El Atlético se queda corto
El equipo de Simeone empata ante el Levante, en uno de los dos partidos de Liga que tenía pendientes, y aumenta a seis puntos la ventaja sobre el Real Madrid
Un punto que aumentó el colchón sobre el Real Madrid hasta seis sacó el Atlético del Ciutat de València, en duelo correspondiente a la segunda jornada de Liga. Al líder aún le resta un partido aplazado, contra el Athletic de Marcelino, para saber cuál es su ventaja real. El equipo de Simeone tuvo una visita incómoda de la que solo pudo extraer tablas porque le faltó tino y un poco más de colmillo en los metros finales. El Levante hizo su partido. Aguantó pétreo y golpeó cuando pudo. Con eso le dio para cortar la intención de su rival de dar otro golpe de autoridad al campeonato.
El Atlético tuvo que negociar un encuentro desde la paciencia. Ser más dominador de lo que le gusta. No le quedó más remedio porque una de las virtudes del Levante es que juega muy bien al repliegue y a la salida meteórica. Tira las dos líneas de cuatro, se acompasa como un acordeón para no descubrirse y saca el aguijón en cuanto detecta un espacio a explotar. La pelota fue del Atlético hasta el empacho porque también la recuperaba muy rápido. Entre que el Levante no la quería y ligaba poco pase, el líder se vio obligado a un ejercicio exhaustivo de balón. Y lo movía bien hasta que intentaba la perforación en las inmediaciones del área. Por un momento pareció que el equipo de Paco López estaba dispuesto a dejar que el Atlético se hinchara a meter centros laterales. En uno de ellos, en la primera vez que Marcos Llorente hizo suya la línea de fondo, Luis Suárez giró el cuello en el pico del área pequeña para que el cabezazo dibujara una parábola que cayó a plomo a dos palmos del poste de Aitor Fernández.
Otra pelota que parecía que no iba a ninguna parte porque se elevó por un mal de control del charrúa fue dinamita cuando cayó porque este la convirtió en una volea esquinada. Se le está negando el gol a Suárez, pero no porque no suela estar donde se cuece. Lo mismo en un rechace que en una dejada de cabeza que empala de tijera.
No se inmutaba el Levante ante el monopolio de la pelota que le concedió al Atlético. Cartesiano y a la espera de un gazapo para estirarse. Y este llegó al cuarto de hora, cuando Giménez se comió una anticipación ante De Frutos para romper el falso letargo que simulaba. La jugada la condujo y la regaló un futbolista que se ha mostrado como uno de los mejores jugadores de banda en lo que va de campeonato. Soltó la pelota en el momento exacto para que Bardhi, alienado de segundo delantero, batiera con su excelso toque a Oblak. El gol culminaba a la perfección el plan de Paco López. Un arañazo a la primera que tuvo. Nada como la inactividad del galgo Morales, que tardó más de media hora en cruzar la divisoria a la carrera, para reflejar que el partido se jugaba en una sola dirección. Saúl y Suárez apuraron sin éxito a Aitor Fernández.
Llorente, gol y al carril
El Atlético encontró el empate en una de las suertes que le quedaba por probar para derribar el dique granota. En un saque de esquina jugado en corto, Llorente se fue perfilando de izquierda a derecha hasta que pudo soltar un zapatazo que se tragó el meta del Levante porque Clerc lo desvió con la cabeza. Otro gol de Llorente, al que le esperaría de nuevo el carril tras el descanso. El retraso de posición se dio porque Simeone dio entrada a Kondogbia por Vrsaljko.
Siguió mandón el Atlético, decidido a embolsarse esos tres puntos que le daban más realismo al colchón de puntos sobre sus perseguidores. Una maniobra de oficio de Suárez, un recorte hacia adentro en la frontal ligado a un zurdazo raso, lo sacó como pudo Aitor Fernández. El despeje le cayó franco a Correa. A portero vencido, sin más obstáculo que la red de fondo, mandó su remate de interior por encima del larguero.
En ese error pareció estar el partido para el Atlético, que ya apenas generó ocasiones. Una de Luis Suárez a pase del reaparecido João Félix fue su último fogonazo real. El Levante incluso se atrevió a estirarse con más frecuencia. Oblak le sacó dos manos a Clerc que hubieran apretado más la clasificación. El Atlético estiró su ventaja hasta los seis puntos. Menos de lo deseado.
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