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Bale y Reguilón cierran sus salidas del Madrid al Tottenham

El galés se marcha cedido al conjunto de Mourinho y el lateral izquierdo se va por 30 millones con una opción de recompra

Lorenzo Calonge
Bale celebra el gol de chilena en la final de la Champions ante el Liverpool, en 2018.
Bale celebra el gol de chilena en la final de la Champions ante el Liverpool, en 2018.Hannah Mckay (Reuters)

Gareth Bale y Sergio Reguilón se marchan al Tottenham de Mourinho. A falta de que se comuniquen de forma oficial, las dos operaciones están cerradas, según informaron a este periódico fuentes del Real Madrid. El fondo y las condiciones de las dos salidas, sin embargo, son muy distintas. El galés se va cedido mientras el canterano lo hace mediante un traspaso de 30 millones con una opción de recompra de 40.

Zidane deseó hace un año la salida “inminente” de Bale “por el bien de todos”. Lo inminente ha tardado al final 14 meses. El galés vuelve al Tottenham, de donde lo compró el club blanco en 2013 por la cifra más alta abonada hasta entonces en el Bernabéu (101 millones). Pero lo hace en unas circunstancias muy diferentes a las de su llegada. Fue contratado como una estrella, aspirante al Balón de Oro y a disputarle el trono a Cristiano, y se va en calidad de cedido. Probablemente, por una temporada de las dos que le restan en España.

Su partida era prioritaria para todas las partes y no se encontró otra fórmula. El entrenador, que hace una semana también se libró de James, se quita a un futbolista que ya no quería de ninguna manera; el jugador da con un destino familiar donde reflotar una carrera que a los 31 años estaba cogiendo moho; y la entidad alivia la masa salarial de la primera plantilla.

Los siete años de Bale en el Madrid tuvieron un aire contradictorio, el público y él vivieron en una incomprensión mutua continua

Este debería ser el final de la etapa de Bale en el Madrid, siete temporadas en las que participó activamente de una de las épocas blancas más laureadas. Alzó cuatro Champions y fue protagonista principal de varios momentos cumbre de la historia moderna del club, pero su paso por la Castellana siempre tuvo un aire contradictorio. Los aficionados y él vivieron en una incomprensión mutua casi continua. El jugador nunca entendió los pitos recurrentes del público, y este no se acostumbró a sus habituales lesiones y a sus desconexiones del juego, por más que luego apareciera para ganar una orejona de chilena, rematara al Atlético en Lisboa o cazara una Copa del Rey en una cabalgada arrolladora sobre la bocina ante el Barça.

En los Spurs lo acoge Mourinho, necesitado de un golpe de efecto para animar a un equipo mustio que hasta ahora no ha sido capaz de levantar. Ya lo quiso en 2017 cuando dirigía al United. “No puedo comprarte porque no hablas”, le advirtió antes de un partido de pretemporada. Entonces el galés se hizo el longuis. Tres años después, en un escenario completamente distinto, sí habló hace dos semanas para reclamar una salida y culpar al Madrid de haber impedido su marcha a China el curso anterior. La opción ahora era la Premier, casi la única. Su zancada y potencia encajan bien en el estilo de Mou y el cariño de los aficionados tampoco tendría que faltarle.

Mourinho saluda a Bale en 2011 tras un Tottenham-Madrid.
Mourinho saluda a Bale en 2011 tras un Tottenham-Madrid. CARL RECINE (Reuters)

El luso debería darle los mimos que hace mucho le retiró Zidane. El francés proclamó a su llegada al banquillo del Madrid, en enero de 2016, que si los tres integrantes de la BBC (Bale, Benzema, Cristiano) estaban sanos, serían indiscutibles. Y así fue durante unos dos años. Hasta que en la tercera campaña del galo en el Bernabéu, la 2017/18, meses antes de su adiós, decidió cortar al galés. Un divorcio que ya no tuvo arreglo, ni siquiera con la chilena del zurdo en la final de la decimotercera Champions saliendo desde el banquillo. La sorprendente despedida de ZZ renovó los votos del futbolista con Chamartín, aunque su carrera en España ya no levantaría el vuelo. Sin Zizou tampoco le fue mejor, Solari también le mandó al banquillo de pensar y la vuelta del francés en marzo de 2019 no hizo sino empeorar las cosas.

