100 millones de pastillas, 14 ciclistas y un sueño
Nace el Kern Pharma, un equipo profesional con los mejores jóvenes del pelotón español y raíces en la escuela navarra
Hay equipos que nacen para sobrevivir, y son la mayoría, hay equipos que nacen ya grandes, y son unos pocos, y hay equipos, ciclistas, nacidos para crecer, para hacerse grandes, y ese es el Kern Pharma, que vio la luz la pasada semana en una nave industrial en Terrassa (Barcelona), entre palets y cintas por las que circulan pastillas de ibuprofeno y paracetamol. “Producimos 100 millones de pastillas al año”, dice orgulloso Raúl Díaz Varela, hijo del fundador y consejero delegado de Kern, laboratorio líder en fabricación de medicamentos genéricos, y da la bienvenida a los 14 ciclistas, los mejores jóvenes del pelotón español, que llevarán en el maillot el nombre de su empresa a la que dará, espera, “visibilidad y notoriedad”.
“Y creceremos juntos”, promete el primer empresario que en muchos años decide en España invertir en un equipo ciclista con vistas al futuro, y lo hace con algo más de un millón de euros. De salida, el Kern se integra en una especie de segunda división mundial de un sistema que cuenta por encima con una Champions (el WorldTour en el que brilla el Movistar) y una primera en la que españoles son solo el Caja Rural, el Burgos y la Fundación Euskadi, equipos cuyo horizonte está ahí fijado. Comparado con el esplendor del ciclismo español un par de décadas atrás, una miseria.
Que es un proyecto serio lo subrayan tanto los discursos de Díaz Varela como la presencia en la presentación de José Casla, el representante de Giant, la marca de bicicletas taiwanesa que equipó en su momento a la ONCE de Manolo Saiz y que lo hará en el siglo XXI con el Kern, y la de Paco Rodrigo, señor Etxe Ondo, la gran marca vasca de ropa deportiva. A ambos, ya veteranos en el mundillo ciclista, les brilla la mirada y la ilusión, y hablan de que quizás dentro de 40 años alguno de los presentes pueda decir que él estuvo allí, el día del nacimiento de un equipo histórico, como muchos recuerdan allí con nostalgia el nacimiento hace 40 años, también humilde y también ambicioso y decidido, del Reynolds de José Miguel Echávarri, un grupo de chavales desconocidos que crecerían hasta ser los más renombrados. Fue el equipo de Laguía, de Gorospe y de Perico, y sería después el Banesto de Indurain y el Movistar de Valverde.
Y de esa misma manera lo ve el propio Echávarri, que habla del 17 de enero de 1980, cuando se presentó por primera vez su Reynolds. “Y me recuerdo a mí mismo, con respeto, prudencia y ambición, y ganas de hacer algo grande, y me veo reflejado en Juanjo Oroz y a Manolo Azcona, los que han puesto en marcha el Kern”, dice Echávarri, que no oculta su amistad con la pareja de dirigentes del nuevo equipo, y el gusto que le da ver que siguen la que se puede llamar escuela navarra del ciclismo.
El equipo de Echávarri es Reynolds porque la fábrica de papel de aluminio era la gran empresa de Irurtzun, el pueblo en el que nació el equipo y Juan García Barberena, el director de la misma, era también el secretario de Abárzuza, el pueblo de Echávarri y ahí encontró el técnico confianza para llegarse hasta su despacho. Los promotores del Kern acabaron en el laboratorio de Terrassa porque al pedirles barritas de Finisher, el producto energético que fabrican, se enteraron de que Manuel Garrido, el gerente del laboratorio es un ferviente cicloturista, y no tardó en emocionarse con la posibilidad de que su empresa tuviera su equipo.
El Kern es la prolongación necesaria y aventurera del Lizarte navarro, el equipo amateur que ha dominado en España las últimas temporadas y, extraoficialmente, cantera del Movistar, en el que han brillado y brillarán sus Marc Soler, Andrey Amador, Richard Carapaz, Antonio Pedrero, Iñigo Elosegi, Óscar Rodríguez o Héctor Carretero. “Habíamos alcanzado una situación muy agradable”, reconoce Manolo Azcona, el fundador en 1992 y presidente de la AD Galibier, el club del Lizarte y, ahora, del Kern. “Los mejores juveniles de España nos llaman para estar con nosotros y año tras año repetimos lo alcanzado el año anterior, ganamos las mejores pruebas y llevamos a profesionales a los mejores jóvenes, y que otros los lleven luego, pero hemos dado un paso más que nos saca de nuestra zona de confort. Nos lanzamos a lo desconocido. Juanjo Oroz me ha empujado”.
Juanjo Oroz es el joven director, excorredor del Euskaltel, que lleva al Lizarte en la carretera desde hace pocos años. “No me hables de Echávarri, no me compares, no le llego ni a la suela de los zapatos”, dice con veneración Oroz, navarro de 40 años, quien, como Echávarri, es ilusión, ambición y empuje. “Creceremos, creceremos, y los chavales crecerán con nosotros”, dice Oroz, que dirigirá al equipo junto a Pablo Urtasun, y mira apasionado a sus ciclistas, a chicos que solo les suenan a los muy aficionados, Jaime Castrillo, Urko Berrade, Enrique Sanz, Roger Adrià, Kiko Galván, Martí Márquez, Sergio Araiz, Martín Bouzas, Iván Moreno, Ibon Ruiz, Jon Agirre, Daniel Méndez, José Félix Parra y Sergio Tu. “Dentro de tres años correremos la Vuelta, y dentro de cinco, uno de ellos hará podio en ella. Ya verás”.
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