España, al borde de la quiebra

Con una angustia inimaginable, España derrotó a la República Checa (27-24) y logró el billete para la segunda fase del Europeo. Un objetivo del que era muy difícil dudar antes del inicio del torneo, hace solo cinco días, se convirtió tras el descanso en una quimera. La selección perdía por seis y se caía a trozos. Nadie adivinaba en el plantel de Carlos Viver al conjunto que se colgó hace un año la medalla de plata en el Mundial.

Pero, de repente, a la República Checa le pasó lo que a tantos que no pertenecen a la aristocracia: le empezó a faltar el oxígeno y entró en un fallo multiorgánico. En los últimos 20 minutos, solo fue capaz de meter dos tantos. En el 40 vencía 16-22 y terminó desplomada, condenada por una catarata de pérdidas y errores, propios de quienes se vencen solos.

La selección aceptó el regalo y, agarrada a Carmen Martín (12 dianas sin fallo, nueve desde el punto de penalti), una defensa por fin a tono y Merche Castellanos en la portería (ocho paradas y un 42% de aciertos), fue progresando a impulsos en ataque. Durante la remontada tuvo dos tramos de seis y cinco minutos sin marcar, no rompió en un equipo redondo porque a esas alturas resultaba imposible, pero, empujado por la necesidad extrema, se envalentonó y agarró un triunfo dramático para entrar en la siguiente ronda.

A la espera de conocer la lista completa de sus oponentes, a ella accede con apenas un punto y muchos deberes. Si quiere pasar a semifinales, tendrá que quedar entre las dos primeras en un grupo de seis donde estarán, seguro, Francia, Dinamarca, Rusia y Suecia. El sexto conjunto saldrá del cruce de este martes entre Montenegro y Eslovenia. Su único punto, igual que las nórdicas, le sitúa de partida a la cola y con la necesidad de remontar ante selecciones de primera línea mundial. El margen de error es entre escaso y nulo. Y el de mejora, enorme. Le falta continuidad, frenar la sangría de pérdidas (16 contra las checas, 51 en todo el campeonato) y encontrar más argumentos, sobre todo de la clase media. Contra Suecia aparecieron Silvia Navarro y Nerea Pena, y ante la República Checa lo hizo Carmen Martín, que fue el monocultivo durante gran parte de choque. Insuficiente ante el ochomil que le espera.

Las alarmas se encendieron pronto, con el 5-8 en el minuto 14 que obligó a Viver a pedir tiempo muerto. El vallesano, hombre tranquilo, tuvo que elevar la voz para que sus jugadoras apretaran los tornillos en defensa. La selección estaba a punto de encajar un parcial de 0-5 y pasarse ocho minutos sin anotar. La velocidad de las checas y su lanzamiento exterior no encontraban contestación.

Crisis aguda

La llamada al orden tuvo un efecto inmediato, ayudado también por una doble exclusión en su rival. Se acercaron a un gol (9-10) las Guerreras, pero rápidamente volvieron a perder el hilo. Y entonces la crisis resultó todavía más aguda. Sin ideas en ataque, entregadas a lo que el equipo rascaba desde los siete metros (casi la mitad de lo que produjo hasta el descanso fue desde ahí, pese a los dos fallos), y maltratadas por Jerabkova (seis dianas hasta el intermedio, ocho en total). Una España alicaída, de nuevo con la losa de las pérdidas (nueve a esas alturas), se marchó a los vestuarios cinco abajo (11-16), y gracias, porque Marcikova indultó a Merche Castellanos desde el punto de penalti con el tiempo cumplido.

El regreso a la pista no varió el escenario, lo que disparó la ansiedad de la selección. Durante los siguientes diez minutos, la República Checa dominaba a sus anchas y se movía sin dificultades con una renta de cinco y seis goles. Las caras de las Guerreras expresaban el desplome que se estaba cociendo. Hasta que su rival hizo crack, influido también por una defensa a la desesperada. Donde hasta entonces había un cuadro sólido y tranquilo derivó en un tembleque andante. La catarata de balones perdidos y errores resultó descomunal.

En el minuto 52, Lara González puso el empate (23-23), pero, pese a que en el lado opuesto seguía habiendo un agujero negro, no fue hasta el 57 cuando España tomó el mando con otro penalti convertido por Carmen Martín (24-23), cómo no. Igualaron las checas, pero esa fue su última señal en el partido. Una exclusión de dos minutos de Hurychova por equivocarse al realizar un cambio fue la puntilla. España, que había sufrido una tortura, todavía pudo disfrutar de los últimos dos minutos sin agobios tras dos dianas seguidas de una renacida Alicia Fernández. Desde 2002 no queda eliminada en un Europeo a las primeras de cambio. Esta vez estuvo demasiado cerca.

España, 27 - República Checa, 24

España: Silvia Navarro, Mercedes Castellanos; Marta López, Carmen Martín (12), Carmen Campos (1), Silvia Arderius, Jénnifer Gutiérrez (1), Nerea Pena (4), Lara González (2), Sole López, Kaba Gassama (1), Alicia Fernández (2), Almudena Rodríguez (1), Ainhoa Hernández (2), Lysa Tchaptchet, Mireya González (1).

República Checa: Novotna, Kudlackova; Knedlikova (5), Konecna (2), Manakova, Kvasova (1), Polaskova, Kordovska (2), Mikulaskova, Hurychova (2), Sustkova, Marcikova, Zachova, Kovarova, Jerábková (8), Mala (4).

Parciales cada cinco minutos: 2-2, 5-6, 5-8, 9-10, 10-13, 11-16 --descanso-- 13-19, 16-21, 17-22, 20-22, 23-23 y 27-24.

Árbitras: Antic y Javorleivc (SER). Excluyeron dos minutos a Arderius, Pena, Gassama y Hernández por parte de España. Y a Konecna, Kordovska y Hurychova en República Checa.

Jyske Bank Boxen de Herning.

En el otro partido del grupo: Rusia, 30 - Suecia, 26.

Rusia pasa a la Main Round con cuatro puntos; y Suecia y España, con uno.

Este martes se decide el grupo A, de donde saldrán las rivales de la selección en esta fase y con cuántos puntos pasan. Francia y Dinamarca, rivales en la tercera jornada, están clasificadas. El tercer equipo saldrá del enfrentamiento entre Eslovenia y Montenegro.