Messi enciende hasta a Trincão
Al Barcelona le alcanza con media hora del argentino para remontar un encuentro que hasta entonces dominaba el Betis a partir del exquisito pie de Fekir
Al Barça le va a costar jugar LaLiga mientras medien la Copa y la Champions. Los partidos se suceden sin descanso, las lesiones se multiplican y se impone administrar los esfuerzos y los recursos en un campeonato que domina con mano de hierro el Atlético. No queda más remedio que priorizar los torneos y dosificar a figuras como Messi. Y, para su suerte, a los azulgrana les alcanzó con media hora de su capitán para remontar contra el Betis.
La entrada del rosarino desmontó a los verdiblancos y animó tanto a los barcelonistas que hasta despabiló Trincão. El portugués firmó el triunfo con su primer tanto como jugador del Barcelona. Hubo más goles que juego en un partido racheado y presidido por el fútbol de autor de Fekir y del suplente Messi.
El foco se posó en los banquillos porque si las alineaciones son opinables, las rotaciones provocan debates encendidos, sobre todo cuando los entrenadores intervienen de manera radical, como ocurrió con Pellegrini y Koeman. El verdiblanco reservó a Canales, una de las figuras de LaLiga, y el azulgrana prescindió de Messi, Pedri y De Jong, el triángulo sobre el que se ha edificado el fútbol del Barça, y mantuvo a Araujo. No es fácil acertar con los cambios, incluso cuando los recursos son escasos, porque el uruguayo se lesionó a los 10 minutos y el técnico prefirió como sustituto a De Jong antes que a Umtiti.
No estaba bien parado el Barcelona, especialmente vulnerable por el flanco derecho, mal defendido por Mingueza y Dembélé, y Álex Moreno no paraba de poner centros al área de Ter Stegen. Inestable defensivamente, al equipo azulgrana le faltaba profundidad y desequilibrio en ataque pese al interés de Griezmann para gobernar la contienda del Villamarín. Los azulgrana no renunciaban al control del partido y su ritmo parecía superior incluso al del Betis. Las mejores llegadas, sin embargo, llevaban la firma verdiblanca hasta que Lenglet falló un remate franco a la salida de un córner botado en corto por Pjanic.
En los pies de Fekir
Las imprecisiones de los azulgrana, reiterativos en las pérdidas, contrastaban con la clarividencia de Fekir. El francés disparaba con sus pases las transiciones del Betis. El 1-0 empezó con una apertura de Fekir al costado derecho para la llegada de Emerson y el centro del lateral fue rematado por Borja Iglesias. A pesar de su perseverancia, Pjanic y Riqui Puig no conseguían ligar el juego de su equipo, afeitado en las dos áreas, incapaz de rematar entre los tres palos de la portería de Joel. No le quedó más remedio a Koeman que apelar a Pedri. El cambio animó al Barça y hasta Mingueza puso a prueba a Joel.
El Barcelona acampó en cancha verdiblanca en busca del remonte con el riesgo de tomar un segundo gol por el mucho campo que cedió a sus espaldas con la complicidad del Betis. La solución del partido estuvo en los pies exquisitos de Fekir, asistente de Juanmi en una jugada neutralizada por Ter Stegen, hasta que compareció Messi. El 10 apenas necesitó tocar la pelota para empatar con un tiro con la zurda a la entrada del área después de recibir de Dembélé. El rosarino se siente muy a gusto en el Villamarín. El Betis le tiene tanto pánico que se vence en cualquier jugada, conocida o sorprendente, como pasó en el 1-2.
Un gol en propia puerta: Messi abrió para Jordi Alba, como ya es costumbre en la victoria y la derrota, y el centro del lateral dio en las dos piernas de Griezmann antes de tocar en Víctor Ruiz y batir a Joel. A Messi, sin embargo, no le alcanza también para defender y ayudar a una zaga que se desploma en las jugadas de estrategia, como se constató en el 2-2. Víctor Ruiz se corrigió del 1-2 cuando cabeceó una falta botada por Fekir y concedida torpemente por Busquets. El partido giró entonces a favor del Betis con la entrada en escena de Canales y Loren.
Hasta Pedri se vio obligado a achicar balones en el área del espléndido Ter Stegen. Messi, sin embargo, no se descolgó para mantener su fe en una victoria que llegó por sorpresa en un zurdazo de Trincão. Necesitó el Barcelona de los titulares más indiscutibles, de Messi, Pedri y De Jong, para revertir una contienda que se le escapaba con los suplentes y sumar su sexta victoria consecutiva en un campo que, por otra parte, siempre le es favorable como el Villamarín. Nadie estaba más contento que Koeman.
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