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Las 48 horas de un murciano como plusmarquista de Honduras

Camilo Santiago utilizó el dorsal de Iván Zarco en el maratón de Dresde y logró en su nombre un récord y la mínima olímpica

Camilo Santiago termina el maratón de Valencia de 2019 como primer español.
Camilo Santiago termina el maratón de Valencia de 2019 como primer español.Juan Carlos Cárdenas (EFE)
Carlos Arribas

La vida atlética del maratoniano Camilo Santiago, de 38 años, un murciano de Molina de Segura residente en Albelda de Iregua (Rioja), se puede resumir en dos dorsales, el que le ofreció un amigo para una media maratón cuando tenía 29 años y el que le prestó otro amigo para correr en su nombre una maratón. Entre medias, nueve años de sueños que acabaron en pesadilla, una mejor marca de 2h 9m 56s (Valencia, 2020) que dejó con la boca abierta a la afición, una mínima olímpica, un presente sin patrocinadores ni club, como tantos atletas asfixiados por la crisis y la pandemia, entrenamientos en Zaragoza con José Luis Mareca y participaciones esporádicas en programas televisivos como La ruleta de la suerte para conseguir ingresos.

El primer dorsal significó para él el abandono del fútbol y una vida de tabaco y fiestas y el comienzo a edad tardía de su carrera de atleta; el segundo, quizás, el final, el oprobio del mundo del atletismo y una posible sanción por suplantación de personalidad y engaño. Y, de paso, el récord nacional de Honduras de maratón durante 48 horas para un barcelonés de 37 años llamado Iván Zarco Álvarez, hondureño desde el 1 de enero de 2020 en virtud del matrimonio de su padre.

Todo ocurrió el domingo pasado, el 21 de marzo, en el maratón de Dresde (Alemania), una prueba con unos 40 participantes organizada para dar la oportunidad de conseguir la mínima olímpica a atletas sin ella y no solo no paga a los participantes ni entrega premios, sino que cobra por la inscripción y el dorsal. Zarco, con una mejor marca en maratón de 2h 21m 41s conseguida hace cinco años, necesita bajar de 2h 18m para conseguir la mínima reservada a países en desarrollo, como Honduras, que tienen derecho a un representante en Tokio, y le pide a su amigo Santiago que sea su liebre en la carrera alemana. Le paga el billete de avión a Frankfurt, la habitación de hotel y la inscripción en la carrera, 125 euros. Pero poco antes de comenzar la carrera, Zarco le anuncia que le duelen los pies, que sufre una fascitis plantar y que qué fastidio tener que renunciar a la carrera, a la mínima, a Tokio, con todo lo que había invertido en ello, qué miseria, que por qué no participa él con su dorsal, en su nombre, y salvan así el viaje.

Santiago corre con el dorsal de Iván Zarco el maratón de Dresde del pasado 21 de marzo.
Santiago corre con el dorsal de Iván Zarco el maratón de Dresde del pasado 21 de marzo.

Compadecido, y así lo cuenta su mánager, Miguel Mostaza (Santiago no ha respondido a ninguna de las numerosas llamadas efectuadas), Santiago acepta. Corre el maratón con el dorsal 450, y los apellidos Zarco Álvarez bien visibles bajo el número, y lo hace tan bien que termina séptimo con un tiempo de 2h 17m 46s. La organización, ajena a un intercambio de dorsales prohibido, publica los resultados y anuncia: con ese tiempo, Zarco ha batido, además, el récord de Honduras. Y en su página de Facebook, la federación hondureña lo proclama y se congratula: “El atleta Iván Zarco, vuelve hacer historia al romper el récord de maratón, antes en poder de Clovis Morales”.

Ambos vuelven a Barcelona tan tranquilos, pero la calma les dura menos de 48 horas, el tiempo que tarda la web soycorredor.es en descubrir el cambiazo y publicarlo. Poco tardó Santiago en ofrecer una explicación, más complicada incluso, y más increíble, que la historia verdadera. Dijo en Twitter que media hora antes del maratón le robaron la mochila con la ropa y el dorsal y que Zarco, que no iba a correr por su lesión, le prestó su ropa y su dorsal, y que a través de un voluntario informaron de ello a la organización, y esta aceptó.

Mostaza, quien comprende las necesidades por las que pasa su atleta, pero no le disculpa en ningún momento por su acción, le pregunta entonces que teniendo en cuenta que estaba inscrito para el maratón de Siena del próximo 11 de abril qué necesidad tenía él de correr en Dresde, y más cuando su amigo no corría, y qué necesidad tenía incluso de terminar los 42,195 kilómetros. Santiago le responde que su entrenador le había programado una tirada larga y que se encontraba tan a gusto que decidió terminar.

Todas sus explicaciones se deshacen poco después cuando la organización informa de que en ningún momento antes de la prueba ninguno de los dos maratonianos les informaron del robo y el uso del dorsal de uno por otro, y de que solo recibieron un email de Santiago el martes por la mañana, justo después de que se publicara la noticia del cambiazo en soycorredor.es. Inmediatamente modificó su clasificación e Iván Zarco pasó de ser séptimo a ser descalificado.

La federación española, por la que están federados ambos atletas, ha solicitado información oficial a la carrera y se la ha pasado a su comité de competición para que abra un expediente informativo por si la conducta antideportiva puede ser sancionable. Al mismo tiempo, la Unidad de Integridad del Atletismo de la federación internacional ha abierto por su parte otro expediente. No hay ninguna prueba ni indicio de que percibiera ningún pago a cambio del favor a Zarco. Tampoco parece probable que Santiago pueda correr el 11 en Siena y mucho menos que pueda participar representando a España en los Juegos de Tokio.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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