Januzaj y la espina clavada de Van Gaal

El último servicio de sir Alex Ferguson al Manchester United, antes de su retirada con 1.500 partidos a sus espaldas, fue hacer debutar en el primer equipo a Adnan Januzaj (Bruselas, 26 años), un zurdo de origen albano-kosovar por el que la academia del United había pagado al Anderlecht 300.000 euros cuando sólo tenía 16 años. Se formó en la escuela de los diablos rojos, debutó con 18 a las órdenes de Ferguson, y con Van Gaal en el banquillo de Old Trafford, después de una cesión al Borussia Dortmund, decidió hacer las maletas y viajar a San Sebastián para fichar por la Real Sociedad. Lleva ya cuatro años, sigue manteniendo cierto resquemor con el entrenador neerlandés, y la Liga Europa une su destino con el de su antiguo club (partido que se juega en el Juventus Stadium a las 18.55, Movistar LC).

Cuando el sorteo deparó que la Real y el United se vieran las caras en los dieciseisavos de final, Januzaj y Pogba no pararon de intercambiarse mensajes. Lo hacen a menudo, porque los dos vivían muy cerca en Mánchester y no era raro que uno u otro se desplazara al domicilio de su compañero para pasar la tarde jugando a la play, o fueran juntos a divertirse o de compras al Trafford Center, el megaparque comercial donde se junta la juventud de la ciudad en esos días donde no apetece salir a la calle.

Pogba y Januzaj eran dos promesas del United, inseparables. El francés debutó antes en el primer equipo, y en Europa lo hizo en San Mamés, frente al Athletic, pero a finales de año, Ferguson anunció que se marchaba a la Juventus y dejaba solo a su amigo.

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Januzaj perdió su apoyo, aunque fue Evra quien tomó al belga bajo su protección. El extremo zurdo recibía los elogios de Ferguson. “Es un jugador maravillosamente equilibrado”, dijo, y empezaba a alternar los partidos en el equipo de reservas con los de la Premier. Gozaba de la confianza del mánager del United, y también de la de David Moyes, su sustituto. Los malos resultados, sin embargo, condenaron al técnico escocés, con el que había jugado 27 partidos después de su debut ante el Sunderland, un día en el que anotó dos goles.

Llegó Van Gaal y las cosas cambiaron. “Sin él todavía estaría en el Manchester United”, repite el realista; “si llegan a estar las personas adecuadas, que me daban confianza y me hacían jugar, seguramente aún estaría allí”. El jugador de la Real Sociedad asegura que ese rencor no se va. “Una vez que conoces a alguien con quien no vas a tener ninguna oportunidad, ya nunca le olvidas”, comentó en una entrevista al Manchester Evening News. Prefiere recordar con cariño a Ferguson, a Moyes o a Ryan Giggs, del que heredó el número 11 de la camiseta. Fue su compañero de equipo, le tuvo como entrenador-jugador, como segundo entrenador y como primer técnico. “Cuando tenía momentos malos, Giggs me hablaba mucho, me ayudó a que mantuviera la calma, que disfrutara de mi fútbol y que no me enfadara si no jugaba, que tuviera los pies en el suelo”.

Han pasado cuatro años, y sin embargo, Januzaj tiene todavía la espina clavada de no haber triunfado en Mánchester. “Me queda un año de contrato, y después quién sabe”, dice, cuando le sugieren que al United le falta un jugador de sus características.

De momento, se enfrentará a su antiguo equipo. “Está con ganas, pero como el resto del equipo”, asegura Imanol Alguacil. “No por su pasado tiene más ganas que el resto, todos sabemos de la importancia de la eliminatoria, de lo que nos jugamos, de lo que supone para nuestro club esta eliminatoria y todos estamos igual de concentrados”. Hasta la fecha, muy irregular, el extremo belga no ha logrado la titularidad indiscutible con el cuadro donostiarra.