Casemiro, pareja de baile de Benzema
El francés vuelve a tener poca compañía arriba, donde contribuye más el mediocentro brasileño: una asistencia y líder en ocasiones creadas y en robos
Karim Benzema dejó en el Metropolitano otro paso de baile para esquivar una derrota contra el Atlético que remitió a aquel con el que bajó el telón europeo del Vicente Calderón en mayo de 2017. Aquella tarde lluviosa de semifinales de Champions, con pies de funambulista bailarín, escapó sobre la línea de fondo de Savic, Godín y Giménez y el Madrid se libró de ahogarse en la jaula de Simeone. En el Wanda, con el tiempo casi agotado y sus opciones de liga a punto de esfumarse, Benzema volvió a lucir juego de pies. En el minuto 88, enfiló un pasadizo que se cerraba entre Koke, Kondogbia, Felipe y Hermoso, a los que esquivó con un fugaz uno-dos. Después tiró una pared con Casemiro y acabó empatando un partido que se le escapaba al Madrid.
Entre estas dos actuaciones de Benzema, además de cuatro años de distancia, hay otra diferencia: la del Calderón escapó a las estadísticas (no le anotaron ni gol ni asistencia; remató Kroos y fue luego Isco el que marcó tras rechazar el portero), mientras que los contables del fútbol sí le apuntaron un gol en el Metropolitano. El delantero francés vivía entonces mucho más acompañado arriba. Y no solo por Cristiano, que fue quien más se benefició de su fútbol, aunque no participara en el baile del Calderón. No hizo falta.
En cambio la jugada de este domingo volvió a subrayar lo desatendido que deambula ahora Benzema por la zona de ataque, en particular por aquellos situados cerca de él en la delantera. Su pareja en el baile del Metropolitano fue Casemiro, como lo fue por ejemplo también en Mönchengladbach, cuando le cedió de cabeza para salvar el partido un centro que parecía un globo aerostático. En el Wanda se encontró al brasileño que irrumpía hacia el área desde atrás, último recurso ofensivo de las situaciones desesperadas.
Aunque sus primeros zarpazos de ataque no fueron los de ese último tramo en el que a ratos también se instaló en el área para tratar de cabecear un centro. El segundo futbolista del Madrid que tiró a la puerta de Oblak después de Benzema fue el brasileño, que voleó desde la frontal una pelota que le cayó rechazada. Casemiro remató antes de que lo hicieran Rodrygo y Asensio, la compañía de Benzema en los extremos. También remataron antes Modric y Kroos.
Tanto tiempo antes que cuando Zidane retiró del campo a los dos arietes de banda, después de una hora, dejaron el partido sin que ninguno de los dos hubiera probado a chutar. Asensio se fue sin haber intentado siquiera un regate, aunque creó dos ocasiones. Rodrygo, ninguna. Este apartado de las estadísticas también lo encabezó Casemiro con tres, según los registros de Opta, un dato que coloca al brasileño a la par de las tres de Marcos Llorente, el medio más punzante de la Liga.
Agitador Vinicius
Al terminar, Karim Benzema insistió en el lamento de Zidane de la víspera: “¿Falta gol? No sé si falta gol, pero podemos meter más, porque ocasiones tenemos siempre. Lo más importante es meter gol cuando tenemos ocasiones”, dijo.
Los cambios arroparon más a Benzema e inyectaron energía al equipo: Valverde (3) y Vinicius (2), que sí tiraron, sumaron más recuperaciones en media hora que Asensio (1) y Rodrygo (2) en el doble de tiempo. A partir de una de ellas, Vinicius, de nuevo agitador como en el último partido contra la Real Sociedad, armó una de las jugadas más peligrosas del encuentro. Robó cerca del centro del campo, combinó de pared con Kroos y con un preciso toque de exterior dejó al francés solo ante Oblak, que desactivó dos veces lo que parecía un tanto seguro. En su noche con más paradas de la temporada, siete, el esloveno frustró a Benzema: “Estoy un poco enfadado porque podía haber marcado dos o tres, pero no he podido por el portero”, dijo.
Fue sobre todo en el tramo en el que Zidane, como acostumbra, le varió la compañía. Aunque incluso entonces su mejor pareja de baile fue Casemiro, que antes del gol ya le había brindado otra ocasión al dejarle pasar una pelota que el francés tiró fuera. Casemiro para bailar y también para barrer: volvió a ser el mayor recuperador del equipo, empatado a siete con Lucas y Kroos. “El míster siempre me pide que dé equilibrio al equipo, pero también llegar al área. Siempre me deja eso muy claro. Sé cuál es mi primer trabajo, dar equilibrio y ayudar. Pero si meto un golito o doy una asistencia es importante también”, dijo Casemiro.
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