El gol de oro dejó huella
La transitoria medida adoptada para evitar las tandas de penaltis decidió las dos finales en las que estuvo vigente. Alemania fue campeón en la Eurocopa 96 y Francia en la de 2000
Con el paso del tiempo, la opinión generalizada de los especialistas futbolísticos se inclinó definitivamente hacía que el gol de oro, la medida adoptada por la FIFA como un mecanismo capaz de limitar el número de partidos que se decidieran en las tandas de penaltis y al mismo tiempo se alimentara el juego ofensivo en las prórrogas, fue un fracaso. Así lo debió considerar también la propia organización que tras los ensayos de rigor lo puso en vigencia en 1994 como una prueba de modernización y diez años lo eliminó de la circulación casi de puntillas para volver al pasado, es decir a los penaltis.
Sin embargo, fracaso rotundo o acierto temporal, la realidad fue que tuvo una gran influencia en algunas competiciones, especialmente en la Eurocopa. El ‘gol de oro’ estuvo vigente en dos ediciones, Inglaterra-96 y Bélgica-Holanda-2000 y en ambas el campeón se decidió por esta suerte. Dos de dos. Pleno. El invento en cuestión se resumía en que el partido concluiría instantáneamente al marcarse un gol en la prórroga y el vencedor sería el autor de ese tanto. Una especie de muerte súbita futbolística.
La nueva norma también estuvo en vigor en los Mundiales 98 (un partido) y 2002 (tres). En este Campeonato de Corea y Japón, a la selección española se le anuló un gol de oro en los cuartos de final contra Corea. Morientes marcó a los dos minutos de la prórroga, pero el árbitro, el egipcio Al-Ghandour, lo anuló por considerar erróneamente que el balón había salido por la línea de fondo antes de que centrara Joaquín.
En la Eurocopa 96, la primera gran competición en la que entró en liza el gol de oro fue la primera con 16 selecciones en la fase final y los tres puntos como premio por la victoria. Antes de ser decisiva en la final, la nueva norma pudo haber entrado en escena en dos partidos de cuartos: Francia-Holanda e Inglaterra-España y en las dos semifinales, Francia-República Checa y Alemania-Inglaterra, pero los cuatro llegaron finalmente hasta los penaltis.
De aquella final hoy se cumplen 25 años y sobre el alemán Bierhoff recayó el honor de ser el primer chico de oro. Madrugó. Marcó a los cuatro minutos de la prórroga. Berger había adelantado a los checos y el propio Bierhoff, recién entrado al campo, habían elevado al marcador el 1-1 con el que finalizó el partido. Un gol medio de carambola. Su remate tocó en Hornak y el portero Kouba ayudó lo suyo.
Cuatro años después, Francia llegó al título tras dos ‘goles de oro’ consecutivos. En las semifinales, contra Portugal, fue Zidane quien transformó un penalti en el minuto 117 y en la final, contra Italia, Trezeguet en el 103 firmó el tanto del triunfo, haciendo bueno el tanto de su compañero Wiltord en el minuto 94 de partido. Con estas dos acciones y el tanto de Blanc en la prórroga de los octavos del Mundial 98 contra Paraguay, los franceses pasaron a la historia como los más certeros en esta transitoria norma.
Pasado el Mundial 2002 y no satisfecha plenamente con el gol de oro la FIFA se inventó el gol de plata que llegó hasta la Eurocopa 2004. Una vuelta de tuerca efímera. Solo se jugaba la segunda parte de la prórroga si en la primera se había mantenido el empate. El partido terminaba después del primer tiempo extra a favor del equipo que hubiese logrado marcar. En el Euro de Portugal, el griego Dellas, en el último minuto de la primera parte de la prórroga de las semifinales contra la República checa, fue el autor del gol de plata más decisivo. Fue también el último antes de su extinción.
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