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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El fútbol vuelve a ser fútbol

Un equipo lo forma el que grita desde la grada, el que sufre desde la banda y el que empuja el balón a la red

Erik Lamela (i) celebra su segundo gol en la primera jornada de Liga en el Ramón Sánchez Pizjuan, frente a los hinchas sevillistas que volvieron tras más de un año en el estadio.
Erik Lamela (i) celebra su segundo gol en la primera jornada de Liga en el Ramón Sánchez Pizjuan, frente a los hinchas sevillistas que volvieron tras más de un año en el estadio.José Manuel Vidal. (EFE)

Tengo grabada en mi mente una sensación, algo que difícilmente viviré fuera del deporte. Estar en competición y ver cómo se me eriza la piel al escuchar mi nombre coreado por una grada. La pandemia de covid-19 nos ha hecho perder muchas cosas, todos nos hemos sentido afectados de una manera u otra. La conexión con el aficionado ha sido una de las grandes pérdidas para el deportista.

Conceptos que parecían lejanos han pasado a formar parte de nuestro día a día. Toques de queda, cuarentenas, restricciones… Todos nos hemos visto inmersos en una nueva realidad y el deporte no ha escapado de ello. Gracias a la vacunación parecemos estar más cerca de un estilo de vida similar al que estábamos acostumbrados a tener.

Algo que los amantes del deporte, entre los que me incluyo, echábamos de menos era poder asistir a campeonatos al estadio. Aportar ese calor a los deportistas, acompañar al atleta en el momento de máxima tensión, toda la ceremonia previa entre amigos y conocidos que los aficionados disfrutan alrededor del partido. No hay nada como vivir el deporte en directo, y esa realidad la habíamos perdido.

Personalmente, he añorado la Liga durante todo este tiempo. Dentro de una situación excepcional, creo que vamos a sentir este campeonato como algo atípico. Sin Leo Messi y Sergio Ramos, recientes capitanes y estandartes de Barça y Real Madrid durante más de 10 años, se hará raro disfrutar del campeonato sin sus momentos de protagonismo.

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Lo bonito del deporte es que siempre contará con el calor de los aficionados. El regreso de los seguidores a las gradas, aunque sea con aforo limitado, ha permitido ver imágenes preciosas. Esas caras de emoción del que vuelve a un lugar del que nunca quiso marcharse. Es un regreso sincero, y lo vemos en las lágrimas de tantos. Almas y gargantas entregadas al apoyo incondicional a unos colores.

No puedo quitarme de la cabeza las imágenes vistas en Sevilla estos últimos días. Un público apasionado, cantando a capela el himno de sus equipos. El mensaje parecía claro: aunque las butacas estuvieran vacías durante meses, el cariño de los seguidores ha sido diario. Ha sido una de las cosas más emocionantes que se ha visto en este inicio de campeonato.

En la primera jornada de Liga, el Sevilla nos dejó a todos atónitos. El público asistente al completo coreando el himno del equipo. Vivir un partido en el Sánchez Pizjuán nunca decepciona. Se lo recomiendo a todo aquel que nunca lo haya visitado. Como deportista, se me encoge el corazón al ver una pasión tan sincera, ese sentimiento de comunidad por un grupo deportivo. La letra es preciosa, el sentimiento de los sevillistas es único y el apoyo es constante durante todo el partido. Qué alegría haberlo recuperado.

La pasión por el Betis en la segunda jornada no fue para menos. Pocos planes hay mejores que ver a tu equipo un viernes por la noche en pleno verano. Esa comunión bajo el calor, con esas noches que recuerdan a infancia, hace de los partidos algo único. Era algo que los jugadores seguro echaban de menos y los aficionados cumplieron con creces.

La vuelta del público a la grada también sirvió para ver detalles en la otra dirección. Varios fueron los equipos que tuvieron gestos amables con sus aficionados, con sus propios jugadores y de estos últimos con la afición. Un equipo lo forma el que grita desde la grada, el que sufre desde la banda y el que empuja el balón a la red.

Recuperamos momentos de mucha cercanía humana. Hubo saques de honor de medallistas olímpicos, reconocimientos por éxitos recientes, como el mostrado a los ganadores de la Copa América o de la pasada Liga, como fue el caso del Atlético y también, tras su ascenso, del Espanyol.

El fútbol volvió a ser fútbol. Espero y deseo que el público recupere esa pasión por disfrutar, aplaudir y animar. Que ese aliento que tanto necesita el deportista vuelva a ser el ambiente de fondo en cada encuentro.

Espero con muchas ganas recuperar ese sentimiento en el tenis. En el US Open que comenzamos en apenas unas horas podremos disfrutar con el 100% del aforo. Será mi despedida profesional y la bienvenida a algo que siempre dimos por hecho. La compañía de las personas que más valoran nuestro trabajo.

Estoy deseando cruzar el umbral de una pista y reencontrarme con lo que siempre disfruté: jugadores y público unidos por la emoción de los puntos. Disfrutando del deporte todos unidos.

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