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Los bocinazos de Jasikevicius

El entrenador del Barça prodiga las críticas hacia su equipo, al que reprocha falta de carácter y competitividad

Robert Álvarez
Jasikevicius, en el partido entre el Barça y el Panathinaikos, el 15 de octubre.
Jasikevicius, en el partido entre el Barça y el Panathinaikos, el 15 de octubre.Alejandro García (EFE)

Los partidos del Barça duran más de 40 minutos desde que lo dirige Saras Jasikevicius (Kaunas, 44 años). Su carácter enérgico, su estilo impetuoso, además de su clase y los seis títulos que obtuvo, dejaron una marca imborrable durante sus cuatro temporadas como base azulgrana (desde 2000 hasta 2003 y la 2012-2013). Poco después de comenzar su carrera como primer entrenador, con el Zalgiris en enero de 2016, en la grada y en las oficinas del Palau caló la idea de que debía regresar al Barça, y más pronto que tarde a medida que se sucedían las decepciones.

Al fin, tras la primera temporada de Nikola Mirotic en el equipo y la segunda de Svetislav Pesic en el banquillo, saldada sin ningún título tras la cancelación de la Euroliga y la final perdida ante el Baskonia en la Liga de la burbuja, Jasikevicius regresó al Barça, ahora para dirigirlo desde el banquillo. El día de su presentación, el 6 de julio, advirtió: “Siempre he sido directo con los jugadores, intentando exigirles al máximo. Es mi manera de trabajar y estoy seguro de que lo van a aceptar”. Durante los 12 partidos de competición oficial que lleva al frente del equipo —se perdió el del Zenit al dar positivo por covid-19—, Saras ha sido consecuente con su declaración de principios. La plantilla del Barça, que perdió su primer título este curso, en la Supercopa (67-72 ante el Madrid, el 13 de septiembre), está más que avisada ante el segundo clásico de la temporada, este viernes (21.00, DAZN), en la quinta jornada de la Euroliga. “Sin público y con los dos equipos lejos de su cien por cien va a ser un clásico muy raro”, sentencia Jasikevicius.

La regañina más reciente de Saras a sus jugadores se produjo el pasado domingo, primero ante las cámaras de Movistar+ y después en la sala de prensa, tras la derrota ante el Baskonia (82-71). “Hemos salido en el tercer cuarto con la idea de jugar más duro en defensa, y nos meten 30 puntos o más. Así que claramente tenemos una mala idea sobre nuestra actitud, es una señal de equipo con mala mentalidad. Mientras estás jugando bien en ataque, no defiendes. Y eso nos pasa factura. Es inaceptable. Hemos recibido 63 puntos por errores propios, una cifra que no había visto en mi carrera como entrenador”.

Aquel día faltó Mirotic, afectado por el coronavirus. El ala-pívot montenegrino podría reaparecer hoy ante el Madrid. Jasikevicius, que está alineando en el quinteto titular al ala-pívot letón Roland Smits y dando minutos a los aleros de la cantera Sergi Martínez, de 21 años, y el argentino Leandro Bolmaro, de 20, evita escudarse en las bajas, el cansancio o los arbitrajes. “Somos el Barça. No interesan las excusas. Hay que jugar, ganar y mejorar”, dijo el 15 de octubre pese a las ausencias de Mirotic, Claver y Abrines y el triunfo ante el Panathinakos (97-89 tras una prórroga).

“Más cabrones”

Las censuras de Jasikevicius se repetían, en la línea que exteriorizó tras la primera derrota, el 6 de septiembre en la final de la Liga Catalana ante el Andorra (84-85): “No estuvimos disciplinados ni sabíamos a qué jugar. Hemos de entender que ninguna estrella, por muy buena que sea, y tenemos muchas, va a ganar un partido solo. No tuvimos disciplina y no jugamos juntos. Pagamos el precio”. Las reprimendas son más elevadas de tono en la cancha. Una de las que llamó la atención fue la que dirigió gritando a sus jugadores en un tiempo muerto del partido ante el Bilbao, el 27 de septiembre: “Cuando jugáis de manera egoísta parecéis el Barça del año pasado, no el de este año. O jugamos juntos, o alguno de vosotros no jugará”.

El entrenador lituano desliza uno de los aspectos que echa de menos en su plantilla. “A este equipo no le falta una pieza. No nos falta un pívot o un cuatro. Nos falta un poco de carácter. Aquí todo el mundo puede meter veinte puntos, nos falta gente que compita, que sean consistentes en competir cada día”, explicó en una entrevista en Mundo Deportivo. Y remachó: “Buscamos carácter antes que una pieza. Lo que me gustaría es tener a más cabrones”.


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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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