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Brooklyn, lluvia de dólares y estrellas

Harden, junto a Durant e Irving, apuesta definitiva de los Nets por un título que no han ganado nunca y por salir de la sombra de los Knicks

Robert Álvarez
Durant, Irving y Harden, en el All Star de 2019.
Durant, Irving y Harden, en el All Star de 2019.

Montañas de dólares para un proyecto siempre a la sombra de los Knicks, un flamante pabellón bautizado por el holding británico Barclays, una propiedad en que participó el rapero y empresario Jay-Z y la plusmarca en el desembolso por una franquicia de la NBA: 2.140 millones de euros es la suma que pagó en 2019 el taiwanés cofundador de la compañía china Alibaba, Joseph Tsai, por completar su paquete accionarial al entonces presidente de los Brooklyn Nets, el oligarca Mijail Projorov, el tercer candidato más votado en las elecciones presidenciales de Rusia en 2012. Ahora, Tsai culmina el proyecto con la mega operación que arranca a James Harden de Houston y satisface su deseo de formar un trío estelar junto a Kevin Durant y Kyrie Irving.

Los Nets lo apuestan todo por el título y salir de la alargada sombra mediática de los Knicks de Nueva York, un poco a la manera en que los Clippers siguen intentando eclipsar a los Lakers en Los Ángeles. La empresa entraña un riesgo enorme. La inversión solo se justificará si el equipo gana el título, algo que nunca ha conseguido. Cualquier otra cosa se entenderá como un fracaso. Con el añadido de que director deportivo, el exjugador neozelandés Sean Marks, ha tenido que prescindir en la operación a cuatro bandas de tres jugadores jóvenes que rendían a buen nivel, el escolta Levert (Indiana), el pívot Jarret Allen (Cleveland) y el ala-pívot Prince (Cleveland), y además, ceder las elecciones en primera ronda del draft hasta 2027.

La prensa de Nueva York recordó las palabras de Marks cuando fue contratado en 2013: “Queremos construir algo sostenible, no ir a por todo ahora y dentro de uno o dos años vernos de nuevo aquí sin nada”. Quería pasar página. Su predecesor en el cargo, Billy King, firmó en 2013 a Kevin Garnett y Paul Pierce, dos estrellas, pero en declive, uno con 37 años y el otro con 36. El resultado fue un fiasco en una temporada en que la audacia de King y Projorov fue más allá al contratar como entrenador a Jason Kidd, que a los 39 años acababa de poner fin a su carrera de jugador en el gran rival, los Knicks.

La historia es calcada. Los Nets han apostado de nuevo por un entrenador novel, Steve Nash, retirado como jugador en 2014, también a los 39 años, y que es ayudado por Mike D’Antoni, entrenador de los Rockets de Harden hasta la pasada temporada. “Es una oportunidad para aprender, crecer y desafiarme a mí mismo”, dice Nash, que manejará un quinteto titular con Irving, Harden, Joe Harris, Durant y DeAndre Jordan. La expectación es máxima por ver cómo combina un trío acostumbrado a acaparar el juego. Durant promedia 30 puntos; Irving, 27; y Harden, aunque ha bajado a 22, en las tres anteriores campañas fue el máximo anotador de la NBA con 30,4 de media en 2018; 36,1 en 2019; y 34,3 en 2020.

Los Nets son el segundo equipo de la NBA con una mayor masa salarial, 134 millones de euros, solo superados por Golden State, con ocho más debido a las fichas de Stephen Curry, Klay Thompson, Draymond Green y Andrew Wiggins. Fundados en Nueva Jersey en 1967, 20 años más tarde que los Knicks, los Nets comenzaron jugando en la ABA, la Liga que compitió en sus inicios con la NBA. Ganaron dos títulos, en 1974 y 1976, con Julius Erving como figura. En 1976, disuelta la ABA, se integraron en la NBA.

Petrovic y el Barclays

Drazen Petrovic formó parte de los prometedores Nets de principios de los noventa, dirigidos por Chuck Daly. Pero la estrella croata falleció a los 28 años en un accidente de automóvil en Alemania en 1993. Los mejores resultados de los Nets se produjeron en 2002 y 2003. Con Kidd, MacCulloch, Kittles, Van Horn y Kenyon Martin, llegaron a las finales, pero perdieron ante Lakers y Spurs.

La llegada de Projorov propició la refundación de la franquicia, que en 2012 se trasladó a Brooklyn, donde inauguró su nuevo pabellón, el Barclays Center, con capacidad para 18.200 espectadores y que costó 770 millones de euros. El desembarco de los Nets acabó con el gran vacío que dejaron en el barrio los Dodgers, el famoso equipo de béisbol que en 1957 emigró a Los Ángeles, y ayudó a mejorar una zona muy degradada. El miércoles, coincidiendo con el fichaje de Harden, los Nets vencieron a los Knicks (109-116). No les hizo falta ni Harden ni Irving, que no se sabe por qué se ha perdido los últimos partidos. Pero los Nets no miran ya a los Knicks, su objetivo está muy por encima del derbi de Nueva York.


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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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