Kroos, el misterio que Guardiola quiso explicar a Alemania
El técnico del City entrenó en el Bayern al centrocampista el curso antes de que se fuera al Madrid donde su estilo contenido llevó a tres Champions consecutivas
Toni Kroos estaba ya de salida del Bayern Múnich cuando en el verano de 2013 Pep Guardiola tomó el mando del equipo y trató de descifrar a su propia gente aquel jugador que les resultaba un cuerpo sospechoso. “Empezó a explicarle a los alemanes lo importantes que son los centrocampistas, que no es solo decisivo lo que pasa en las áreas, sino también lo que sucede entre ellas”, contó Kroos en una entrevista en el Süddeutsche Zeitung. Por entonces, la grada lo conocía como “Toni, el de los centros al área”, dicho con cierto desdén. Pero la pedagogía de Guardiola, con quien vuelve a cruzarse este miércoles en la Champions, ahora como rival, fracasó.
Tanto, que hasta los viejos credos del fútbol germano de arremetida salvaje terminaron arrastrando al propio Guardiola en su peor noche juntos. El 29 de abril de 2014, en la vuelta de las semifinales de la Champions, el Bayern recibió al Real Madrid en Múnich para remontarle el 1-0 de la ida formado en un 4-2-4 en el que Kroos solo tenía al lado a Schweinsteiger. Recibieron un estruendoso sopapo: 0-4. “La peor cagada que he hecho nunca como entrenador”, concluyó el técnico, según recoge el libro Herr Pep.
Fue la última temporada de Kroos en el Bayern. En verano ganó con Alemania el Mundial de Brasil y aterrizó en el Madrid de Ancelotti, donde terminó ese primer curso como el segundo jugador con más minutos, 4.600, solo 40 menos que Cristiano Ronaldo. Al año siguiente, con Zidane, empezó a acumular Champions cocinadas por una media que se recitará durante décadas: Casemiro, Kroos, Modric.
En Alemania empezaron a sospechar que no le habían entendido. “Es un jugador de categoría mundial. Y es terrible que me diera cuenta tan tarde”, dice Marcel Reif, comentarista de fútbol en varias televisiones del país, en el documental Kroos, estrenado el verano pasado y que puede verse en Amazon Prime. “Jugaba así, así y así. Nada espectacular. No tenía un resultado inmediato, explosivo. Y resultaba algo, si me lo permiten, aburrido”, recuerda Reif.
Esa incomprensión late también detrás del empeño de Leopold Hoesch, productor del documental, para el que reunió más de cien horas de grabación tras dos años empotrados en su entorno: “Era una historia no contada: por qué está ganando tanto, en el mejor club del mundo, el jugador alemán más exitoso de la historia. Pero no había ni un libro que lo contara. No pude decirle cómo iba a ser la película, porque apenas sabía nada de él”, explica en conversación telefónica.
Ahorrar energía
La ausencia de fogonazos en su juego que provocaba el sopor de Reif es casi una elección estética. “No es siempre tan fácil como parece. Si parece fácil, es que lo estoy haciendo bien”, cuenta el jugador en el documental. Esa contención le emparenta con el deportista que más admira. Desde hace semanas, su imagen de perfil en WhatsApp es una fotografía de su hijo Leon con Roger Federer. Entre el tenista suizo y el futbolista, se pueden encontrar similitudes tanto en la armonía gestual como en el control del derroche físico. En la película, su hermano, Felix, recuerda un consejo del abuelo: “No corras mucho en la primera parte. Ahorra energía para luego”. “Ese suelo seguirlo”, apostilla Kroos entre risas.
Zidane, otro bailarín, también reconoce un semejante en el alemán: “Me encantaba ver entrenar a Toni. Eran unos entrenamientos excepcionales. No lo digo por decir. Es sencillo. Nunca le vi perder un balón. Bueno, quizá una vez [sonríe]. Su juego siempre era elegante y eficaz. Nunca tenía un mal día. Siempre tiene ganas de jugar”, dice Zidane en una entrevista grabada cuando no era técnico.
En esa apreciación coincide Guardiola, en un tramo de su entrevista no incluido en el metraje final de la película de Hoesch: “Lo que más me ha impresionado de Toni como futbolista es que siempre está. Siempre. En este sentido, es muy amateur. A él le gusta jugar al fútbol y no importa dónde: la final de la Champions o el partido de la primera eliminatoria de la Copa. Le gusta jugar siempre. Tiene una efectividad impresionante”.
Y con una incidencia en el equipo que describe Casemiro: “El partido del Real Madrid siempre va al ritmo de Toni. Él maneja cómo va el balón, a qué ritmo jugamos. Si Toni quiere que el equipo vaya más despacio, el equipo va más despacio. Si quiere que vaya más rápido, va más rápido. Jugamos en función de Toni Kroos”, explica.
Los datos de juego recogidos por Opta también muestran la relación de su desempeño con el del grupo. Esta temporada, en la que han revivido con Zidane, suma ya cinco goles, tantos como en su curso completo más goleador (2017-18), y siete asistencias, más que en todo el ejercicio pasado. Ocupa el puesto 34 entre los mayores recuperadores de la Liga, mientras que terminó la temporada pasada en el lugar 52. Y lleva casi su mejor registro en la precisión de pase, 93,74%, solo por detrás del 94,09% de la temporada 2015-16.
Kroos habla de su trabajo en el campo como si se tratara de estibador, de cuya destreza en el reparto de las cargas depende el equilibrio del barco: “Una parte importante de mi juego es que antes de que me llegue el balón, ya sé lo que voy a hacer o tengo que hacer con él. Saber cuál es el siguiente espacio que está libre en el campo. Una vez que te llega la pelota, los jugadores corren hacia ti a gran velocidad. Y tienes una gran ventaja si sabes qué hacer antes de que llegue el rival”, explica en otro fragmento de entrevista que no aparece en el documental de Hoesch.
La mayor habilidad del alemán la resume su padre, Roland, entrenador de fútbol: “Nunca fue el más rápido, pero pensaba más rápido”.
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