El Eibar sella la permanencia
El equipo de Mendilibar se impone ante el Espanyol y jugará la próxima temporada en LaLiga después de que el Mallorca cayera ante el Sevilla
El Eibar no quería estirar más su agonía en LaLiga. Y no había un mejor rival que el descendido Espanyol. Angustiado y temeroso, el equipo de Rufete ni siquiera atinó a complicarle la vida a los muchachos de José Luis Mendilibar. Dos penaltis infantiles en 11 minutos para que Edu Expósito le diera al Eibar el oxígeno que necesitaba en Cornellà. El equipo armero ha conseguido 12 puntos de los últimos 18 y ha dejado la permanencia sellada después de que el Mallorca perdiera frente al Sevilla en Nervión. El Eibar de Mendilibar jugará por séptima temporada consecutiva en LaLiga.
Nunca se puede subestimar al Eibar de Mendilibar. Después de Diego Pablo Simeone (ocho campañas y media), el técnico vasco es el entrenador que más tiempo acumula al frente de su equipo en Primera: cinco (su contrato finaliza cuando termine esta temporada). Ha construido un equipo bien trabajado, compacto y temperamental, tan ordenado como vertical, esencialmente, irreducible. No baja los brazos el Eibar. Antes del regreso a la competición se dudaba de la capacidad del conjunto vasco para conservar su plaza en Primera. En Ipurúa, no dudaban. El equipo de Mendilibar sabe lo que tiene que hacer, juegue con su clásico sistema (4-4-2) o con el 4-1-4-1, que ya lo había probado en el Sánchez Pizjuán, pero que le funcionó a la perfección en Cornellà.
Hasta cinco cambios contó el Eibar respecto del equipo que empató con el Leganés: Tejero, Soares, Sergio Álvarez, Inui y Cristóforo saltaron al campo frente al Espanyol. Rufete también agitó el once. Nada cambia, en cualquier caso, en el cuadro blanquiazul. Desde que Rufete saltó de los despachos de la dirección deportiva al banquillo, el equipo sale a derrota por partido: cinco consecutivas. Ya consumado el descenso la jornada pasada en el Camp Nou, el Espanyol intentó lavar su imagen en su estadio. Sin su afición, claro. La hinchada, en cualquier caso, ya se había manifestado tras derrota ante el Barça. “Sois la vergüenza de 120 años de historia”, “Cerrad al salir”, “Sinvergüenzas, fuera de aquí” y “Ya no sois bienvenidos”, fueron las pancartas que colocaron en la Ciudad Deportiva Dani Jarque. Sin Raúl de Tomás -Rufete confirmó que tiene una cláusula para salir cedido-, el Espanyol buscó dominar al Eibar.
El Eibar ni se inmutó. Le cedió el control del balón y esperó. Como si supiera el cuadro armero que el Espanyol se vence solo. Y así fue. Primero el canterano Víctor Gómez tocó la pelota con la mano en el área. Penalti, que Edu Expósito mandó a la red. Pero los repetitivos errores en la zaga Espanyol no son solo un pecado de juventud. El veterano Bernardo le cedió la segunda pena máxima a Expósito, también después de una inexplicable mano en el área de Diego López. Esta vez, el portero gallego acertó la intención del volante, pero le dejó servido el rebote: 0-2. El partido ya no tuvo más misterio en Cornellà.
El Espanyol no reaccionó, ni siquiera cuando Raúl de Tomás saltó al campo, y el Eibar jugó con la tranquilidad del resultado y frente a la pasividad de un rival sin rebeldía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.