Courtois, equilibrista en la montaña rusa
Del mareo ante el Brujas a provocar una remontada cabeceando un córner en Valencia, el belga comparte con el Madrid un año de altibajos, mientras firma las mejores cifras de su carrera
En varias épocas, y a falta de otro relato, el Real Madrid se explicó a partir de lo que provocaba en las áreas: matador arriba, milagrero en la portería. El derrumbe del curso pasado también sucedió en esos dos territorios: la marcha no suplida de Cristiano se cruzó con una transición inacabada en la meta, de Keylor Navas a Thibaut Courtois. Todavía sin un arreglo para el gol —después de Benzema, los máximos anotadores son Ramos, un central que tira los penaltis, y Rodrygo, fuera de la lista contra el City—, el resurgimiento de este Madrid de Zidane sigue el hilo del desbocado año de Courtois: del mareo en un descanso al cabezazo casi ganador del último segundo.
Desde el círculo de confianza del belga admiten el resbalón de su primer año de blanco, con tres entrenadores, y en el que durante algunos tramos se disputó de manera abierta la titularidad con Keylor: “Pasó un momento de adaptación, de buscar su sitio, y además esto le pasó en una época de transición del equipo. Le viene bien que la situación se haya clarificado. Es verdad que la afición se había acostumbrado a Keylor Navas, pero hay que cambiar”, resumen.
Como el del Madrid, el despegue de Courtois no ha sido en línea recta. El subibaja puede empezar a rastrearse en la Champions. El belga recibe su peor goleada en el estreno en el Parque de los Príncipes, precisamente con Navas en la otra portería (3-0), en un partido que también supone la primera gran sacudida de la recuperación blanca.
En el segundo gran tropezón, Courtois apareció aún más cerca del centro de las críticas. Dos semanas después de la derrota contra el PSG, el Bernabéu recibió al Brujas, que se fue al descanso con ventaja después de que Bonaventure marcara dos goles que fueron más dos tropezones que dos disparos. Al principio del segundo tiempo, apareció Areola en la portería blanca. El belga, con mareos, se quedó en el camerino, alimentando el desconcierto de un estadio que acababa de pitarle.
“Claro que le afecta que le piten, aunque le ha pasado poco”, dice su gente. “Pero no es como los otros. Se concentra en él y sigue adelante. Es de emoción fría, y estas cosas no le tocan tanto”. El portero se rehízo con charlas con su padre y el oportuno refugio del campamento de Bélgica durante el parón de selecciones. “Sí que es verdad que después de un partido difícil, que me puse enfermo, vienes aquí, a una zona donde conoces a la gente, al entrenador de porteros, que me conoce casi mejor que mi padre, y hemos recuperado algunas sensaciones que igual había perdido un poco”, contó Courtois a Efe.
El momento en el que parece hacer pie de manera definitiva va también acompasado con el repunte del equipo, de nuevo en la Champions. Llegan a finales de octubre a Estambul con Zidane en el alero y en los primeros minutos contra el Galatasaray Courtois realiza dos intervenciones providenciales. “El partido de Estambul le ayuda mucho”, dice su gente. Y al equipo, que empezó una serie de 21 partidos sin perder.
El portero lleva la bandera también en los dos primeros momentos con cierta dosis de épica del curso. En Mestalla, con 1-0, el reloj en el 95 y sin instrucción de Zidane, decide lanzarse al área contraria en un córner. Cabecea el lanzamiento de Kroos, casi marca y Benzema remacha el gol del primer gran chute emocional. En el segundo, la tanda de penaltis ganada en la final de la Supercopa en Arabia, Courtois detiene un lanzamiento potentísimo de Thomas. “Ha sido un paradón”, resumió él mismo.
Hasta los últimos titubeos del equipo parecen haber tenido reflejo en Courtois. El gol de Morales con el que los derrota el Levante y con el que pierden el liderato liguero contiene tantas incógnitas sobre el papel del portero en la jugada como el propio encuentro sobre un equipo que, incapaz de marcar, centra 33 veces al área en busca de un rematador que atine.
Y pese al aparente descontrol de una trayectoria con tanto altibajo, Courtois firma este curso los mejores registros de su carrera: 0,64 goles recibidos por partido, mejor que en la temporada 2013-2014 en el Atlético (0,65) y la mitad que el año pasado (1,33); 75% de tiros parados, mejor que en la 2012-2013 (74,78%) en el Calderón, y 10 puntos por encima que el curso pasado (65,38%).
También el equipo se sostiene todavía mejor que lo que sugieren algunas señales. Como hizo antes del partido de Estambul, este martes volvió a comparecer ante la prensa el capitán, Sergio Ramos: “Me gusta salir a dar la cara, al final me siento más cómodo cuando las cosas van mal”, dijo. Pero en la Liga el Madrid se encuentra a solo dos puntos del líder, el Barcelona, al que recibe el domingo, y en la Champions tiene todavía todo por estrenar contra el City.
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