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“Algunas venimos de sufrir el covid y nos falta ritmo de competición”

La jefa de la defensa española, Lara González, que pasó la enfermedad un mes antes del Europeo, reconoce que deben mejorar la regularidad en la segunda fase que arranca este jueves

Lorenzo Calonge
Lara González, en la final del último Mundial contra Países Bajos.
Lara González, en la final del último Mundial contra Países Bajos.

Lara González (Santa Pola, 28 años) es la jefa de la defensa española, pero hace solo un mes las defensas que se vieron amenazadas fueron las suyas. Le atacó el bicho. “Pasé el coronavirus justo antes del Europeo, a mediados de noviembre. Tuve unos primeros días malos y luego ya bien, pero al final vienes al torneo después de tres semanas parada y se nota”, comenta desde el hotel-burbuja de Herning (Dinamarca), todavía con el susto dentro por la angustiosa clasificación para la segunda fase.

Su caso no es una excepción dentro del equipo, asegura, y eso, a su juicio, también está afectando al juego de la selección, renqueante en la primera ronda. “Nos ha faltado regularidad. La situación este año es diferente. Muchas no tenemos el ritmo de competición ni los entrenamientos que deberíamos en este momento de la temporada. Algunas hemos pasado la enfermedad y venimos de estar aisladas y encerradas. Yo, por ejemplo, que estoy en la Liga francesa, he disputado cuatro partidos desde septiembre, cuando en un escenario normal llevaría, al menos, unos 12”, explica.

Ahora, la cuesta del campeonato se empina aún más. Por el nivel de las rivales (la vigente campeona Francia, la anfitriona Dinamarca y Montenegro) y porque el margen de error es entre escaso y nulo. España inicia la Main Round en la parte baja del grupo (solo un punto) y, para acceder a semifinales, deberá acabar entre las dos primeras de seis, donde ya dos conjuntos (Francia y Rusia) arrancan con cuatro puntos (se arrastran los resultados conseguidos ante los equipos que también pasan). La lateral izquierdo, fija en las Guerreras desde el Mundial de 2013 y plata en el Europeo de 2014, apela al mantra cholista. “Vamos a jugar nuestras cartas, partido a partido, y nunca se sabe. Si no hubiéramos pasado, sí habría sido un palo muy grande”, reconoce.

“Hombre, ¿que si me gustaría atacar? Pues sí, como a todas. Pero aquí el papel que tengo es defensivo y lo asumo”

¿Cómo se tomaría no entrar en la lucha por las medallas? “A lo mejor la pregunta es cómo me tomaría llegar a semifinales. Sería un gran logro y lo firmaría ya mismo”, replica. Las claves, advierte, pasan por minimizar los errores, algo que rara vez consiguió el conjunto de Carlos Viver en los tres partidos de la primera fase, con una acumulación de 51 balones perdidos. “Tenemos que ser muy disciplinadas y estar metidas desde el minuto uno. Son rivales contra los que no te puedes salir ni desconcentrarte porque lo vamos a pagar caro. Corren mucho y tienen poderío en la primera línea”, apunta.

A ella le tocará mantener prietas las filas en defensa. Ese ha sido siempre su rol con España. “Hombre, ¿que si me gustaría atacar? Pues sí, un poco como a todas. Pero aquí el papel que tengo es este y lo asumo”, afirma. “No soy una de las jóvenes. Tengo 28 años y llevo ocho en la selección. Nunca he jugado en ataque. Así que, si viene, bien. Si no, nada. No me focalizo en eso. El trabajo defensivo se ve menos e igual no se valora tanto como marcar goles, pero este es un deporte de equipo. Yo disfruto ayudando. Cuando estás en la pista, no piensas en ti o si en se te ve”.

Lo poco que ha podido pisar zonas ofensivas en este Europeo, eso sí, lo ha aprovechado porque lleva cuatro tantos en otros tantos lanzamientos. En su club, el Besançon sí disfruta de un mayor protagonismo en esta faceta (este curso acumula 19 dianas en cuatro encuentros) y antes de salir definitivamente de España, en 2012, acabó la Liga con 220 goles en el Elche. Una cifra que llamó la atención del potente Metz, con el que levantó cinco títulos y al que casi colgó en la primera llamada que le hicieron, cuando estaba con unas amigas en la playa, porque no entendía el idioma. Luego el balonmano le llevó al Siofok húngaro, el Esbjerg danés y, de vuelta a Francia, al Besançon.

Hasta la semana que viene, su futuro y el de la selección pasa por Herning, una ciudad danesa mediana (46.000 habitantes) del centro de la península de Jutlandia, dedicada a la producción tradicional de lana y a la industria textil. Ella, como el resto de sus compañeras, poco o nada de eso pueden ver desde su hotel-burbuja. “Hay unos guardias en la puerta que no te dejan salir. Solo lo hacemos para ir al pabellón. Nos hacen PCR cada 48 horas y siempre con mascarilla. Aquí estamos con Rusia y Suecia. No hay mucho contacto, pero sí se puede tener en las zonas comunes. De momento, lo llevamos bien”.

Calendario de la segunda fase

Francia (jueves, 20.30), Dinamarca (domingo, 20.30) y Montenegro (martes, 16.00). Todos por Teledeporte

Así está la clasificación

Rusia (4 puntos), Francia (4), Dinamarca (2), Suecia (1), España (1) y Montenegro (0).

Las dos primeras se clasifican para las semifinales.

El Grupo 2

Noruega (4), Croacia (4), Países Bajos (2), Alemania (2), Hungría (0), Rumania (0)

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