Sainz se defiende del ataque de Peterhansel en el desierto saudí
El francés gana la sexta etapa por un escaso margen sobre el español, que refuerza el liderato. Alonso sigue mejorando y termina sexto, a menos de ocho minutos
Carlos Sainz salió a por todas en esta sexta etapa del Rally Dakar, la última de esta especie de primer tiempo antes de la jornada de descanso de este sábado. El piloto de Mini, ganador de la etapa el día anterior, tomaba la salida el primero y abría camino en las dunas del desierto catarí. Le seguían bien de cerca Nasser Al Attiyah (Toyota) y Stéphane Peterhansel (Mini), sus principales rivales por el triunfo final en Qiddiya, segundo y tercero en la salida, siguiéndole la pista durante los 477 km de especial que tenía que llevarlos hasta Riad, la capital del reino, la ciudad más poblada del país supera los 5 millones de habitantes. Pero nunca le alcanzaron físicamente. Solo lo pilló el francés con el crono y ganó la etapa con un escaso margen de minuto y medio.
Sainz había planificado la carrera tramo a tramo. Preveía que sus dos rivales llegarían a pillarle y le pasarían en algún momento de la travesía. Cuando eso sucediera, él seguiría su estela tratando de perder la menor cantidad de minutos posible. Pero eso no paso. Nunca se los encontró. Fue duro abrir pista, descubrir el camino solo con las trazas de las motos que habían salido antes que él. Pero fue una alegría padecer ese sufrimiento con la única compañía de su copiloto, Lucas Cruz.
El ganador de la etapa fue el francés, pero el minuto y 33 segundos que le sacó a Sainz es un regalo para el madrileño, que defiende con maestría el liderato de la general. Ahora Al Attiyah, que terminó a algo más de tres minutos, se queda a ocho minutos en la clasificación; a poco más de 16 está Peterhansel.
Entremezclado con los hombres que se juegan el Touareg al final de este Rally corre Fernando Alonso, que se está encargando de demostrar que en ningún momento se planteó venir a Arabia Saudí solo a lucir palmito. Ya avisó el día anterior de que le gustaban mucho más las dunas que los caminos pedregosos de las primeras etapas. Y cuajó otra jornada excepcional. El piloto, forjado en las pistas de asfalto, velocidad pura, se subió a su Toyota este viernes para surfear dunas y pasárselo bomba. Y, además, terminó en la sexta posición, a tan solo 7m 56s de Sainz.
Honda se hace fuerte
El líder de la general y ganador de la tercera etapa, Ricky Brabec (Honda), ha vuelto a llevarse la victoria en esta sexta etapa. El de California fluyó felizmente por el desierto saudí y culminó la especial, de 477 km camino de Riad, en 4h 36m 28s. Su compañero Joan Barreda (Honda) terminó a poco más de un minuto y medio y vivió así su mejor jornada desde que empezó este Dakar, en el que le han lastrado dos caídas en las etapas iniciales. Ahora, el de Castellón coge fuerzas y recupera puestos en la general. En tercer lugar llegó a meta Matthias Walkner (KTM), solo tres minutos más lento que el líder.
Por otro lado, esta sexta especial alejó a Toby Price (KTM), ganador en 2019, de los primeros puestos de la general. El australiano cedió 16 minutos por un problema sufrido en los últimos kilómetros de la especial. También sufrió Kevin Benavides (Honda), que había estado siguiendo de cerca a Brabec desde el inicio y pasó a solo 25 segundos de aquel en el último punto de control, tuvo problemas mecánicos que le hicieron perder mucho tiempo cuando estaba a apenas unos kilómetros de la meta. Acabó la especial tras tres horas 37 minutos.
La piloto española Laia Sanz bordó su mejor jornada en el Dakar. Recuperada ya de los dolores que le provocaron una temprana caída en el Rally, la de Gas Gas llegó este viernes a la meta en la 15ª posición, a 22 minutos del líder, lo que le permite escalar muchas posiciones en la general, hasta la 18.
Fue una etapa rápida, especialmente los primeros kilómetros, una competición en la que las distancias entre los pilotos fueron escasas al final de la especial. El cambio de paisaje fue radical a la salida de Hail. Los competidores disputaron una especial con arena fina y fuera de pista de principio a fin.
Más allá de la experiencia vivida por los profesionales, los pilotos aficionados se preparaban al inicio de la jornada para un día largo, puro Dakar. Eso sí, si alguno se ve obligado a pasar la noche al raso, esta vez tendrá salvación. Los corredores tienen hasta las dos de la tarde del día siguiente para alcanzar el vivac. Y descansar. Habrán llegado al ecuador de la prueba.
Barreda: “Hace dos días apenas podía respirar encima de la moto”
Tras un inicio aciago, accidentado, en el que ha transitado por los especiales a trompicones y por el vivac a rastras, lastrado por una lesión previa al Rally Dakar que le dejó una costilla fracturada —tuvo un accidente entrenándose el día 23, apenas una semana antes de viajar a Arabia Saudí—, Joan Barreda (Honda) empieza a apreciar que el trabajo duro (y doloroso) da sus rentas más pronto que tarde. Segundo en la especial de ayer, a minuto y medio de su compañero Ricky Brabec, líder de la general, el de Castellón ha dado un salto de gigante en la general, donde figura quinto, a poco más de media hora de la cabeza.
Además, ha recuperado la sonrisa (tímida) y la confianza, feliz por completar una etapa sin contratiempos, a un ritmo alto —altísimo lo impone el americano, y le siguen al menos otros diez pilotos cada día— y sin un solo fallo de navegación. “Empezar como empecé, así a contracorriente, con alguna caída de más, con la costilla tocada, te va tocando psicológicamente y al final cuando entras en una inercia que no es la correcta, cuesta. Hace dos días, después de la última caída, apenas podía respirar encima de la moto”, concedió ayer, a su llegada al vivac.
“Pero había que salvarlo como fuera”, añadió. Y agradeció que el recorrido les haya metido ya de pleno en el desierto saudí. “Prefiero las dunas porque me siento más en mi hábitat, es por donde siempre he corrido. No recuerdo muchas carreras con tantos días seguidos con tantas piedras y tantas rocas”, cerró. Le queda una semana para asaltar el podio del Dakar.
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