El Madrid ajusta la mirilla

La primera vez que el Real Madrid se asomó al abismo este curso todavía era octubre de 2019, ni sombra del coronavirus. Zinedine Zidane llegó a Estambul muy cuestionado, con Mourinho al acecho y Sergio Ramos exhibiendo las uñas en público para evitar el regreso del portugués. Toni Kroos evitó el descalabro ante el Galatasaray con un gol, el único fruto que lograron extraer los blancos de sus 27 remates. Eran días de frustración, que se convirtieron en semanas, y en meses. A finales de año, el Madrid era el quinto equipo de LaLiga que peor aprovechaba sus ocasiones, según datos de Opta. Hasta que la pandemia los mandó encerrar a todos. Del confinamiento, los hombres de Zidane salieron con la puntería más afinada del campeonato.

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Hay varias magnitudes que reflejan este ajuste de la mirilla blanca, pero quizá la principal son los goles esperados. Esta métrica, estimada a partir de miles de datos acumulados durante años, trata de calcular el número de goles que debería marcar en un partido un equipo en función de la calidad de las ocasiones que genera. En las 27 primeras jornadas, el juego del Madrid había producido 51,53 goles esperados, aunque solo había anotado 49: su balance era -2,53, algo mejor que en diciembre, cuando estaba en -4,13. En las cuatro jornadas posteriores al confinamiento, el cuadro de Zidane generó 5,44 goles esperados, pero consiguió anotar 10 tantos (+4,56).

El Madrid no solo es el máximo anotador de estas cuatro fechas post coronavirus, sino que también es el equipo que mejor exprime sus opciones, por delante del Atlético (+2,96). El otro equipo que pelea el campeonato, el Barcelona, ha pasado de un diferencial de +14,78 respecto a sus goles esperados antes del parón a +0,44 después, hasta el encuentro en Vigo. Este panorama se ajusta más a lo normal que el anterior a la pandemia. Los equipos de la parte alta de la tabla, que tienen mejores jugadores, suelen mantener diferenciales positivos de goles esperados. Después del encierro se han ajustado, por ejemplo, las cifras de Benzema (de -1,7 a 2,2) y de Vinicius Jr. (de -1 a 0).

Zidane no atribuye la transformación a ningún ajuste en el plan de trabajo, sino más bien a efectos colaterales del confinamiento: “No hemos cambiado nada. Incluso creo que los jugadores durante 60 o 70 días no hicieron mucho con el balón en su casa. Lo que puedo decir es que el no entrenar con el balón, no estar aquí todos los días entrenando, eso le ha venido bien al equipo, porque al final tienen ahora un hambre de poder volver a jugar y a entrenar, de poder volver a disfrutar de lo que están haciendo todos los días, que se refleja en el campo, y sobre todo en los entrenamientos”, dijo este sábado el técnico francés.

Otros valores registran también la mejoría del acierto del Madrid. Ha pasado de una media de 1,8 goles por partido a anotar 2,5 por encuentro. Con menos remates totales (de 16,1 a 12,2), aunque mejor dirigidos: antes 6,2 por cruce iban a portería, ahora son 7,7.

El ajuste de la mirilla lo resume bien la evolución del porcentaje de acierto a gol, que casi se ha duplicado después del confinamiento: pasó del 11,3% al 20,4%. Eso significa que el Madrid anota ahora un gol cada cinco remates, nada que ver con aquella noche de los 27 intentos contra el Galatasaray.