El Barça rompe con Pesic tras un año en blanco
El club y el entrenador, que tenía un año más de contrato, explican que ya habían tomado la decisión antes de empezar el torneo en Valencia
Svestilav Pesic, la pieza angular sobre la que descansaba la reconstrucción del Barça desde febrero de 2018, dejó ayer de su entrenador. El acuerdo se hizo público un día después de que los azulgrana perdieran la final de la Liga ante el Baskonia. Pero el club y el entrenador serbio, de 70 años, ya habían acordado antes del inicio de la Fase Final en Valencia la rescisión del contrato firmado hace un año y que finalizaba en 2021.
Pesic y el Barça entendieron que el proyecto no ofrecía el resultado apetecido, a pesar de que la temporada ha estado mediatizada por el parón desde marzo debido a la pandemia. Su ambición era máxima, pero no ha cristalizado en ningún título. “Mi trabajo ya estaba hecho y había llegado el momento de dar entrada a otra persona que asumiera el papel de entrenador”, aduce Pesic al explicar la decisión tomada antes del inicio de la Fase Final de Valencia, el 17 de junio.
El listón se situó en lo más alto cuando Nikola Mirotic coronó en julio de 2019 un elenco que ya gozaba desde un año y medio antes del efecto efervescente de otra apuesta personal del presidente del club, Josep Maria Bartomeu, la de Pesic. El equipo, con Mirotic, con el retorno también desde la NBA de Abrines, con Higgins y con Brandon Davies, y un presupuesto que L’Equipe cifró en 41 millones, tenía una pinta imponente. Su derrota ante el Real Madrid en la Supercopa, en septiembre, admitía atenuantes; menos la que sufrió ante el Valencia en los cuartos de la Copa, en febrero. La temporada, por lo demás, transcurría conforme a las expectativas. El Barça era líder de la Liga ACB y tercero en la Euroliga con el mismo balance que el Real Madrid, segundo, cuando la pandemia interrumpió la competición española y zanjó la europea.
Del aguijón de Pesic se esperaba que propiciara un año triunfal como el del triplete que obtuvo con él en 2003. Mirotic era la estrella que debía marcar la diferencia, como lo hizo entonces Dejan Bodiroga. Pero las apuestas de Bartomeu no han dado el resultado que se presumía. El equipo se queda a cero después de las Copas que levantó en 2018 y 2019 con Pesic, que había relevado a Sito Alonso para enderezar una trayectoria calamitosa.
Mala gestión final
El arsenal del Barça es formidable, pero lo ha demostrado más a la larga que a la corta, más en el balance notarial —compareció en la final con 20 victorias en sus últimos 21 partidos— que en los duelos sumarísimos. Ante el Baskonia, el último tiro de Higgins escupido por el hierro lo cambió todo. Pero el Barça ya acumulaba errores de bulto. El principal, no hacer valer su teórica superioridad para evitar el desenlace punto arriba, punto abajo que le interesaba al Baskonia. Pesic actuó contra todos los manuales al mantener en la cancha a Mirotic con cuatro faltas. Fue eliminado y el Barça jugó los cinco minutos más importantes de la temporada sin su estrella. Mirotic cuajó su peor partido y no hizo honor a su apodo, Threekola, con un 0 de 5 en triples, pero su presencia seguía siendo clave en un momento trascendental y en un escenario donde no aparecían Tomic, Davies, Hanga, Abrines, Claver, Oriola y apenas Kuric. Solo Higgins y Heurtel, al que Pesic dejó fuera en los últimos compases, espolearon al Barça.
Niko había vuelto a España para ganar títulos. En su primer año, se queda como en el último antes de irse a la NBA, cuando fue señalado tras la derrota del Real Madrid en la final de la Liga 2013-2014, precisamente ante el Barça. Al equipo de Pesic le pasó lo peor que le podía pasar, echar de menos la audacia y la puntería del desertor Delaney. El NikoBarça se ahogó en la orilla y se sumió en el fondo marino donde yacían los restos del Real Madrid —cuyo presupuesto es de 40 millones según el citado periódico francés—, fuera de las semifinales porque no pudo ni con el Burgos ni con el Andorra. Dos grandes batacazos.
El fiasco del Barça supone un nuevo relevo técnico en un banquillo y una estructura técnica muy inestable desde que Xavi Pascual fue destituido tras la derrota en la final de la Liga ante el Real Madrid en 2016. Primero llegó Bartzokas, después Sito Alonso, mientras que la dirección deportiva, tras el adiós de Joan Creus, pasó a ocuparla Rodrigo de la Fuente primero y Nacho Rodríguez después. Durante todo ese periodo, uno de los candidatos más apetecidos por el club fue su exjugador Saras Jasikevicius, ahora pretendido por el Fenerbahçe, el club en el que ha cerrado su etapa Zeljko Obradovic, otro de los entrenadores más apreciados por los grandes clubes europeos.
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