Motociclismo de dos velocidades
Los pilotos de MotoGP residentes en Andorra se entrenan ya en un circuito mientras en España aún no se puede rodar en pista
Llevaban tanto tiempo sin montarse en una moto que no se lo pensaron dos veces. Había llovido y el asfalto estaba mojado, pero el frío y el viento no frenaron a Alex Rins (Suzuki) y Tito Rabat (Avintia), los primeros en plantarse el pasado miércoles en el circuito de velocidad de Pas de la Casa, en Andorra. Ayer lo hizo Viñales (Yamaha). Como ellos, un buen puñado de pilotos del Mundial —Fabio Quartararo, Joan Mir, Aleix y Pol Espargaró y Jack Miller, entre otros— cambiaron su residencia para poder entrenarse en altura, aprovechar las fantásticas montañas del Principado y, de paso, los beneficios fiscales del país vecino. Y han salido ganando con esta crisis sanitaria: el confinamiento empieza a ser más laxo en Andorra (761 casos en total, 51 fallecidos, ningún contagio nuevo) que en España, así que ellos ya han empezado a rodar.
Los pilotos residentes en Andorra suelen desplazarse a Lleida o Girona para practicar motocross, enduro o dirt track en circuitos de tierra, esas modalidades que les ayudan a prepararse para la MotoGP; ahora tienen también un circuito en Pas de la Casa con una pista de asfalto para practicar y hacerlo, además, a 2.400 metros.
En MotoGP, categoría en la que solo está permitido entrenarse con la moto de competición durante los cuatro entrenos oficiales anuales, estas pruebas son fundamentales. “Es imposible trabajar las vibraciones que genera el motor de una MotoGP o la tensión que aplican con todo su cuerpo para aguantarse encima de la máquina si no es con la misma moto, pero todo ayuda”, dice Marc Rovira, preparador físico de Pol Espargaró (KTM).
Los pilotos de MotoGP se prepararon en invierno para empezar a competir el 8 de marzo, pero aquella carrera nunca se celebró. Hoy se preparan para subirse a una MotoGP el 19 de julio en Jerez, cuando está prevista la primera cita del certamen, tres meses y medio más tarde y después de haber pasado dos meses encerrados en casa.
Si la semana pasada eran Valentino Rossi (Yamaha) y Franco Morbidelli (Petronas) quienes volvían a hacer flat track (una disciplina americana que se rueda en pistas ovaladas) en el circuito privado del 46 en Tavullia (Italia), ahora también pueden hacerlo los andorranos. En España, en cambio, los circuitos aún no están abiertos y eso impide rodar al campeón del mundo, Marc Márquez.
Entrenarse con o sin moto no es, sin embargo, el peor de sus problemas. Los pilotos se enfrentan a una temporada en que los habituales entrenamientos de invierno en los circuitos de Sepang o Qatar quedan demasiado lejos —seguramente harán una prueba un par de días antes de la primera cita y en el mismo circuito de Jerez— y que previsiblemente presentará un calendario con unos 10 grandes premios en menos de cinco meses, de julio a noviembre. Para empezar tendrán dos carreras consecutivas. Y la fórmula puede que se repita. Y eso es un reto físico al que no se han enfrentado nunca.
“No han parado de entrenarse, están fuertes. Ahora tenemos que trabajar para evitar lesiones. Y en lugar de fuerza máxima y sesiones muy largas, hacerlo de manera discontinua, para que puedan recuperarse mejor tras un esfuerzo”, explica Rovira. “Los reposos serán muy importantes. La temporada será muy intensa y cuando llegue la primera carrera ya no habrá tiempo para entrenarse”, apunta Genís Cuadros, entrenador de Marc y Alex Márquez, que se preparan con el hándicap de no saber cuándo podrán hacer motocross. “Los pilotos tienen que mentalizarse: no pueden lamentarse por lo que puedan o no hacer estos días”, apunta Lluis Capdevila, preparador personal de Maverick Viñales y del CAR de Sant Cugat, que indica que para evitar molestias musculares los corredores deben recordar qué pasó en Qatar, en el último entrenamiento que hicieron con una MotoGP a primeros de marzo: “Que piensen dónde cargaban más, y si les molestaban los hombros o los brazos que refuercen esas articulaciones”.
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