El Villarreal remonta ante el Qarabag
El jugador del filial Yeremy Pino, de 18 años, marca un excelente gol que supuso el inicio de la reacción amarilla en Estambul que certificó Alcácer con dos tantos más
Se ahorró el Villarreal 2.000 kilómetros de viaje con la diferencia entre Azerbaiyán (5.000 km) y Estambul (3.000) y evitó adentrarse en zona de conflicto bélico que mantienen azerís y armenios. En la neutralidad de Estambul, el conjunto de Emery consiguió su primera victoria del curso lejos de La Cerámica con un guion y un protagonista que apunta a crack: Yeremi Pino, con 18 años recién cumplidos, se mostró al fútbol en Estambul anotando un gol de una gran belleza plástica después de que el Qarabag se adelantase en el marcador en el último tramo del encuentro. El juvenil canario puso la primera piedra para la remontada que certificó Alcácer con dos goles más, el último de ellos de penalti. Ambos futbolistas ingresaron en el terreno de juego, junto a Moi Gómez en el último cuarto de hora. La apuesta de Emery, a pesar del susto del gol azerí, surtió el efecto deseado gracias a la confianza por el canterano y de la solvencia en el área del delantero valenciano que suma cuatro goles en Europa en apenas dos ratos.
Fiado a su superioridad, el Villarreal concedió al Qarabag 45 minutos de gracia e ilusión. En la segunda parte el escenario fue distinto. Contuvo sin problemas el grupo de Emery el empuje inicial del Qarabag y avisó por contra a la salida de un córner con un remate de cabeza de Bacca que cruzo la portería y se estrelló en el palo. El conjunto amarillo encontraba la primera ocasión al cuarto de hora fruto de una acción episódica, replegado en exceso los amarillos, con escasa profundidad, desconectado Kubo ubicado en el costado izquierdo, con Bacca aislado en punta, sin vértigo alguno en el despliegue. Seguidamente, tras un nuevo saque de esquina, un centro de Peña fue a parar al larguero.
Ni concedía ni se mostraba el Villarreal que en otra jugada a balón parado, en una falta al borde del área azerí, Trigueros ponía a prueba las prestaciones de Magomedaliyev, el portero del Qarabag que en un acrobático escorzo evitó el gol. Los de Azerbaiyán fueron perdiendo voltaje mientras el Villarreal se animaba tímidamente asomando el descanso. La mayor posesión del Qarabag se tradujo en nada. Con poca intención, los castellonenses aparentaron más peligro.
Algo tuvo que decir Emery en el vestuario. Con los mismos jugadores y sistema, el Villarreal no era el mismo, regresó tras el receso con otro propósito. Se adueñó del esférico y le dio velocidad al juego. Chukwueze pudo marcar asistido por Bacca, evitando el gol Magomedaliyev en el mano a mano con el nigeriano. Al Qarabag le tocaba correr y replegarse. Y nuevamente Chukwueze pudo anotar tras un centro de Kubo, más recorrido el japonés en el segundo acto sin limitarse al costado izquierdo. Y de nuevo Kubo, partiendo desde el costado derecho, dibujó un pase para la diagonal de Jaume Costa faltándole al valenciano un pelo para embocar en la portería azerí.
Atascado el marcador, Emery, al igual que hizo una semana atrás frente al Sivasspor, recurrió a Alcácer, Moi Gómez y Yeremi Pino a falta de un cuarto de hora. Y en un principio, los cambios tuvieron el resultado contrario al deseado. El Qarabag marcó en su primer tiro entre los tres palos. Corría el minuto 78. No importó. Dos minutos después, el juvenil Yeremi Pino se inventó un gol en un disparo a la escuadra tras fintar a su defensor y adentrarse al área. Una delicia de ejecución de una nueva joya del Villarreal para el fútbol español. Y seguidamente Alcácer, siempre Alcácer, firmaba la remontada que redondeó al materializar un penalti en el descuento.
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