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LaLiga Santander jornada 21
Barcelona
Barcelona
Messi 19'Griezmann 74'
2 1
Finalizado
Athletic
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Alba 48'

De Marcos, el llegador silencioso

El jugador del Athletic renace después de superar los problemas de tobillo que arrastró durante dos años

Jon Rivas
Óscar De Marcos celebra un gol con el Athletic el pasado lunes ante el Getafe en San Mamés.
Óscar De Marcos celebra un gol con el Athletic el pasado lunes ante el Getafe en San Mamés.AFP7 vía Europa Press (Europa Press)

A Óscar De Marcos le gusta aparecer silencioso, por la puerta de atrás, donde nadie le espera. Lo hizo en la final de la Supercopa. Se adelantó el Barcelona, y un minuto más tarde se infiltró por la espalda de Jordi Alba para rematar a bote pronto un centro de Williams y empatar el partido. Nadie lo vio venir. Fue un gol idéntico al que consiguió en el Camp Nou la última vez que el Athletic sumó un punto en el coliseo azulgrana. Allí adelantó a los bilbaínos tras un pase de Susaeta en otra de sus acciones indetectables desde la banda derecha.

De Marcos, que consiguió su primer gol de rojiblanco en agosto de 2009, también contra el Barça, en la final de la Supercopa de aquel año, ha sido un futbolista imprescindible en el Athletic desde la llegada de Marcelo Bielsa. Sólo las lesiones le frenaron e hicieron plantearse su continuidad, pero cuando se encuentra bien físicamente, los entrenadores rojiblancos no han dudado en hacerle un hueco en la alineación. Marcelino García ha sido el último que se ha plegado al rendimiento del futbolista alavés que, desde niño, siempre quiso jugar en el Athletic.

De momento, en los pocos partidos que ha dirigido al equipo, ha sabido sacarle un zumo de sabor parecido al que Marcelo Bielsa supo exprimirle en sus dos temporadas en el banquillo del Athletic. El entrenador argentino nunca ha ocultado su admiración por De Marcos, al que destacó, ya en el Leeds, como ejemplo de capitán: “Me tocó dirigir en Bilbao a un jugador como De Marcos, que yo siempre intuí que era un ejemplo y hace tiempo lo confirmé cuando se hizo público algo que él mantuvo en privado durante mucho tiempo. Eso es un capitán”. Se refería a las visitas en secreto del jugador a los enfermos de cáncer en un hospital de Bilbao. La admiración entre ambos es mutua. “Tengo a Bielsa en un altar”, confiesa el futbolista, que analiza las claves de su gran rendimiento a sus órdenes: “Me daba mucho espacio en esa zona de media punta, y mi manera de jugar era de desmarque, de ayudar en las bandas”.

Más o menos, Marcelino le ha encomendado la misma tarea. Su capacidad física, a pesar de haber sobrepasado los 30 años, le permite un despliegue espectacular. Frente al Getafe volvió a marcar. Corría ya el minuto 82, y De Marcos seguía subiendo al ataque. De nuevo, como en la Supercopa, fue un desmarque por detrás de los centrales y un remate del balón a bote pronto, con el interior del pie derecho, su toque de seguridad, para pillar al portero a contrapié.

De Marcos, jugando como volante de creación, se multiplica en ataque, siempre al desmarque, en acciones que recuerdan a las que el Athletic realizaba casi de manera automática con Bielsa. Además, es solidario en defensa, y ayuda siempre al lateral de su banda cuando no lo es él.

Óscar está pendiente de la decisión de la directiva de Elizegi sobre su renovación. No escuchará ofertas diferentes hasta que el club decida. De momento sigue sumando partidos. Ya es el decimoquinto futbolista de la historia del Athletic con más participaciones (409) después de 12 temporadas. Superó a Aritz Aduriz (407) en la final de la Supercopa: “Es algo impensable, una satisfacción personal importante, porque cuando llegas en ningún momento te planteas poder alcanzar esas cifras. Entré en el Top 20 y ya era haber conseguido mucho. Cada pasito que das es muy grande. Vamos a ir poco a poco a poco a ver hasta dónde se puede llegar”.

Su renovación parecía pendiente de la situación de su tobillo, que en los dos años anteriores le había relegado a ser un jugador intermitente. Tuvo que ser operado, después llegó la pandemia, fue padre durante el confinamiento, “y sin ayuda de los abuelos, porque no pueden estar, pongo pañales con los ojos cerrados”, bromeaba antes de dar positivo por coronavirus, otra complicación. Por fin regresó, sin molestias ya en el tobillo, y a la espera de noticias: “El fútbol se vive así. En todos los trabajos. A cada uno se le juzga por lo que rinde y no quiero que nadie me regale nada, si el club no cree que debo seguir porque mi rendimiento ha bajado, no tengo ningún problema, somos adultos. Ya me ha dado 12 años de ser un privilegiado de estar aquí”.

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