la que creemos firmemente. Queremos el balón y por el perfil de futbolistas que tenemos vamos a por los partidos sin importar quién esté enfrente.
P. ¿Podemos dividir a los futbolistas en dos clases: los que juegan por dentro y los que lo hacen por fuera?
R. Tal cual. Por dentro siempre estás más en contacto con el balón. Yo quiero jugar ahí y creo que, cuando estoy bien, el equipo lo nota. No es lo mismo partir desde la banda, porque entro menos en juego. Pero los entrenadores tienen que ser valientes. Coudet lo ha sido y creo que le estoy respondiendo, no ya con balón sino también sin él, que es una faceta en la que he crecido mucho. En el esquema parece que soy un mediapunta, pero soy más un mediocentro o un pivote.
P. En el último partido en Vallecas le llevó a la banda como le pasaba con otros técnicos…
R. Y cuando me puso en mi sitio el equipo lo notó y tuvimos más el balón. Creo que fue una decisión que llegó más por una cuestión de rotaciones, no de querer amarrar.
P. ¿Cuál fue su primer Celta?
R. El de Mostovoi, Revivo, Gustavo López… Pero yo era de Mostovoi.
P. Usted fue un niño prodigio en la cantera. ¿Le costó manejar las expectativas?
R. Entré en el club en el primer equipo alevín que se hizo en el Celta. Siempre se hablaba mucho de mí, pero me gustaba. Si me decían que venía a verme el ojeador de algún equipo siempre me decía a mí mismo: “Pues hoy va a flipar”. Me motivaba.
P. Y se fue al City cuando apenas empezaba en edad juvenil. ¿Pudo hacerlo antes?
R. Sí, al Real Madrid. Pero mi familia decidió que no era el momento. Yo tampoco tenía ganas de irme de mi colegio y dejar los amigos.
P. Tampoco parecía encantado con la idea de marcharse a Inglaterra, pero el club vendió a un adolescente por algo más de un millón de euros y tapó agujeros de tesorería.
R. No quería salir, pero no me quedó otra. Y llegué a Mánchester y aquello tampoco era lo que esperaba. Entrenaba con el primer equipo, pero a la hora de jugar la liga de filiales inglesa no es tan competitiva como aquí la Segunda o la Segunda B.
P. Dio un gran salto, del juvenil de División de Honor a entrenar con Silva o Agüero.
R. Sí… No tenía nada que ver con la realidad de la que venía en Vigo. Pero tampoco me encontré nada que me sorprendiese mucho. Si acaso esa diferencia entre la base y el profesionalismo y que la evolución del fútbol va cada vez hacia aspectos más físicos. El que une físico y talento es quien marca la diferencia.
P. ¿Recomendaría a un futbolista adolescente marcharse a Inglaterra?
R. Depende de tantos factores… Yo me fui a Mánchester y no llegué, pero otros sí. Cada uno busca su camino y el mío estaba en Barcelona.
P. ¿Es tan específico para un centrocampista jugar en el Barcelona?
R. Sin duda. No tiene nada que ver con hacerlo en otro equipo. Yo llegué al filial con Eusebio de entrenador, que ya lo conocía de su estancia en el Celta, y en los primeros partidos no paraba de moverme hacia todos lados porque estaba acostumbrado a jugar de mediapunta y buscar el balón. Eusebio, en los entrenamientos, empezó a dividir y marcar el campo para que yo viese cuáles eran mis áreas de actuación. Y entonces entendí lo que era el juego de posición.
P. Le delimitó espacios y empezó a encontrarlos.
R. Porque ya no tenía que ir a buscar juego por todas partes. Me dijo que no me preocupase, que mis compañeros eran muy buenos y la pelota me iba a llegar. A partir de ahí empecé a jugar de verdad.
P. ¿Cuando salió del Barcelona se llevó algo de eso?
R. Después de tres años en el primer equipo te das cuenta aún más de esa especificidad. Yo estaba acostumbrado a jugar de primeras o como mucho a dos toques. Y Borja Oubiña me decía que intentase tener más el balón. No es lo mismo tener al lado a Leo [Messi] o a Andrés [Iniesta]. Con ellos tocas y todo fluye.
P. ¿Luis Enrique era muy diferente a Eusebio?
R. Cada uno tiene su toque. Jugábamos un 4-3-3 y yo actué bastante en el interior derecho, como Rakitic. Y las connotaciones eran diferentes a hacerlo en la izquierda porque Leo solía estar por delante y el papel del interior de su lado era moverse en función de él. Leo bajaba mucho a buscar el balón y entonces yo tenía que tomar su lugar. No era lo mismo en el otro perfil con Neymar, que iba más al espacio.
P. ¿Esperaba el desplome del Barcelona sin Messi?
R. No, pero tampoco conozco muchos detalles. Es absurdo establecer comparaciones entre este equipo y los anteriores. Los jóvenes me gustan mucho, por ejemplo. Y me gusta que apuesten por gente que lleva el fútbol del Barça dentro.
P. ¿Después de un partido analiza sus actuaciones o se queda con las sensaciones del campo?
R. Me gusta verlos repetidos y entender qué cosas se pueden mejorar. Coudet me pide que sin balón sea agresivo y que con la pelota tenga calma y haga jugar al equipo.
P. ¿Es usted un futbolista frío?
R. No soy de gesticular mucho en el campo y tampoco creo que sea necesario muchas veces en los balones divididos irme al suelo o tirarme cuando voy a llegar sin hacerlo. Igual hay gente a la que eso le encaja o le gusta más, pero mi manera de jugar es diferente.
P. ¿Cómo encaja un chico con su sentimiento hacia el club que el presidente le diga que presente una oferta y se marche?
R. Es su decisión y su forma de valorar las cosas. Es el dueño y el que decide sobre el club, pero yo soy del Celta desde pequeño, desde que estaba Horacio Gómez de presidente. Y seguiré siéndolo aunque esté otro.
P. Si nada cambia lo normal es que este verano acabe saliendo, antes de empezar su último año de contrato.
R. Sinceramente no sé lo que puede pasar. No pienso en eso ahora, solo en lo que pasa dentro del campo.
P. En Vigo se debate sobre el poco seguimiento que tiene el equipo. Bastante gente ha dejado de acudir al estadio. ¿Qué está pasando?
R. Estamos muy agradecidos a los ocho o nueve mil que vienen siempre. Entiendo que venir a Balaídos es complicado porque no hay donde aparcar, el estadio está en obras, te mojas y los precios de las entradas son muy caros, pero también nosotros tenemos que dar un paso adelante, ganar partidos y enganchar a la gente.
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