Tuchel, del despido del PSG a un récord
El alemán es el primer técnico finalista dos años seguidos con dos equipos distintos
Del despido en la víspera de Nochevieja a la final de la Champions de mayo. La temporada de Thomas Tuchel es un tobogán y a la primavera ha llegado a lo más alto, o casi, a la espera del duelo por el título en Estambul contra el City. En enero recogió un Chelsea abatido y lo ha convertido en una piedra inaccesible para sus rivales. En febrero lo sufrió el Atlético, luego despachó sin contemplaciones al Oporto y en las semifinales el Real Madrid no ha sabido en prácticamente ningún momento de los dos partidos cómo hincarle el diente.
“Tuvimos otra actuación de energía, espíritu y actitud. Nunca dejamos de pensar en positivo tras las ocasiones falladas. Es duro cuando fallas, fallas y vuelves a fallar”, afirmó. Con cada error ante Courtois, el técnico alemán se retorcía desesperado en la banda. “El Madrid siempre te puede hacer un gol con tu calidad, pero el portero estuvo bien”, añadió. Solo dos veces estuvieron cerca los blancos de abatir a Mendy, que sacó dos manos fabulosas a Benzema. La primera en un tiro muy peligroso a la media vuelta y la segunda en un cabezazo a centro de Modric.
“Estoy encantado con el equipo por la manera en la que continuamos y mostramos esa resiliencia mental, cómo nunca dejamos de ir a por el segundo gol. Nunca perdimos el hambre. Cuando se te va una ocasión, sabes que ellos te pueden hacer daño con su talento individual”, valoró encantando Tuchel.
Él es el primero que alcanza la final de la Champions en dos años seguidos con dos conjuntos diferentes. Hace nueve meses, en Lisboa, su PSG cayó ante el Bayern. En Turquía le espera el City de Guardiola, al que ya venció en abril en las semifinales de la FA Cup. Lo hizo a su manera: 1-0 y un muro defensivo. En los 23 choques que lleva al frente del Chelsea, los blue han dejado la portería a cero en 17 de ellos. El Madrid, pese a todas sus dificultades ofensivas, había marcado en el 85% de los encuentros. Los londinenses, sin embargo, fueron una piedra demasiado dura. “Vamos con convicción y energía a la final. Vamos a ganar, no solo a participar”, avisó Thomas Tuchel, el hombre que obró una resurrección en Stamford Bridge.
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