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El eterno drama de Dembélé

El extremo francés se rompe el tendón del bíceps femoral y se perderá lo que resta de temporada. Es su novena lesión desde que llegó al Barcelona en 2017

Juan I. Irigoyen
Dembélé tras caer lesionado en noviembre
Dembélé tras caer lesionado en noviembreefe

Ousmane Dembélé, de 22 años, se ha roto el tendón proximal del bíceps femoral del muslo derecho y el tiempo que se estima de baja es de, aproximadamente, cuatro meses. Un nuevo revés para el extremo. Desde que se mudó al Camp Nou, en el verano de 2017, suma nueve lesiones, siete musculares, y más de 320 días en la enfermaría a los que les tendrá que añadir cerca de 120 más. Un año y tres meses fuera del césped, demasiado hándicap para un futbolista que llegó a cambio de 105 millones (más 40 en variables) para intentar amortiguar la ruidosa salida de Neymar al PSG. No está cerca de conseguirlo y en el Barça ya no saben qué hacer con él.

El vía crucis de lesiones de Dembélé como azulgrana comenzó ante el Getafe el 16 de septiembre de 2017. La rotura fue calcada a la que padeció en el entrenamiento del lunes en la Ciudad Deportiva del Barcelona. Aunque no todas las partes estaban convencidas, se decidió operar a Dembélé en Helsinki. La intervención estuvo a cargo de una especialista como Sakari Orava, que ya había operado a Beckham, Van Basten, Deschamps, Guardiola y Karanka, entre otros. “Orava es el máximo exponente del mundo”, cuenta Juan Manuel Boffa, especialista en ecografía deportiva, exmédico del Manchester City, que el próximo mes estará junto al finlandés en Las Rozas, en una charla sobre los isquiotibiales; “son tres músculos en esa zona, los dos principales, el bíceps femoral y el semitendinoso, se insertan en un tendón común. Ese tendón es el que se rompió”.

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Hasta el duelo ante el Getafe, cuando forzó para evitar un fuera de banda, Dembélé nunca había sufrido un problema muscular, ni en el Borussia Dortmund ni el Rennes. Y nada más regresar, se volvió a lesionar en la misma zona. Le siguieron dos esguinces de tobillo y otras dos lesiones musculares, la primera en el muslo de la pierna izquierda, la segunda en el de la derecha. “Tiene mala suerte”, argumentaban desde el entorno del francés. “Además”, añadían, “como entrenan poco y mal, Ousmane se rompe en los partidos”. En el club, en cambio, encontraban otra explicación: “Tiene demasiados problemas de conducta”. Entre desplantes a sus compañeros y cuerpo técnico, mala alimentación y pocas horas de sueño, Dembélé saltaba de chasco en chasco y de lesión en lesión. Desde la secretaría técnica comenzaron la operación rescate: su madre, su representante, Abidal, Valverde y hasta Messi se involucraron en apoyar al francés. “Me voy a portar bien”, aseguró el atacante.

Nada cambió. En el primer partido de la temporada, ante el Athletic, sufrió una rotura muscular. Y en noviembre, ante el Dortmund, padeció su sexta lesión. En el club, hartos, optaron por enviarlo al Hospital Aspetar de Doha, “la NASA en el deporte de alto rendimiento”, subrayan en el Barça. La realidad era que querían alejar a Dembélé de Barcelona. “Es una cuestión multifactorial”, entiende el médico Boffa; “por un lado está su alimentación y tipo de vida; por otro está su estilo de juego, es un jugador explosivo. Y también está la cuestión genética, su tipo de fibra muscular”.

En el Barcelona eran optimistas con la actitud de Dembélé tras su regreso de Qatar. Aparecía sin que nadie lo esperara a trabajar en la Ciudad Deportiva y Quique Setién se frotaba las manos. “Su implicación, por lo que he visto, es total y absoluta. Se me caen las lágrimas al ver la capacidad y la intensidad con las que trabaja”, aseguró el técnico cántabro en una entrevista al diario Sport. Pero cuando parecía que ya estaba cerca de reaparecer en el Camp Nou, el lunes se retiró con molestias del entrenamiento.

Se busca un refuerzo

“Estamos tranquilos”, aseguraban desde su entorno nada más terminar el entrenamiento. Sin embargo, tras pasar las pruebas, llegó lo que nadie esperaba: otra lesión muscular, otra rotura del tendón proximal del bíceps femoral derecho. “Estamos abatidos. No entendemos qué pudo haber pasado, Ousmane hizo todo lo que le dijeron que haga”, explicaban los allegados al francés. “A pesar de todos los avances y de la tecnología, muchas veces es difícil predecir una recaída muscular de esta índole”, completa Boffa. El Barça pierde a Dembélé por lo que resta de temporada y Quique Setién solo cuenta dos delanteros del primer equipo: Messi y Griezmann, más Ansu Fati, con ficha del filial.

En el Barcelona ya trabajan en un fichaje. La Federación permite, en caso que haya una lesión superior a cinco meses, incorporar a un jugador. Eso sí, tiene que estar en el paro o ser de LaLiga y no podrá jugar la Champions. “No es fácil, pero tenemos algunos futbolistas contemplados”, cuentan desde la secretaría técnica. Borja Iglesias (Betis), Lucas Pérez (Alavés) y Stuani (Girona) figuran en el radar del Barcelona. Setién pide un 9 mientras Dembélé estira su eterno drama.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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