Alemania anticipa la ‘moukokomanía’
La Bundesliga altera sus normas para promover y precipitar el debut de Yossoufa Moukoko, el goleador de 16 años de la cantera del Dortmund
Hubo un tiempo en que el mundo del espectáculo producía situaciones de neurosis colectiva. En la era digital no es necesario malgastar tanta energía para aumentar la facturación. Basta con anticipar la fiebre antes de que se produzca, lanzando una tonelada de datos a través de ondas electromagnéticas, de modo que la sola expectativa se convierta en objeto de tráfico. Así ha sucedido en el fútbol alemán, en donde el año más triste de la Bundesliga coincide con dos hechos contradictorios. La sequía de talento autóctono más profunda que se recuerda, y el surgimiento de Yossoufa Moukoko, el juvenil más auspiciado de la historia de Alemania.
Su nacimiento fue inscrito en Yaoundé, Camerún, en 2004, aunque la puntualidad del trámite ha sido objeto de controversia. Si de verdad tenía diez años cuando se instaló en Hamburgo, a los chicos que comenzaron a jugar con él en el San Pauli debió parecerles tan viejo como un ciclón.
Acreditaba 11 años cuando lo fichó el Borussia Dortmund para su cantera. Con 12 debutó en la Bundesliga sub-17. En la temporada 2018-19 metió 50 goles en 28 partidos. En la temporada 2019-20 ascendió a sub-19 y anotó 38 goles en 28 partidos. Este curso acumulaba 13 goles en cuatro partidos cuando la marea de excitación alcanzó la costa de la selección absoluta. Puesto que el muchacho ha sido nacionalizado, la Bundesliga se apresuró a promocionarlo inquiriendo al mismísimo Joachim Löw.
“Me puse en contacto con sus entrenadores”, reconoció el seleccionador alemán en octubre; “y también vi algunos vídeos. Cuesta creer que alguien de esta edad pueda marcar tantos goles en una liga sub-19 contra jugadores dos o tres años mayores que él”.
Alemania es un país conservador. Para evitar la explotación infantil, hasta este verano la federación prohibía el debut de los menores de 17 en la máxima categoría. La norma se revisó a instancias del Dortmund para promover la carrera de su perla. El adolescente cumplió 16 años el viernes pasado y ese día, con la nueva edad mínima acreditada, pudo ingresar en la primera lista de convocados. Cuando Lucien Favre, el técnico del Dortmund, le apuntó en la expedición para enfrentar al Hertha en el estadio Olímpico, la noticia recorrió las redes: “Moukoko viaja a Berlín”.
El Dortmund ha hecho de la compraventa de jugadores su principal fuente de financiación. En la última década el club ha traspasado futbolistas como Pulisic, Dembelé, Aubameyang, Mkhitrayan o Götze por más de 600 millones de euros, y ahora la pandemia le obliga a sobreexplotar el pozo. Cuentan en Dortmund que Favre actuó presionado. Anhelante por poner al muchacho en el escaparate, el presidente Hans-Joachim Watzke ha disimulado mal su interés. La ilusión precede a la realidad de un jugador cuyo grado de comprensión del fútbol de máximo nivel resulta una incógnita, por más que Youtube le retrate trasladando el balón desaforado por campos de cantera, rematando a discreción —preferentemente con la zurda— contra chicos que no salen de su perplejidad, casi siempre después de regates y recortes en inagotables alardes de potencia. Físicamente, no hay duda, es superior a los sub-19.
“Ya se hablaba de Youssufa como de un fenómeno cuando tenía 10 años”, observa Lars Ricken, que también fue un niño prodigio del fútbol alemán y actualmente dirige la cantera del Dortmund. “No hay que tener miedo de que abunden los talentos de 15 años en la Bundesliga. Él es demasiado bueno para juveniles: hay que darle la oportunidad de evolucionar”.
El partido del Dortmund en Berlín giró gracias a un hombre. En el descanso ganaba el Hertha (1-0). En el minuto 80 el Dortmund arrasaba (1-5) con cuatro goles de Erling Haaland. En el 85 Favre llamó a Haaland y le sustituyó por Moukoko. Según salía del campo, Favre interpeló al noruego para felicitarle: “¿Cuántos goles has metido?”. “He metido solo cuatro porque no me ha dejado seguir”, le respondió el gigante. “¡Estoy cabreado con usted!”.
Haaland se ríe: “El mayor talento mundial ahora es Moukoko”
Con casi dos metros de estatura y 90 kilos de peso, ningún futbolista posee una armadura más preparada que Haaland para los combates cuerpo a cuerpo. Sin embargo, contra el Hertha el noruego hizo la diferencia burlando el contacto con los rivales. Sus desmarques y sus pasos de baile para eludir a los centrales le permitieron definir sus primeros goles a un toque. Su repertorio de sutileza contrastó con el ímpetu primario del debutante. Acostumbrado en las categorías inferiores a imponerse merced a su poderío físico, lo primero que hizo Moukoko fue pedir el balón al pie. Sus compañeros se lo dieron tres veces. La primera, se lo entregó a un rival; la segunda lo jugó en el mediocampo después de entretenerse en la conducción; y la tercera encaró a los centrales antes de que el paraguayo Omar Alderete se lo robara como quien espanta un tábano.
Cuando acabó el partido las cámaras persiguieron a Haaland para preguntarle por Moukoko. ”El mayor talento del fútbol mundial ahora mismo es Moukoko”, replicó, sonriendo como un tahúr. “Yo ya tengo 20 años y me estoy haciendo mayor”.
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