La reivindicación de Courtois
El meta belga, muy discutido hace justo un año, explota tras el confinamiento y multiplica su porcentaje de paradas e influencia en el Madrid
Después de cada partido, Thibaut Courtois es uno de los jugadores del Madrid más locuaces, siempre dispuesto al análisis al margen del resultado. Cuenta cómo ha visto el duelo y en su discurso nunca pierde la ocasión de recordar la importancia de sus paradas. En los últimos tiempos, una reivindicación bastante justa. Si los blancos han dejado la portería a cero en tres de los cuatro duelos del nuevo curso, el responsable principal es este tallo belga de dos metros que empezó atribulado en el Bernabéu y ya es imprescindible.
“Para todos, sin discusión, es el mejor portero que ha tenido el equipo desde el mejor Casillas. No hay dudas sobre esto”, aseguran con rotundidad desde el club. La sentencia no es menor porque deja fuera de la ecuación a su antecesor, Keylor Navas, el guardameta de las tres Champions seguidas, ahora en el PSG, y cuya cohabitación hace dos temporadas con Courtois generó un intenso debate. Pero la entidad cerró ese capítulo y la apuesta fue este arquero de 28 años al que definen “metódico, pausado y pelón”, y que de niño empezó como lateral izquierdo en el Genk.
Una vez ubicado en la Castellana, un proceso que llevó más tiempo del esperado, su incidencia en los resultados del Madrid del último año es amplia. Más si cabe en este arranque de campaña. No ha habido jornada en la que no haya dejado una o más intervenciones decisivas en encuentros que han discurrido en el precipicio, incapaz el equipo de cerrarlos sin agobios. Frenó a Isak en San Sebastián; a Sanabria en el Villamarín; negó a Weissman y Carnero del Valladolid; y este domingo ante el Levante amargó a Melero y Bardhi, y se inventó desde el suelo prácticamente vendido un pie para quitarse de encima un disparo que apuntaba a las redes. “Nos ha salvado”, repitió Zidane tras los dos últimos compromisos. “Está ahí para eso”, añadió con su clásica media sonrisa.
“Es el mejor portero que ha tenido el equipo desde el mejor Casillas”, aseguran rotundos en el club
Ya el curso pasado alcanzó los mejores registros de su carrera, con un porcentaje de paradas del 79,17%, 15 puntos por encima de su flojo debut en Chamartín. Hacía 12 años que un portero del Madrid no lograba cifras tan altas. Fue con Iker Casillas (80,25%). Las estadísticas de Navas, clave en varios pasajes de los éxitos europeos, nunca llegaron a estas cotas.
De menos a más, la explosión de Courtois se produjo tras el confinamiento. En esas diez jornadas exprés, su porcentaje de intervenciones se disparó hasta el 87,88%, casi nueve puntos por encima de su media anual. La sensación, sin embargo, es que su influencia es todavía mayor ahora, en estos cuatro primeros partidos, sobre todo porque el sistema defensivo del equipo no se ha mostrado tan rocoso como en el tramo final de la coronaliga. Los blancos han recibido de media dos tiros más por choque que el año pasado: 10,75 frente a 8,87, según la empresa Opta. “Vamos a intentar que nuestra portería sufra menos”, reconoció Zizou.
Su crisis del 1-O
Desde dentro, la bendición al portero belga es absoluta. Lo describen como un referente del equipo, “no solo en el campo”, matizan en Valdebebas. “Ha adquirido unos galones muy importantes. Él no los quiere, pero el vestuario se los ha puesto porque tiene el poder de atracción de la sencillez”, ensalzan. Y lo que también tiene es un alto concepto de sí mismo, como demuestra en los análisis postpartido, imprescindible seguramente para defender esos tres palos. “Sabe que está entre los tres mejores del mundo, pero eso no le vale”, advierten.
“Al principio tenía al lado a Navas, el de las tres Champions, le comparaban con él y eso da inestabilidad”, analiza Andrés Palop
Sin embargo, antes de este estatus fue la discusión interna. Courtois también pasó por su particular crisis del 1 de octubre. En esa fecha, hace justo un año, se retiró a la caseta en el descanso contra el Brujas silbado por el Bernabéu tras los dos goles encajados (0-2) y ya no regresó en la segunda parte. El club explicó que sufría problemas estomacales. Esa tarde tocó fondo en la trayectoria errática que había ofrecido hasta entonces como blanco. La cohabitación durante el año anterior con Navas, que ya se había ido a París, le había sacado del carril.
“Los porteros necesitan confianza y continuidad”, explica el exguardameta Andrés Palop. “A principio, tenía al lado a Navas, que era el de las tres Champions, y le comparaban con él. Eso trae inestabilidad porque no sabes qué va a pasar. El equipo tampoco estaba al 100% y la adaptación cuesta. Había rendido muy bien en el Atlético y el Chelsea, pero el Madrid es otro nivel. Si no rayas al máximo, todo adquiere más trascendencia. Cuando ha entendido esto, ha ido mejorando”, añade el valenciano, que ahora advierte del peligro del “azúcar” de los elogios.
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