Dembélé vuelve de urgencia y como agitador
El extremo francés da vida a un equipo que estuvo al borde del abismo
Aparecía poco y nada. Se mostraba frustrado. Y hasta saltaron las alarmas cuando se retorcía del dolor después de caer en el área. De hecho, el árbitro creía que había sido penalti, pero el VAR lo llamó para que lo revisara. No fue penalti. Mala noticia para el Barça. La buena, en cualquier caso, era que Ansu Fati no tenía nada. Sin gol en la Champions — en los partidos anteriores había marcado uno, con la firma de Piqué—, el Barcelona se encomienda al poder goleador del joven canterano. Y Ansu Fati no falló. Suma tres tantos desde que regresó de la lesión que lo había tenido 10 meses fuera del campo; el primero después de olvidar las molestias en la rodilla derecha.
“El gol se lo he dedicado al Kun. Nos aporta mucho y esta victoria es para él, para que se recupere pronto y para que este con nosotros”, confesó el delantero azulgrana. Ter Stegen también se acordó del argentino, que permanecerá al menos tres meses de baja por una arritmia cardiaca. “La salud es lo más importante. El fútbol es secundario es esta situación”, dijo el portero. Y destacó el rol de Fati. “Tenemos que hacer algunos ajustes para que Ansu pueda jugar mejor. El gol nos hace estar un pelín más tranquilo”, añadió el alemán. “Ansu tiene eso que lo diferencia, que es el gol. Y ayuda también a liberar a Memphis. Cuando puedes dividir el foco, hay más oportunidades para todos”, se sumó Sergi Barjuan.
Sin tregua en lo deportivo y en lo económico, al Barcelona también lo castigan las lesiones. Desde que comenzó la temporada, 17 jugadores de la plantilla azulgrana han pasado por la enfermería. En la previa del duelo ante el Dinamo, Dest se cayó del once. Sin el estadounidense, el técnico apostó por Gavi en el ala derecha para romper el 4-3-3. No es nueva la posición para el canterano azulgrana. En esa demarcación jugó en el primer equipo y también en el filial. Siempre, en cualquier caso, como falso extremo. “Cambia mucho la posición. No es lo mismo jugar de interior que de extremo. Le explicamos la presión, pero lo importante era la intensidad que queríamos. No tiene tanta profundidad, pero estuvo un muy aplicado”, explicó Barjuan.
En la otra ala reapareció Ansu Fati. “Hemos hablado con él y se veía capaz de darnos su fútbol para hoy, un día importante para el club, por eso va a ser titular”, expuso Barjuan en la previa. El problema para el técnico azulgrana fue que con Gavi y Fati en los extremos, ambos con tendencia a cerrarse, al Barcelona le costaba abrir el campo frente a un equipo acostumbrado a arrinconarse a orillas de su portería.
Demasiado tráfico en el callejón central para que el Barcelona se plantara con autoridad en el área de Bushchan. De hecho, cada vez que el cuadro azulgrana se acercaba con peligro al área del Dinamo lo hacía a través de centros laterales, nunca aprovechados ni por Lenglet ni tampoco por Nico. Por entonces, Ansu Fati y Depay no estaban ni cerca de pescar un centro que incomodara al portero del conjunto italiano. Sin soluciones en las alas, Barjuan anticipó unos minutos el regreso de Dembélé.
134 días después
Pero Barjuan necesitaba abrir el campo, sobre todo vértigo para romper al Dinamo. Pocos mejores de Dembélé. Y entonces, pasado el cuarto de hora del segundo tiempo, el extremo francés saltó al campo. En Kiev, Dembélé dejó atrás su lesión número 12 (10 musculares) desde que llegó al Camp Nou en 2017. El último varapalo del exjugador del Borussia Dortmund fue el 19 de junio en el duelo de Francia frente a Hungría en la Eurocopa.
Tras 134 días en la enfermería, Dembélé volvió a reaparecer. Le funcionó el francés al técnico. El centro de Mingueza que terminó en el gol de Ansu Fati, tenía como destino a Dembélé. “Es un jugador diferente. Tiene uno contra uno, velocidad y visión de juego. Lo puse antes de lo que habíamos hablado. Veía que necesitamos algo diferente y él lo ha aceptado. Ahora hay que seguir mimándole. Marca las diferencias”, dijo Barjuan. Buena noticia para el Barcelona, recupera a Dembélé, también a Ansu Fati. El francés no pierde la capacidad de desequilibrio, el canterano azulgrana no pierde el gol.
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