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Sainz termina segundo en Monza tras pelear por la victoria con Gasly hasta el final

El francés de Alpha Tauri sujeta al piloto español en un disparate de carrera y emula el triunfo de Vettel en 2008

Desde la izquierda, Carlos Sainz, Pierre Gasly y Lance Stroll, este domingo en el podio del Gran Premio de Italia.
Desde la izquierda, Carlos Sainz, Pierre Gasly y Lance Stroll, este domingo en el podio del Gran Premio de Italia.LUCA BRUNO (Reuters)
Oriol Puigdemont

Todos aquellos que una y otra vez lamentan la previsibilidad que reina en la Fórmula 1 de los últimos años seguramente se pondrán en bucle el Gran Premio de Italia de este domingo, un auténtico disparate de carrera que sacudió la teoría aplicada del campeonato. Un brutal accidente de Charles Leclerc y la penalización posterior que le cayó a Lewis Hamilton (fue séptimo), el líder, por entrar a visitar el garaje cuando no estaba permitido, dibujó el escenario perfecto para cualquier piloto que no estuviera metido en un Mercedes, un Ferrari o un Red Bull, los tres equipos que hasta este domingo se habían repartido las últimas 146 victorias. Esos maravillosos quiebros del destino colocaron a Pierre Gasly en la mejor disposición para hacerse con un triunfo en Monza teóricamente imposible para Alpha Tauri. Este fue incluso más difícil que el que Sebastian Vettel logró en 2008 para la estructura de Faenza, entonces Toro Rosso, porque en esta ocasión no apareció la lluvia como elemento equilibrador.

Si aquella machada del alemán fue incontestable, el francés no pudo celebrar la suya hasta la mismísima línea de meta por culpa de Carlos Sainz, enfundado en su versión más agresiva. El español se convirtió en un auténtico martillo que estuvo a un tris de devolver a McLaren a lo más alto del podio ocho años después de la última vez (Button, en Brasil 2012). Sainz se vio perjudicado por la aparición del coche de seguridad (vuelta 25) cuando tenía la segunda plaza del todo amarrada y se puso el mono de trabajo tras la neutralización. Sainz se las apañó para quitarse pronto de en medio a Lance Stroll y a Kimi Raikkonen, y se fue a la caza de Gasly, a quien probablemente habría dado un buen susto si la prueba hubiera durado una vuelta más. Lance Stroll completó un cajón en el que, por primera vez desde el Gran Premio de Hungría de 2012, no se subió ningún corredor de Mercedes, Ferrari o Red Bull.

Pierre Gasly (izquierda) y Carlos Sainz llegan este domingo a la meta en el Gran Premio de Italia disputado en el circuito de Monza.
Pierre Gasly (izquierda) y Carlos Sainz llegan este domingo a la meta en el Gran Premio de Italia disputado en el circuito de Monza.Jenifer Lorenzini / Pool (EFE)

Hace un año, Gasly llegaba a Italia tras ser degradado a Toro Rosso por la cúpula de Red Bull, que decidió sustituirle por Alex Albon. A los pocos meses de aquel mal trago, el de Rouen logró cruzar la meta el segundo en Interlagos. Si aquello fue una reivindicación en toda regla, la victoria en el templo de la velocidad le coloca como el 109º ganador de la historia del certamen y el primer francés en conseguirlo desde que Olivier Panis se impusiera en 1996 por las calles de Mónaco al volante de un Ligier, que, casualidades, también equipaba un motor Honda.

“Fue una carrera completamente loca en la que sacamos partido de la bandera roja. El coche fue rápido, aunque detrás tuve a uno [Sainz] que también lo era mucho”, resumió Gasly, completamente entregado al equipo con el que debutó en el Mundial en 2017. “Esta escudería ha hecho mucho para mí. Me dio la oportunidad de estrenarme en la F1, después de anotarme mi primer podio y ahora de conseguir mi primer triunfo”, añadió el galo, que no se cansó de dar las gracias a todos los que de una forma u otra intervinieron en este fascinante desenlace, especialmente a Honda. “La potencia es vital en este circuito, y que hayamos conseguido ganar a Mercedes, Ferrari y Renault, es simplemente brutal”, remachó Gasly, que, como Sainz, también es fruto de la escuela de Red Bull.

“Es increíble que esté cabreado por haber logrado una segunda plaza. Pero la victoria estuvo muy cerca. Tuvimos mala suerte con el coche de seguridad, pero fuimos muy rápidos durante todo el fin de semana”, comentó Sainz, que una vez más volvió a dejar claro qué es lo que ha llevado a Ferrari a contratarle para el curso que viene. El de McLaren bordó todo lo que tuvo en su mano. En la primera arrancada le ganó la partida a Valtteri Bottas y se fue detrás de Hamilton, circunstancia que le permitió abrir un margen de seguridad a su espalda. Después llegó el galimatías del safety, el brutal accidente de Leclerc y la bandera roja que le recolocó el sexto en la formación de la segunda parrilla. “Subir de la sexta plaza a la segunda y cruzar la meta a solo cuatro décimas de Pierre demuestra el ritmo de nuestro coche. En una carrera en condiciones normales, creo que también habría concluido el segundo, por detrás de Lewis”, zanjó Sainz.

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