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Reinventar la profesión de guiar en montaña

El colectivo de guías apuesta por el turismo de interior en España como única opción para no sucumbir a la catástrofe que les amenaza

Dos alumnos de la formación de guías del País Vasco en la arista del Txindoki, Gipuzkoa
Dos alumnos de la formación de guías del País Vasco en la arista del Txindoki, Gipuzkoa

Si el sector turístico español amenaza ruina, el colectivo que agrupa a los guías de montaña españoles vive momentos de angustia y busca la manera de sobrevivir a los efectos de la pandemia. “Por teléfono, noto el estrés y el miedo al futuro cuando hablo con compañeros de profesión en situación delicada”, reconoce Raúl Lora, presidente de la Asociación Española de Guías de Montaña (AEGM). Pero el discurso de ésta asociación que agrupa a 3.341 guías, pelea para huir de la catástrofe que se barrunta. “Puede que sea el momento de reinventar nuestra profesión, de reconvertir nuestra forma de trabajar: ahora más que nunca, es el momento de dar a conocer y potenciar la riqueza natural de nuestro país, uno de los más montañosos de Europa”, adelanta Lora.

Si Europa y los españoles reconocen el valor del turismo de costa y playa, cultural o gastronómico, falta por decir que España es un país de montaña. “Turespaña, organismo público adscrito al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y responsable del marketing de España como destino turístico, está volcando sus esfuerzos en promocionar nuestro país entre los españoles tratando así de paliar el enorme descenso de visitantes extranjeros que se prevé”, adelanta Lora. La ocasión puede ser irrepetible para fomentar el turismo entre nuestras fronteras, destinos de interior para familias españolas en un entorno que favorece el distanciamiento social. Ante las playas o ciudades abarrotadas, la AEGM recuerda el aire, el espacio natural libre de multitudes, el senderismo, el montañismo, la escalada o el barranquismo. De paso, esta asociación desea impulsar de forma definitiva la figura del guía, muy desconocida para el gran público.

Cuidar el planeta

“Paradójicamente, los clientes extranjeros que contratan a guías locales cuando visitan nuestra geografía valoran infinitamente nuestras montañas, mucho más que los propios españoles, que siempre buscan destinos fuera de la península. También es necesario resolver un problema cultural: que aprendamos a valorar el servicio que prestamos los guías”, reflexiona Esther Murciano, guía de media montaña que estos días tira de ahorros mientras se pregunta cómo va a trabajar: “Trabajo mucho con ingleses y norteamericanos en nuestro país, y con españoles en el extranjero. Ninguno de mis clientes puede viajar… por eso se antoja necesario cambiar nuestra forma de entender el guiado, mirar de puertas adentro, contratar menos vuelos, cuidar el planeta y disfrutar de la excepcional geografía de montaña de nuestras comunidades”.

Como tantos otros colectivos laborales, los guías de montaña necesitan no solo ser flexibles e ingeniosos “para gestionar a nuestro favor los cambios que está experimentando el terreno y la sociedad en la que vivimos y trabajamos”, explica Lora, pero también tener de su lado a la Administración. “Al margen de la promoción del turismo de montaña en España, tanto para el público local como para el extranjero, necesitamos contar con unas garantías económicas mínimas que nos permitan superar los primeros meses de incertidumbre hasta que recuperemos cierta estabilidad. En relación con esto, nuestra propuesta al Ministerio de Trabajo es que se establezca una tarifa plana de cotización a la Seguridad Social para todos los guías de montaña autónomos, similar a la de los emprendedores (60€), durante los seis meses posteriores al final del estado de alarma. Si recibimos ese impulso del lado de los Ministerios correspondientes, estoy seguro de que nuestro colectivo no sólo superará esta crisis, si no que, en un plazo de tres o cuatro años, verá reforzada su posición en el sector del turismo”, aventura Raúl Lora.

La AEGM no pierde de vista la amenaza del coronavirus y trabaja desde hace semanas en un protocolo de trabajo para cada una de las especialidades de los guías: “lo que deseamos es que cada guía de montaña implemente la nueva metodología en su actividad laboral de forma metódica y rigurosa. No en vano vamos a ser uno de los primeros grupos profesionales del sector turístico que retomemos nuestra actividad y lo haremos ofreciendo a nuestros clientes las mayores garantías de seguridad sanitaria, del mismo modo que siempre hemos velado por su seguridad física en las montañas”, describe Lora. Sin estas medidas, el futuro de una profesión de temporada pero en auge, una profesión que aún sigue peleando en nuestras fronteras por alcanzar su plena estabilidad, vivirá un seísmo que puede arruinar años de esfuerzos.

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