El piragüismo cierra su peor semana entre plantes, denuncias de amaño y filtraciones de audios privados
La Federación ha reanudado los selectivos: pero este domingo sólo se han presentado Craviotto, Arévalo, Cooper y Germade. Toro y Garrote, que confirmaron el viernes su presencia, presentaron las bajas el sábado por la noche
La peor semana del piragüismo español se cerró este domingo en Trasona (Asturias) con la presencia de tan sólo cuatro de los seis palistas de la selección (Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Carlos Arévalo, Rodrigo Germade). Carlos Arévalo volvió a ganar las dos tiradas del K1-200 por delante de Craviotto, Cooper y Germade. No estuvieron Carlos Garrote ni Cristian Toro. Ambos confirmaron su presencia el viernes en un mail a la Federación. El sábado por la noche, sin embargo, avisaron de que no acudirían al campo de regatas de Trasona. Siguen de baja médica. Toro decidió dar marcha atrás mientras iba en el coche de camino a Trasona tras hablarlo con su psicólogo. La Federación explicó el viernes en un comunicado que, finalizados los test de este domingo, elaboraría un informe para elegir y comunicar la titularidad del K4, una de las opciones de medalla en los Juegos de Tokio. La selección es ahora mismo un polvorín.
❗️| Arévalo también ganó el segundo test del día en K1 200.
— PiragüismoEspaña (@RFEPiraguismo) March 14, 2021
Siguieron Craviotto, Walz y Germande. pic.twitter.com/FygyFI5Rc5
El proceso interno para elegir al K1-200 y al K4-500 que competirán en los Juegos de Tokio empezó el jueves 4 y tendría que haberse terminado el día 11. Se alargó en medio de una tormenta provocada por las denuncias de amaño de Carlos Garrote y del expresidente federativo Juan Román Mangas. Garrote sostiene que en la primera tanda de tiradas previstas para el K4-500 sus compañeros fueron más lentos con él en el barco para dejarle fuera de los Juegos. Los compañeros a los que se refiere son Craviotto, Arévalo y Toro; él mismo los eligió para formar una de las tres combinaciones posibles del K4-500. Cuando se le preguntó en su día con quién quería remar, eligió a esos tres compañeros y se negó a compartir barco con Marcus Cooper. “No me fio de él”, dijo.
Las otras dos embarcaciones están formadas por Craviotto-Cooper-Arévalo-Toro y Craviotto-Cooper-Arévalo-Germade (la que fue subcampeona del mundo en 2019 en Szeged, el último Mundial que se disputó). De las seis tiradas previstas (la que ganara dos sería la elegida para competir en los Juegos) sólo se han llegado a disputar cuatro. Garrote y Toro presentaron una baja médica el martes y pararon el proceso de selección en medio de acusaciones de amaño.
La Federación decidió que este domingo se competiera a puerta cerrada para evitar que se montara otro circo mediático como el de esta semana. Han sido 10 días de pruebas suspendidas, reanudadas durante un día, suspendidas de nuevo. Han sido 10 días en los que ha habido una visita a urgencias por un ataque de nervios (el de Garrote, según contó Toro, que fue quien le acompañó al hospital), bajas médicas, quejas al Consejo Superior de Deportes (CSD), filtraciones de audios privados, escritos y demandas por parte de los abogados de Miguel García, el técnico, y Saúl Craviotto, capitán de la selección y abanderado en la ceremonia de apertura de los Juegos que comienzan el 23 de julio.
El jueves 4 Carlos Arévalo ganó las dos tiradas programadas para elegir el palista que competiría en el K1-200. España ha clasificado a ocho piragüistas para cuatro pruebas, pero en estos Juegos el COI ha limitado las plazas a seis, por lo que la Federación ha tenido que hacer unos selectivos internos para hacer dos descartes en la pruebas del K1-200 y el K4-500. El nivel del piragüismo español es tan alto que se tuvieron que organizar unos trials como las potencias mundiales (Estados Unidos en natación o atletismo, por ejemplo).
Arévalo, que en 2016 se quedó fuera de los Juegos de Río al perder los selectivos internos para el K2-200, ganó los dos test que arrancaron el jueves 4 por delante de Saúl Craviotto y del resto de sus compañeros (Carlos Garrote, Cristian Toro –especialistas en velocidad- y Marcus Cooper y Rodrigo Germade –especialistas en distancias más largas). La única opción que tenían Garrote y Toro, igual que el resto, para poder participar en los Juegos de Tokio era, por lo tanto, conseguir una plaza en el K4-500. Los tiempos, que la Federación acordó que no se hicieran públicos como los selectivos de años anteriores –en los que ni los palistas tenían conocimiento de los cronos- aparecieron publicados para sorpresa del técnico, Miguel García.
