Una piña para el brillo de Neymar
La resurrección de la estrella brasileña se apoya en un ambiente de compañerismo que ha reemplazado a la anarquía y el vedetismo que imperaba en el PSG
A los pies del modernista y lujoso hotel que el Paris Saint-Germain ocupa en Lisboa, las garzas picotean con parsimonia sobre el manto de plancton que les ofrece la orilla del Tajo, ignorantes de la popularidad de sus vecinos ocasionales. El elitista rascacielos, integrado a la Torre de Vasco de Gama mediante una estructura metálica abombada que compone una vela desplegada, no admite, durante la semana que resta de competición, más inquilinos que los que componen la expedición del club parisino. La exclusiva reserva se alarga hasta el 23 de agosto, día de la final. Una patrulla de policía vigila la entrada de la valla que rodea el edificio. Al otro lado del perímetro metálico, cuatro miembros de la seguridad privada del club se ocupan de que una veintena de aficionados no se arrime demasiado cuando Thomas Tuchel y Ander Herrera abandonan el cuartel general camino del Estadio da Luz para ofrecer la rueda de prensa previa a la semifinal de hoy entre el PSG y el Leipzig (21.00, Movistar Liga de Campeones).
Parte de la comparecencia del entrenador alemán versó ayer sobre el nuevo Neymar y la transformación de un vestuario en el que reinaban el vedetismo y la anarquía. “Se ha creado una atmósfera especial con un grupo y unos tíos que saben lo que es necesario para convivir, para entrenar y para crear una atmósfera así. Hemos creado un grupo con Sergio Rico, Keylor Navas, Ander Herrera y Sarabia. Esta es la clave de que Neymar suba de nivel, porque esto es un deporte colectivo”, advirtió Tuchel. La presencia de ese cuarteto de ha sido decisiva para la estabilidad competitiva y profesional de Neymar.
Asados multitudinarios
Según fuentes próximas al PSG, la dirigencia y la propiedad catarí están sorprendidas por las complicidades que se han generado en el camerino durante este curso. Las jornadas de convivencia del plantel alrededor del humo de los asados han sido multitud y multitudinarios. A diferencia de otras temporadas, donde los brasileños formaban su propio ecosistema, en esta las jornadas de convivencia han reunido en la mayoría de las ocasiones a gran parte del plantel. Cenas y comidas en los domicilios particulares o en restaurantes parisinos no han bajado de la docena de comensales. También los ha habido de Neymar en compañía de algún compañero sumido en bajones anímicos o de juego. Se ha dado un acercamiento mutuo entre la estrella brasileña y la infantería de la caseta.
La temporada pasada, con motivo del partido de vuelta de los cuartos de final contra el Manchester United, el plantel del PSG llegó al estadio por separado. No hubo concentración previa a la debacle (1-3) que supuso la eliminación tras dilapidar el 0-2 obtenido en Old Trafford. Nada que ver ante la necesidad de remontar el 2-1 encajado en Dortmund en la ida de los octavos de final de la presente edición. A los pocos días de una derrota que volvía a poner en jaque el millonario proyecto catarí, la plantilla se reunió en la Trattoria Giusé, propiedad de Marco Verrati. También hubo concentración en un hotel la noche antes para solventar la eliminatoria (2-0), con Neymar en modo estelar. “Cuando yo llegué era un líder sobre el terreno de juego. Todo el mundo espera de un líder que hable, pero él es diferente. Este ambiente es lo que ha permitido que Neymar sea un líder con su calidad su confianza, su coraje y su capacidad de combatir en el uno contra uno. Él ama mucho la competición y odia perder. Con él y Mbappé tenemos la mezcla ideal del regate y la velocidad”, reiteró Tuchel. “Cuando vine a jugar con el Manchester United la temporada pasada escuchaba que había problemas en el vestuario, que los brasileños iban por un lado y otros por otro. Nada de eso me he encontrado ahora. Tenemos un grupo fantástico”, corroboró Ander Herrera.
Espíritu libre
Frente al Atalanta (2-1), en los cuartos de final, Neymar fue ese extremo virguero y desequilibrante capaz de agotar y desquiciar defensas. Falló ocasiones claras de gol, pero hizo el partido suyo desde su imprevisible capacidad de desborde. Jugó con el convencimiento del regateador empedernido de que no hay sistema defensivo que resista el arte del uno contra uno. Gasperini, técnico del club de Bérgamo, admitió la resurrección de un futbolista que asomó su carrera al abismo por alejarla del juego para aproximarla a los excesos del estrellato. “Estuvo siempre enfocado, cada vez que encontraba un espacio creaba peligro. Demostró que vuelve a ser un campeón. Pudimos limitarle poco”.
Neymar amenaza este martes la arriesgada estabilidad defensiva del Leipzig, siempre al filo de padecer una contra por los metros que dejan a sus espaldas. “Es imposible prever todas las situaciones que pueda crear Neymar, ni siquiera puede hacerlo Thomas [Tuchel]. Es demasiado espíritu libre”, aventuró Julian Nagelsmann, que también lanzó un aviso sobre el partido a dos porterías que se espera entre dos equipos tan ofensivos: “Le he dicho a mi equipo que no vamos a poder defender todas las situaciones, pero no es tan terrible porque el PSG tampoco va a poder defenderlo todo. No hay muchos equipos que consigan controlar 90 minutos a Neymar”.
La oportunidad de Sergio Rico
Imposibilitado Keylor Navas para jugar por la lesión que padeció en los minutos finales ante el Atalanta, Sergio Rico será el guardameta con el que el Paris Saint-Germain trate de alcanzar hoy la primera final de la Liga de Campeones de su historia. “Tenemos tres porteros de garantías. Sergio tiene experiencia y ha ganado la Europa League con el Sevilla varias veces”, dice Ander Herrera.
Cedido por el Sevilla, y tras no hacer efectiva el PSG la cláusula de compra fijada en diez millones de euros, la lesión de Navas ha puesto en el escaparate a Rico. Durante la temporada, disputó siete partidos. Sus actuaciones más notables se dieron en una eliminatoria de Copa y en otra de la Copa de la Liga en las que detuvo sendos penaltis contra el modesto Linas-Montlhery y el Saint-Etiene, respectivamente.
Rico finaliza contrato el 30 de junio de 2021 y la intención del Sevilla es hacer caja con él antes del próximo 1 de enero, cuando podrá negociar libremente con cualquier club. La semifinal de esta noche y una hipotética final, si Navas no se recupera, pueden atraer las ofertas.
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