“Primero Neymar y ahora Messi, es la venganza total”
Cientos de aficionados reciben al astro argentino en París y se congratulan de desmantelar al Barcelona después de la remontada europea que sufrieron en el Camp Nou en 2017
Tras días de caos informativo, la coreografía final fue casi perfecta. Mientras el avión que trasladaba a la familia Messi aterrizaba (¡por fin!) en el aeropuerto parisino de Le Bourget, allí donde desembarcan los ricos y famosos en sus jets privados, el Paris Saint-Germain confirmaba oficialmente la noticia que todos esperaban desde que se supo que el astro argentino dejaba el Barcelona: La Pulga será el nuevo y más importante miembro del equipo capitalino francés. La noticia corrió como la pólvora en medios y redes sociales. Y París, cómo no, se convirtió en una fiesta.
“Ahora va a saber lo que son auténticos fans”, se prometía Amin, un “parisino antes que francés” y seguidor “a fondo” del PSG que, como cientos de otros hinchas, se acercaron hasta el Parque de los Príncipes en un intento (vano) de ver al argentino. Que este se mostrara un tanto esquivo —apenas se lo vio saludar unos segundos desde una ventana del aeropuerto al que aterrizó, recién vestido con una camiseta que era toda una declaración de intenciones, “Ici c’est Paris”, estoy en París, que venía a decir— no desanimó a sus incondicionales. Muchos continuaron durante horas esperando ver a su ídolo, cantando y gritando ante las puertas del estadio, aunque este permaneciera cerrado a cal y canto.
“Su llegada es increíble para el club, Messi siempre ha sido fiel al Barcelona y ahora viene aquí, es un gran honor para nosotros”, se felicitaba Giovanni, otro aficionado vestido de pies a cabeza con la ropa oficial del PSG. La mayoría de los seguidores lucían camisetas de Neymar —que no pudo aguantar a que el club confirmara la noticia y la adelantó unos minutos antes en su cuenta de Instagram con una foto de ambos y un festivo back togehter, juntos de nuevo— o de la hasta ahora principal estrella del club, Kylian Mbappé. No se difícil vaticinar sin embargo que el 30, el número que llevará finalmente Messi, será la camiseta más demandada de la próxima temporada.
La falta de merchandising con la nueva estrella indiscutible del equipo no impidió que muchos seguidores acudieran también a hacer sus compras en la tienda oficial del PSG en los Campos Elíseos. En su fachada, fotos de Mbappé y Marquinhos: tampoco aquí se ha podido aún explotar al máximo el nuevo fichaje, aunque seguro que es cuestión de horas que una nueva cara decore su escaparate. A pesar de que tendrá que volver a por material con el nuevo jugador cuando esté listo, Lucas, de ocho años, estaba contento de haber ido a la tienda de su equipo en el mismo día en que este celebraba la llegada del “mejor jugador del mundo”. “Ahora los otros equipos van a tener miedo del PSG, gracias a Messi”, reía el pequeño que, como su padre, es seguidor del equipo francés. Su hermano mayor, Víctor, del Olympique de Marsella, ponía cara de circunstancias.
Los hinchas, sin embargo, lo que más ansían es que la llegada de Messi permita por fin realizar el sueño de ganar una Champions. “Messi debe demostrar que puede ganar en otro club que no sea el Barcelona. Si gana aquí la Champions, nadie le discutirá que es el mejor del mundo”, comentaba Amin. “Va a ser un buen director de orquesta”, se prometía su amigo Sophian, también fanático del PSG aunque admite que también sigue al Chelsea. A ambos les sigue escociendo la “remontada” de 2017 (4-0 en París y 6-1 en el Camp Nou) y la llegada de Messi ahora al club parisino supone una “dulce venganza”, sonríen con picardía. “Primero nos trajimos a Neymar y ahora a Messi. Es la venganza total”, se felicitaban. “Nos esperan cosas bellas”, se felicitaba también Giovanni.
Karim, que acompañó a su hijo Ilies, otro fan absoluto del PSG y ahora de Messi, hasta el nuevo estadio del argentino, cree que la llegada de La Pulga será buena para el fútbol parisino, pero también para la ciudad y hasta para toda Francia. “Traerá sponsors, turismo, Messi es conocido en el mundo entero”, recordó. Mathilde, que llegó de visita de un día a la capital francesa, adonde volverá en septiembre a estudiar, también cree que será bueno para el nuevo hogar del argentino y, pronto, el suyo. “Ahora todo el mundo va a hablar de París”.
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