La diferencia de 3,8 segundos con el que el K4-500 de Craviotto-Cooper-Arévalo-Germade ganó la primera tanda de tiradas llevó al entrenador a convocar a los deportistas para averiguar qué había pasado en las pruebas, si había influido el frío, la dureza del agua y de la pista, la activación muscular, etc. Es un tipo de reunión que se suele hacer para analizar las diferencias de tiempo y las circunstancias de carrera; pero en esta ocasión se convirtió en un juego de filtraciones y en unas acusaciones de manipulación antes incluso de que empezara.
Garrote insinuó que las pruebas estaban amañadas y que sus compañeros bajaron el ritmo de palada con él en el barco para ir más lentos y dejarle fuera de los Juegos. El mismo día que terminó su tirada, sin embargo, dijo que el proceso de selección interno iba a ser “justo y legal” y celebró que ese día “todos se fueran a casa satisfechos de no haber dejado ni una pizca de fuerza de reserva”. Cuatro días después (el lunes) envió un whatsapp a algunos periodistas diciendo que el proceso de selección estaba intervenido e intentó convencer a Toro de que sus compañeros les estaban perjudicando. “Si sales mañana [el día que le tocaba la segunda tirada], aceptas la derrota, si no sales, queda demostrado que nos han robado”, le dijo según un testigo.
La Federación, tras cancelar los test el martes, decidió que las pruebas tenían que seguir disputándose y que esta semana tendría que haberse elegido sí o sí el barco titular para los Juegos, para los que quedan apenas cuatro meses y medio. Y, sin embargo, sólo se consiguió hacer una tirada más. La del Craviotto-Cooper-Arévalo-Germade, la que en la primera prueba había firmado el mejor tiempo. Son los únicos, pese a las tensiones previas y pese a pasar noches sin pegar ojo igual que el resto del equipo, que se presentaron en la línea de salida. Garrote y Toro enviaron sendas bajas médicas en las que certificaban no poder competir por un cuadro de estrés y por no estar mental ni físicamente aptos para rendir. Mientras tanto, el Club Fluvial de Lugo, al que pertenece Toro, envió un informe al CSD con el análisis de los tiempos de los test y un escrito a la Federación con queja formal sobre el proceso de selección.
Faltas de respeto y amenazas
La Federación anunció el viernes por la tarde que este domingo se harían dos tiradas del K1-200 y que finalizados estos test elaboraría un informe para elegir el K4-500 ya que la preparación para los Juegos ha tenido suficientes frenazos. Las pruebas del K4-500 que se suspendieron por las bajas médicas de Toro y Garrote no se repetirán. Es inviable que puedan desarrollarse las pruebas con normalidad después de las tensiones acumuladas durante la semana, las acusaciones de amaño, las filtraciones de conversaciones privadas grabadas a escondidas en los pasillos del centro de tecnificación de Trasona y en las reuniones con el técnico. Han intervenido hasta los abogados de Craviotto advirtiendo por escrito a Garrote de que publicar esos audios es delito. El objetivo de Garrote, según piensan algunos en el equipo nacional, es precisamente alargar los procesos para poder impugnarlos.
Las tensiones que acompañaron los selectivos desde que el K4-500 capitaneado por Craviotto consiguió la plata mundial en Szeged estallaron de repente este lunes convirtiendo la selección en un polvorín. Testigos presentes en las reuniones que mantuvo Miguel García, el técnico, con los seis palistas, relatan haber escuchado faltas de respeto y amenazas. “Después de 14 días casi de controles, empezando por los selectivos de K1 y continuando con las pruebas de K4, por fin se ha podido terminar el proceso, y ahora solo queda la elaboración del informe pertinente, con todos los datos que se puedan aportar a este proceso. Esperamos que en breve se tome la decisión sobre la tripulación seleccionada, y que podamos empezar de una vez a trabajar de cara a los Juegos. Queda muy poco tiempo y los países rivales están trabajando ya con tranquilidad y preparando esa cita que es nuestra obsesión”, declaró García después de los test de este domingo.
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