Vinicius, la paz con Zidane y el ejemplo de LeBron
Después de cerrar el curso pasado sin jugar un minuto contra el City, Vinicius es el máximo goleador del Madrid y ha vuelto a ser convocado por Brasil
Vinicius se fue en agosto de vacaciones rumiando su descontento por haber tenido que ver la eliminación del Real Madrid de la Champions desde la grada del City of Manchester Stadium, sin un minuto sobre la hierba. No fue un disgusto en línea recta. Empezó dirigido a Zinedine Zidane, que no le sacó ni a calentar. Sin embargo, durante su periplo por las islas mediterráneas (Cerdeña, Ibiza, Mallorca), fue apuntándose a sí mismo, según fuentes de su círculo. No podía ser solo culpa del entrenador. El episodio de desatención durante la charla prepartido que le apartó en Mánchester, al que el futbolista no había concedido demasiada importancia, en realidad no era tan leve. Ya el año anterior, lesionado esta vez, Vinicius tuvo que ver desde fuera la eliminación contra el Ajax, y no quiere volver a estar en el banquillo mientras su equipo pierde.
La paz con Zidane no requirió que hablaran del desencuentro. El brasileño empezó a trabajar ya durante el final de sus vacaciones y el técnico, que le ha dedicado muchas horas a solas para afinar su puntería, ha seguido guiándole. Le pide que pise más a menudo territorios más centrados, alejado de la cal de la banda. Sin olvidar el vértigo que provoca en los rivales abierto al extremo, Zidane quiere que no siempre empiece todo tan lejos del gol. Y el gol y Vinicius ciertamente han acercado posturas. De los cinco últimos tantos del Madrid, tres han sido del brasileño, ahora máximo goleador del equipo.
Impensable antes de la pandemia, pero antes del clásico, y con los de Zidane como gran equipo más seco de Europa, Vinicius aparece como discreta e inesperada referencia goleadora. El miércoles contra el Shakhtar Sergio Ramos lo invocaba desesperado desde la grada del Di Stéfano mientras intentaban remontar: “¡Va, búscalo, Vini!”, gritaba cuando recibía el brasileño, el único al que se encomendaba el capitán lesionado. “¡Inténtalo, inténtalo, Vini!”.
Para entonces, el delantero ya había anotado el 2-3. La jugada resume lo esencial de su transformación desde que llegó a Europa hasta este breve florecimiento. También en qué está adelantando a algunos de sus competidores. Vinicius entró en el minuto 59 en el lugar de Jovic, retraído en el remate y en la presión, que contempló a distancia. El brasileño se tiró en seguida a cuchillo a por el encuentro. Con la misma carrera con la que entró al campo, robó la pelota, se plantó ante el portero y marcó: 14 segundos, el gol más rápido de un suplente en la historia de la Champions. El tanto se parece mucho al que le hizo tres semanas antes al Valladolid en la Liga: sale por Jovic en el 58, y en el 65, presión, robo y gol.
Hay mucho de Zidane detrás de ambas dianas. Vinicius se conduce con un mantra del francés grabado en la mente: “Pierde y presiona, pierde y presiona”. Acostumbrado a la fantasía despreocupada del regate de su adolescencia en el Flamengo, fue su despertar en defensa lo que le rescató de languidecer en el banquillo el invierno pasado.
Motivación y convicción
Eso y una determinación por encima de sus apetitos. “Si algo me hace ganar un segundo, entonces lo haré para mejorar y ganar ese segundo”, cuenta en uno de los capítulos de la serie Vini for Real que ha empezado a publicar en su cuenta de Instagram, donde acumula 10,5 millones de seguidores. Lo explica también en la serie su preparador personal, Thiago Lobo: “Vinicius no se basa en motivación, sino en convicción. Hace las cosas por convicción: 'No me gusta esto, pero necesito hacerlo”, cuenta en un fragmento grabado en Mallorca, adonde lo convocó el delantero para que le afilara antes de regresar a Valdebebas.
Detrás de sus horas de gimnasio doméstico (cinco algunos días), está su admiración por LeBron James, su figura deportiva predilecta, de quien destaca que nada más cerrar un curso ya está de vuelta en el gimnasio. Por esa dedicación respeta también especialmente a Ramos, Cristiano y Casemiro.
Con el centrocampista volverá a compartir vestuario en la selección brasileña. Después dejar de contar con él, Tite le convocó este viernes de nuevo para los próximos partidos de clasificación para el Mundial de Qatar: “Es un jugador con unas virtudes físicas extraordinarias. Si un coche normal tiene cinco marchas, él tiene siete. Vinicius está viviendo su mejor momento en su club”, explicó el seleccionador.
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