El desencuentro ZZ-Bale era tal que el francés deseó públicamente su salida, contraviniendo la norma no escrita de no publicitar la venta de un jugador

El desencuentro era tal que hace un año el entrenador llegó a desear públicamente su salida, contraviniendo la norma no escrita de no publicitar la venta de un jugador para no devaluar su precio. Meses después, su posado junto a una pancarta con el lema “Gales, Golf, Madrid, en ese orden” lo sentenció ante los aficionados. De la sombra fue pasando al ostracismo, y acabó acordando con el técnico no ir convocado a la vuelta de los octavos contra el City, el pasado agosto, después de disputar solo 90 minutos en dos partidos tras el confinamiento. Su participación la temporada pasada (1.260 minutos) se desplomó a la mitad de su media con el Madrid (2.432). La situación era insostenible (no salió del gimnasio en la semana que ha transcurrido desde su vuelta con la selección) y ya solo era cuestión de tiempo para encajar el puzle económico de su salida.

Por motivos diferentes, Reguilón, de 23 años, tampoco tenía sitio, al menos ahora, en los planes de Zidane. En su caso, la opción de recompra del Real Madrid, que ronda los 40 millones para las dos próximas temporadas (firmará por cinco), ha allanado la operación. Aunque el entrenador francés no contaba con el internacional y los dirigentes blancos han aprovechado esta circunstancia para hacer caja, la entidad también ha tratado de no perder todos los derechos del jugador y este tampoco quería cerrarse la puerta para el futuro.

Reguilón, hace dos temporadas con el Madrid.
Reguilón, hace dos temporadas con el Madrid.

Su gran campaña pasada en el Sevilla, donde se marchó cedido y alzó la Europa League, lo revalorizó, pero la decisión del técnico madridista sobre él no varió. ZZ sigue apostando por la pareja Marcelo (32 años)-Mendy (25) para el flanco izquierdo de la defensa, quizás la zona del campo en la que más visible se ha hecho el inicio de una transición. El francés, que llegó hace un curso por petición expresa de Zidane a cambio de 48 millones, le fue ganando terreno al brasileño. En todo caso, el técnico sigue contando con Marcelo, al que le quedan dos campañas de contrato.

La buena temporada de Reguilón en el Sevilla no varió su posición ante Zidane, que sigue apostando por la pareja Marcelo-Mendy

El canterano no figura entre las preferencias de Zizou, como bien demostró a su regreso a la Castellana hace un año y medio. Pese al buen despliegue del lateral a las órdenes de Solari en medio de una profunda crisis del equipo, Zidane no dudó y rescató a Marcelo para la titularidad, aunque hasta entonces su rendimiento había emitido señales descendentes. Reguilón apenas disputó dos partidos de los últimos 11 de esa Liga 2018/19, lo que le obligó a buscarse un destino, que fue el Sevilla. Allí siguió creciendo y Luis Enrique lo incluyó en la última convocatoria con España. Insuficiente todavía, sin embargo, para Zizou.

Verano recaudatorio

Con su venta, el Madrid sigue engordando la cuenta de ingresos este verano. Antes que Reguilón fueron traspasados Achraf al Inter (40 millones más cinco en variables), James al Everton (en un principio se informó de 22,5, pero Banfield, club donde jugó entre 2008 y 2010, aseguró este jueves que había ido gratis porque ellos no percibirán nada), Óscar Rodríguez al Sevilla (13,5 más 1,5), Javi Sánchez al Valladolid (3), Jorge de Frutos y Dani Gómez al Levante (2,5 cada uno) y Alberto Soro al Granada (2,5). También recaudó 2,5 por la cesión de Kubo al Villarreal. Cedidos se marcharon Reinier al Dortmund por dos años, Brahim al Milan, Ceballos al Arsenal y Vallejo al Granada. En las tres semanas que quedan de mercado, hasta el 5 de octubre, no se descartan más salidas.

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