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El Quartararo más constante sonroja a Viñales en Assen

El francés es más líder al imponerse en los Países Bajos a su compañero Maverick, que dice no poder sacar todo su potencial con Yamaha y entona el adiós a la casa japonesa. Mir vuelve al podio y Márquez remonta de la 20ª a la séptima plaza

Quartaro, primero, y Mir, tercero, celebran en el podio de Assen con Viñales al fondo.
Quartaro, primero, y Mir, tercero, celebran en el podio de Assen con Viñales al fondo.VINCENT JANNINK (EFE)
Nadia Tronchoni

Le gusta reír y disfrutar a Fabio Quartararo, un niño jugando (mal) a golf en sus ratos libres entre carrera y carrera, cuando es tan corto el descanso que vale más la pena relajarse con los amigos que machacarse a entrenar, cuando apenas hay tiempo para seguir rodando en moto antes de volver a subirse a un avión y de que empiecen los siguientes libres. Ríe cada día y disfruta de cada momento Quartararo en este 2021 en que ha aprendido a convivir con la presión de saberse favorito. Lleva, dice él, la mejor Yamaha de los últimos años. Y por mucho que discrepe su compañero de equipo Maverick Viñales los hechos y los números le dan la razón al francés. En el mítico circuito de Assen logró su cuarto triunfo de la temporada. Y hoy es más líder todavía de un Mundial de MotoGP que se coge vacaciones.

Da gusto ver a la M1 deslizarse por el circuito neerlandés, un trazado fluido, con cantidad de curvas, muchas de ellas a gran velocidad, sin apenas recta y con una chicane de infarto justo antes de cruzar la recta de meta. Nada como observar a cámara lenta en ese cambio de dirección brusco la maestría del de Niza, de 22 años, emocionado en el podio al escuchar La Marsellesa. No hubo piloto más constante, martilleantes sus vueltas, clonada una a la otra. Magnífico y seguro.

Segundo en parrilla, bordó una buena salida para tomar la delantera en las primeras curvas, en esos momentos clave en que otra M1, la de Viñales, acostumbra a flaquear. Le ocurrió también este domingo. La pole position lograda el sábado le sirvió de bien poco al catalán, que cayó a la quinta posición en dos parpadeos. Le costó muchísimo al de Roses recuperar las sensaciones y el ritmo exhibido, por otro lado, durante todo el fin de semana. El viernes y el sábado pareció otro Maverick distinto del que se largó de Alemania cabreadísimo y último en carrera. El domingo volvieron los fantasmas, volvieron las quejas sobre el rendimiento de la M1 y se escuchó de su propia boca la confirmación de que lleva mucho tiempo pensando en dejar Yamaha –“Aquí no puedo sacar todo mi potencial”, dijo– y renunciar al año que le queda de contrato. Lo dijo incluso después de recuperarse en carrera y de acercarse a Quartararo. Poco y tarde. Lo justo para terminar segundo –su mejor resultado desde que ganó la primera carrera del año en Qatar– por detrás de su compañero, que le sacó los colores.

Fabio Quartararo, por delante de Bagnaia. Por detrás, Nakagami, Viñales y Zarco.
Fabio Quartararo, por delante de Bagnaia. Por detrás, Nakagami, Viñales y Zarco.YVES HERMAN (Reuters)

Del error inicial de Viñales se aprovechó Pecco Bagnaia, dispuesto a demostrar este domingo que a las Ducati ya no les dan miedo estos circuitos de curvas rápidas. Podría haberse convertido en la peor pesadilla de Quartararo de no ser porque pisó tantas veces la zona prohibida a la salida de la chicane que fue penalizado con una long lap –la pena consiste en hacer una vuelta por el carrill largo dibujado expresamente para ello– con la que perdió tres segundos. Así, indirectamente, se borró de la pelea por el triunfo con la misma rapidez con que la agresividad de Mir desbancó al correctísimo Nakagami y lo dejó fuera de la lucha por el podio.

El de Suzuki, décimo en la parrilla de salida, tercero otra vez (como en Portugal o Italia), volvió a remontar y a sacar lo mejor de su moto en un circuito en el que la recta de meta apenas llega al medio kilómetro. Pero las cualidades de la máquina japonesa, la campeona de 2020, son este año menos apreciables por la gran evolución de sus rivales, que disponen de un sistema especial para la salida que a Suzuki le falta, lo que suele traducirse en tres décimas perdidas por vuelta, aproximadamente, que tipos como Mir enmascaran como pueden.

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La carrera ofreció, por otro lado, múltiples historias paralelas y personajes secundarios. No hay mejor manera para despedir la primera parte del curso y marcharse a disfrutar del verano que hacerlo después de palpar lo vivo que está este campeonato. Un campeonato en el que Márquez empieza a ser Márquez: 20º clasificado en parrilla después de sufrir dos caídas, una el viernes –tremenda esta— y otra el sábado; espectacular en la salida para colocarse 13º; décimo al cabo de dos vueltas, listo para aprovechar los huecos y para aferrarse a la rueda de Bagnaia, una de las mejores este domingo, cuando cayó a la séptima plaza tras la penalización. Se fio a esa referencia y no la soltó hasta pasar por meta séptimo y después de un duelo con Aleix Espargaró, octavo, de nuevo maravilloso con su Aprilia. Saca petróleo el de Granollers, constante y competitivo con la moto más modesta de la parrilla.

Por lo demás, se cayó Rossi a toda velocidad en el circuito de sus amores (diez victorias acumula en Assen); abandonó Jorge Martín, físicamente destrozado tras tantas operaciones y dolencias consecuencia de su caída en Portugal; y lo hizo también Miller después de una caída y un aviso de dirección de carrera, que le advirtió de que tenía un problema mecánico por mucho que en Ducati no lograran entender cómo habían dado por terminada así su carrera. Apenas se vio salir un poco de humo de su moto, que, eso sí, rodaba sin aletas después del choque.

El mes y medio de descanso que este año ofrece el Mundial lo agradecerán tipos como Márquez o Martín, que confían en recuperar la forma física para plantarse en Austria a primeros de agosto con otra perspectiva y más ambición. “Hoy teníamos moto para subir al podio”, advirtió Márquez. Quartararo lleva la batuta (cuenta 34 puntos de ventaja sobre Zarco, segundo de la general), pero a su regreso a las pistas este campeonato será a buen seguro un poco distinto.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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