El Getafe desquicia al Ajax

“¡Geta, Geta, Geta!”, cantaban los tres mil hinchas del Getafe expedicionarios en Ámsterdam cuando en los minutos finales se hizo evidente que el Ajax no sería capaz de levantar el 2-0 de la ida. El equipo revelación de LaLiga manejó la situación como los viejos expertos del mata-mata para salir de uno de los grandes recintos del fútbol mundial mucho más que airoso. Perdió por la mínima después de enviar tres tiros a los palos y sufrir la anulación de un gol de irregularidad discutible. Pero se metió en octavos de final de la Liga Europa sin apenas sobresaltos en un viaje que le eleva a base de rigor desde el ascenso a Primera en 2017.

Ajax y Getafe compartieron equivalencias en un mano a mano emocionante. En sus respectivos campos se mostraron menos firmes que en campo contrario. El Getafe porque le faltan pies seguros; el Ajax porque se deja llevar por la autoindulgencia y porque carece de defensas agresivos. Ahí metió la hoja de la espada el equipo de Bordalás antes de que se cumpliera el minuto cinco. Forzó tres saques de banda. Cada vez más cerca de la línea de fondo. Al tercero, Olivera le pasó la pelota a Deyverson que le puso el cuerpo a Schuurs, la dejó botar y la centró al primer palo donde andaba Mata. El madrileño se revolvió ante Lisandro Martínez y anotó.

El 0-1 sumió al Johan Cruyff Arena en una súbita melancolía. El estadio se había calentado como la tronera de un volcán en el humedal. Hacía días que llovía y nevaba sobre Holanda, coincidiendo con la parte más oscura del invierno, como si la atmósfera acompañase al Ajax en su penuria. Castigado por el desmantelamiento de la plantilla semifinalista de la Champions hace un año, el equipo pedía auxilio. Lo amparó su hinchada. La multitud peregrinó más militante que nunca; cantó el himno oficioso, Sangre, Sudor y Lágrimas, acompañando a André Hazes con fervor redoblado, y escuchó con solemnidad la arenga que el presidente Van der Sar, micrófono en mano, pronunció desde la cancha antes que los equipos salieran del vestuario.

El Ajax se revolvió con grandeza ante el mazazo del 0-1. Ten Hag restituyó el brío al equipo desdibujado que pasó por Madrid. Primero, colocando clarividente Tadic en punta; después, retrasando a Lisandro al eje de la defensa para iniciar el juego con audacia; y finalmente apostando por dos canteranos atrevidos, el zurdo Eiting en el mediocentro y el veloz Gravenberch de interior junto a Van de Beek. Al Getafe le resultó complicado presionar a esta cadena de peloteros, por más que se afanó en explotar los saques de banda a favor y en contra. Cuando el Ajax logró pisar la mitad del campo rival hizo mella. Por la precisión de sus toques y, sobre todo, por la agresividad de los desmarques. Las permutas de Tadic, Pereira, Babel, Van de Beek y Gravenberch terminaron por abrir huecos en la zaga. Así llegó la respuesta del Ajax. En una jugada colectiva inventada por Tadic desde la mediapunta, madurada por De Beek y rematada por Pereira: 1-1.

El Getafe gestionó la crisis desde la disciplina. Lo hizo bajo una constante pitada, señalados sus jugadores por sospechosos de fingir cada vez que caían al pasto. La tensión se trasladó a los banquillos, donde Ten Hag se encaró con Bordalás en un incidente castigado con sanciones para los dos técnicos. “Aquí había un ánimo importante de intimidación”, se quejó Bordalás tras el partido. "Hemos sido víctimas de acusaciones infundadas y el ambiente estaba muy caliente. Pero el equipo en ningún momento se arrugó".

El Getafe no se dejó meter en su área y el Ajax, obligado a perseguir la quimera, se descubrió atrás. Hacia el final de la primera parte el Getafe pudo resolver la eliminatoria cada vez que merodeó la portería de Onana. A la salida de un córner Mata envió un cabezazo al larguero, y después de presionar un saque de banda Deyverson se sacó un tiro al palo.

Con un gol en contra de Olivera, que tocó accidentalmente el balón lanzado por Eiting en una falta, el Ajax devolvió el ardor a su estadio. Necesitaba un 4-1. Más fácil imaginarlo que hacerlo ante un adversario infatigable en la presión de la pelota. El nudo del partido estuvo en los aspectos más burocráticos. En las marcas, en las coberturas, en los desmarques, en los apoyos y ayudas constantes el Getafe supo empantanar al Ajax. Cada vez más irregular, el equipo holandés llevó la iniciativa pero acabó perdiendo fe y claridad. Apenas pudo rematar dos veces entre los tres palos mientras que el Getafe dispuso de tres contras clamorosas. Un palo de Maksimovic y un gol anulado a Mata por fuera de juego recordaron a los presentes que el partido discurrió por los cauces establecidos por el Getafe, justo clasificado para octavos.